Miré el reloj y limpié mis ojos, estaba sentado sobre la cama llorando y mirando mi muñeca. ¿Qué estupides hice? Me pregunté viendo aquellas marcas hinchadas.
Suspiré y me levanté para lavar mi cara. Me vestí y me puse una muñequera de cuadritos negros y morados para cubrir mis cortes.
Tomé las llaves que dejé en la mesita la noche pasada y bajé, ya no había nadie en casa. Entré a la cocina y saqué un yogurth de la nevera para irlo bebiendo en el camino.
Tomé el bus, esta vez uno diferente para ir a CarZone por mi "regalo". Diez minutos después ya estaba ahí. Metí mis manos a mis bolsillos y caminé dentro del local.
—Hola buenos días, ¿en qué te puedo ayudar?—preguntó una chica de unos veinte años, alta, de cabellera roja, pecas y de ojos verdes.
Saqué las llaves de mi bolsillo y se las enseñé a la chica—: Oh eres Kellin Quinn ¿cierto?—preguntó y sonrió dejando ver sus blancos dientes... ¿Usará Lumius White?
—Si—respondí.
—Sigueme—dijo ella y caminamos al fondo, había autos por doquier. Casi ni podíamos pasar entre ellos de lo cerca que estaban.—Tus abuelos dejaron esto para ti—Señaló un Cobra negro.
—¿Es broma?—pregunté mirando el auto ¿yo? ¿con uno de esos? Exageraron con el regalo.
—Nop, usa las llaves—señaló las llaves y las miré incredulo por un momento. Me acerqué un poco nervioso y abrí el auto. Al menos ya hay algo bueno en mi vida.—¿Ves? Es todo tuyo.
—Amm gracias.
—Frank, ven y saca el Cobra—ordenó y salió un tipo muy alto con una complección gruesa pero delgado; tenía una apariencia ruda. Sacó el auto del lugar y en eso la chica me entregó los papeles del auto, firmé unas cuantas cosas y salí ya con mi auto nuevo.
—Mis padres me matarán por esto—susurré arrancando. Llegué la Pleard y todos me miraron extraño, más los que estaban en el parquimetro, como que recuerdo haberlos visto, pero no recuerdo sus nombres, algo así como Jack.. Jace.. o Jake y su extraño amigo de ojos azules, de corta pero buena estatura y claro, sus demas amigos, no los recuerdo bien.
Aparqué el auto y salí, comenzé a escuchar susurros como "Ya quiere hacer amigos", "¿Lo robó?", "¿De dónde sacó dinero para eso si ni la ropa trae de marca?", "¿Es el chico nuevo?", "No lo conosco ¿va aquí?" Y cientos de cosas más que, por supuesto yo ignoré.
Entré al salón y Rick y su manada de animales empezaron a molestarme.
—Rumoran que traes juguete nuevo—dijo poniendo sus asquerosas manos sobre mi playera. Rodeé los ojos y me concentré en mirar la ventana.
—¿Cuánto te costó, pobretón? ¿Lo pagarás toda tu vida o qué?—encuestó el rubio.
—Ya dinos, guardaremos tu secreto—dijo el moreno golpeando mi hombro. ¡Odio que me toquen!
—Sueltame idiota—golpeé las manos de Rick haciendo que las alejara de mí. Todos nos miraban incluyendo la castaña de la sonrisa imborrable.
—¿Cómo me llamaste, inútil?—todos entonaron un "uuh" y yo rodeé los ojos. Son tan estúpidos todos.
—Te llamé idiota y no me vuelvas a tocar...idiota—retrocedí unos pasos y volvieron a hacer el ridiculo "uuh".
—¿Y si lo hago, qué? ¿Me golpearás? ¡La nena me golpeará!—los tres idiotas rieron falsamente. Cerré mis puños y entre cerré mis ojos. ¿Me ha llamado nena? Me empujó y ya no hubo vuelta atrás, lo jalé de la chaqueta y golpeé su cara.
—¡Te dije que no me tocaras, idiota!—le grité y todos guardaron silencio, me miraban sorprendidos; como si fuera un nuevo bicho raro. Como si no me conocieran.
El moreno me miró y asustado a lo que retrocedió, el rubio trataba de que Rick levantara la cabeza, por favor, a mi me pegan con palos hasta sangrar y me aguanto; le golpeo la cara con mi inexistible fuerza y hace como si el mundo se le acabara. ¡Que nena!
—Te dije que armaba un lio enorme cuando lo tocas—escuché un susurró al fondo. Miré hacia allá y la castaña asintió mirando al chico... mmm.. ¿Nicky?
La "nena" de Rick me miró por un segundo y fue a su lugar sin decir nada. El salón entero comenzó a hacerle burla por no haberse defendido. Yo me senté en mi lugar y me puse los audifonos para después encender la música.
La hora del descanzó llegó y todos salieron como niños de primaria, solo quedamos la castaña y yo. Saqué mi libreta roja y un lápiz. Empecé dibujando ondas en forma vertical sobre la hoja, les puse sombras y empezaba a verse como cabello, seguí dibujando hasta conseguir la vista del cabello de una chica, le dibujé una blusa y sus brazos, el cabello le llegaba más o menos a la cintura.
Algo llamó mi atención y me hizo mirar al frente, entoces miré a la castaña de espaldas, la había dibujado a ella sin siquiera mirarla. Su cabello ondulado le llegaba a la cintura, usaba una blusa de manga corta y olgada; era ella.
Caminó a mí y rápido cerré el cuaderno ¿por qué? Por suerte traía los audifonos puestos. No la escucharia.
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No One Like You.
FanfictionKellin Quinn un jóven de 17, estudiante en Pleard National SS, su vida... ¿Qué puedo decir? Sus padres lo tratan como un animal, no les intereza ni en lo mínimo. Su madre es alcohólica, su padre es un cobrador de rentas en Street Hallen. Pero ningun...