Primo universitario

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JongDae se había despertado tarde, se suponía que ya debía de hacerse acostumbrado a su nueva rutina desde que se mudo, pero aún tenía problemas para levantarse temprano y eso no le gustaba.

Sentía que no tenía el control de sí mismo.

- vaya veo que esta vez te has levantado más temprano que ayer - Kwam entraba con una bandeja en donde estaba el desayuno, no era la primera vez que lo hacía, pero empezaba a darle algo de vergüenza.

- no se que me pasa tío, ya llevo 2 semanas aquí y mi sueño se volvió irregular, duermo tan bien que no me despierto temprano... - decía mientras iba al baño a asearse. Su tío lo miraba atento, ya le parecía normal que hiciera eso.

- puede ser porque te sientes tan cómodo que tu cuerpo está tan relajado que ya no está tenso, después de todo no estás en la casa de tu padre... - dijo mientras acomodaba el desorden de la mesa dejando la bandeja.

Sin duda su tío había dado en el clavo pero aunque eso de estar relajado le molestaba un poco estaba feliz de que ya no estuviera en casa de su padre, la partida de ese lugar fue demasiado estresante sobre todo ya que literalmente escapó de ahí.

- sea lo que sea, JongDae, aquí puedes comenzar de nuevo y hacer relaciones más estrechas con tus compañeros de piso, deberías conocerlos más... - dijo mientras le acariciaba la cabeza, haciendo que se quejara porque lo dejó totalmente despeinado.

Cuando se quedó solo vio su teléfono, no había mensajes, ni llamadas o alguna señal de que lo estuvieran buscando y estaba feliz así, nadie lo buscaría ahora. Después de todo se encargó de que su anterior teléfono junto con el número quedarán destruidos para siempre.

Solo conservo un número.

El de su madre.

Donde quiera que estuviera y cuando fuera el momento, ambos de nuevo hablarían.

Se quedó así por largo rato pensando en todo lo que había pasado y como ahora estaba comiendo algo rico y hecho con cariño, que hace un mes atrás cuando estaba llegando a su punto de quiebre. Pero todo había salido bien, ahora estaba más calmado y por fin en paz.

- JongDae, ¿me estás escuchando? - cuando vio el rostro de JongIn tan cerca al de él se asustó bastante, pero al mismo tiempo provocando las risas del menor por la reacción.

- por dios JongIn, casi me matas del susto, a la próxima si no te estoy escuchando tócame el hombro... - dijo mientras recuperaba la respiración, una vez calmado ambos chicos hablaron sobre sus vidas. Más que todo fueron sus secretos más oscuros.

Las horas pasaban y ambos chicos decidieron que lo mejor era salir a caminar un rato para despejar la mente, de paso JongDae conocería las rutas para venir a casa.

- en serio no puedo creerlo, ella se veía tan buena y tan amable, pensar que ahora está de esa manera... - JongDae había tomado comprensión sobre todo cuando le comento lo que pasó con su madre y Erick.

- ¿no te dolió haber abandonado a tu padre? - JongDae lo miró, lo pensó un poco, después de todo su padre había pagado toda su educación y alimentación y se encargó de enseñarle muchas cosas.

- no, ese hijo de perra se puede pudrir en el infierno, que me pegara no era mucho, pero que se metiera con mi madre fue la punta que colmó el vaso... - dijo mientras trataba de no llorar, JongIn noto esto y lo abrazo tratando de calmar su dolor.

- se puede ir a la mierda..., ahora tu estas aquí con nosotros.... - dijo JongIn provocando las risas de JongDae, mientras reía lágrimas caían por sus mejillas teniendo un pequeño momento en donde se sintió si solo ellos existieran.

♉ ¡¡Hyung, eres mio!! ♉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora