capitulo 15

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-¿A donde se dirige señorita?- me replica un hombre que está a la entrada del enorme edificio, mientras mira fijamente mi cicatriz en el rostro

-Necesito ver a David- digo con determinación por la rabia que me consume por dentro

-Al señor Cienfuegos- Dice en un tono de reprensión, -¿tiene cita con él? Porque de otra forma no creo que pueda atenderla

-No, no tengo cita con él, pero creo que no tendrá problema en atenderme.

-Permítame un momento- dice dirigiéndose a la recepcionista del lugar, cruzan algunas palabras y vuelve hacia mí.

-Siéntese, ya la anuncian-

-Gracias- digo dirigiéndome a un impecable sillón color sangre, conteniendo las lágrimas con un enorme nudo en la garganta.

-Señorita disculpe ¿su nombre es?- pregunta la recepcionista

-Lorena, Lorena Fortich!-

-Enseguida la anuncio- dice con una agradable sonrisa, -señor tiene una visita de la señorita Lorena Fortich, ¿la hago pasar?- escucho decir a la recepcionista es una joven muy apuesta y profesional, lentamente veo el aspecto de su cara cambiar ahora parece un tanto nerviosa, -no señor, sí señor, alrededor de 10 minutos señor- la escucho decir, cierra la llamada y con sus enormes ojos abiertos y una sonrisa aún más expresiva que por un momento me contagia.

-Puede pasar señorita Fortich, el señor Cienfuegos le espera, Gabriel- llama en un tono fuerte y autoritario pero con delicadeza, cruza algunas palabras con él y Gabriel que resultó ser el vigilante del lugar ahora se dirige hacia mí con una enorme sonrisa.

-Permítame guiarla señorita- dice haciendo un gesto con su cabeza y me parece ver un poco de vergüenza en su cara, - disculpe si no la recibí del modo adecuado- parece que temen mucho al señor Cienfuegos, pienso con algo de ironía

-No te preocupes Gabriel- digo intentando calmarlo, me lleva hasta un enorme y elegante ascensor y ruego que mis nervios no me traicionen, así que decido mantener la compostura, entramos y lo veo indicar el décimo piso, dios! Voy a desmayar intento pensar en otra cosa y ya está, Alimento un poco más la rabia que siento por lo sucedido con Alex, ¿cómo pudo ser capaz David de hacer algo como eso?..

-Por acá señorita- me indica Gabriel cuando el ascensor se detiene y se retira. Estoy frente a una enorme puerta de madera, la atravieso y veo a David sentado frente a un elegante escritorio, lleva camisa blanca impecable, corbata azul, pantalones negros su cabello rubio brillante y su mirada se posa sobre mí, sus ojos parecen encenderse y yo siento que mi cuerpo se quema, maldita sea porque produce todo esto en mí...

-Que agradable sorpresa señorita Fortich-

-¿Como fuiste capaz David?- me mira confuso

-A que te refieres, ¿qué sucede?- dice acercándose a mí

-Sabes de lo que hablo no tiene ningún sentido que lo niegues-

-En realidad no tengo idea nena- su rostro parece realmente sorprendido y confuso

-Alex apareció- veo su rostro cambiar de color y pasa la mano por su cabello

-Entiendo ya a que has venido-

-Y lo sabe todo- termino de puntuar

-Como así, ¿Se lo contaste?-

-¡No!, creí que lo habías hecho tú-

-Nena, ¿cómo puedes pensar eso? No actuaria tan bajo-

-Entonces ¿quién lo hizo?-

-No lo sé, pero te aseguro que averiguare- lo miro desconfiada, no sé si creer en sus palabras, -¿y ya has visto a tu novio?- pregunta dándome la espalda

-Sí, pero no quiere saber de mi- digo conteniendo el llanto

-No creo que sea por mucho tiempo, difícil resistirse a una mujer como tú- me mira fijamente y parece desnudarme con la mirada

-Lo note muy decidido- digo intentando escapar de la extraña energía que siento con su presencia

-No creo que te deje ir y en tal caso aun te quedo yo-

-Quiero a Alex, lo que sucedió entre tú y yo…-

-Tranquila nena no me debes explicación alguna- dice pasando su dedo por el labio inferior y ¡dios! Esto debe ser un pecado pero siento que mi cuerpo se despierta violentamente

-Debo irme David-

-Que te vaya bien nena- dice y me parece ver algo de tristeza en sus ojos.

Salgo y pienso ir a ver a Alex nuevamente, pero ¿y si me rechaza?, no creo soportarlo, tomo mi móvil y le envió un mensaje de texto

espero que sus heridas estén un poco mejor, me hizo feliz verte” Lorena Fortich

No pasa un minuto cuando siento mi móvil sonar, me impresiona que me haya respondido

gracias, van mejor siguiendo las recomendaciones médicas. Alex Vidal”

Me apresuro a responder...

irían mucho mejor si tuviera quien lo cuidara todo el día”

Siento nuevamente el timbre de mi móvil

ya alguien se ocupa de eso”

¡Dios! ¿Cómo así? Quien está cuidando a Alex no soporto pensar que pueda estar con otra mujer, tomo mi móvil y tecleo nuevamente

¿De quién se trata?”

Pasan varios minutos, horas y creo que su respuesta no llegara….

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