No One Like You.

Capítulo 7

Se sentó enfrente de mí y mis manos me comenzaron a sudar, por lo que las escondí en debajo del pupitre. Miré a la ventana tratando de evitarla.

Ella tomó mi mentón haciendo que la mirase. Me miró detalladamente como si tratara de grabarse cada una de mis facciones. Pero me sientí intidimado y quité su mano de mi cara.

—¿Por qué eres así?—preguntó frunciendo el ceño.

No respondí y la miré a los ojos.—:Vamos, dime—suplicó con seriedad.

—¿Por qué simplemente no puedes dejarme en paz?—le pregunté mirandola con desprecio. Ella bajó la mirada y por primera vez me sentí culpable, pero mi orgullo y me poco ego no me permitian mostrarlo.

—¿Jamás cambiarás, cierto?—susurró y yo asentí, ella suspiró y levantó la mirada.—Solo venía a decirte que si me ayudarás con el trabajo de Filosofía.

—No, hazlo tú.—contesté mirando la nada. "Que estúpido eres -pensé- ¿No pudiste haber dicho algo amable una sola puta vez?" Me regañaba mi subconciente.

—E...está bi..bien—respondió cortadamente. Seguia con la cabeza agachada. Demonios, esa chica sabía como hacerme sentir realmente mal.

Suspiré y salí de mi asiento para ponerme de cunclillas frente a ella. Jamás había hecho lo que haré, pero sus ojos me transmitían paz. Tomé su mentón haciendo que me mirase.

—Lo siento, si quieres to...todavia puedo ayudarte con el trabajo—dije mirandole los ojos. Ella sonrió y asintió.

Reaccioné y quité mi mano de su rostro pero no dejé de mirarla; realmente me gustaban sus ojos.

"Ay Kellin, no lo hagas por favor, ya alejate de ahí antes de que hagas una estupides" Mandaba mi sub. Obedecí y volví a mi asiento.

—Qui...quieres podemos hacerlo en mi casa—sugirió. Me reí porque sonaba algo morboso. Ella se sonrojó y me reí aún más fuerte.

—¿El trabajo, verdad?—me reí y ella se sonrojó nuevamente. Asintió y soltó una leve risita.

—Perdón—dijo ella—entonces.. ¿si?

—No lo sé.

—Me decis mañana, ¿ok?

Asentí.

Después el silencio nos invadió, me coloqué los audifonos y puse música. Ella seguía sentada con una sonrisa en el rostro. ¿Por qué carajo lo hace?

Por suerte, el salón comenzó a llenarse antes  de la que la próxima clase de llevara a cabo. Minutos depués, ella volvió a su lugar tranquilamente; la profesora llegó y la clase inició.

Más tarde; al final de clases, caminaba por los pasillos para ir al parquimetro cuando alguien tomó mi hombro, pensé que era Rick hasta que habló:

—Hola, lindo auto—dijo serio. Lo miré y era un poco nas alto que yo, cabello corto, ojos azules, delgado y bastantes tatuajes en el brazo izquierdo.

—¿Gracias?—dije pero en pregunta, ¿acaso me querrán como amigo solo por traer un  auto de medio millón de dolares?

—No es nada, soy Andy—me extendió la mano, incómodo la tomé y la estreché.

—Kellin—dije.

—Súper, oye de dónde sacaste el auto, es muy bello—dijo señalandolo, ya estabamos en el parquimetro, el Cobra estaba enfrente de nosotros.

—Es mi regalo de cumpleaños.

—¿Es tu cumpleaños?

—No, hasta dentro de dos meses—reí por lo bajo.

—¿Y por qué dos meses antes te llegó el regalo?—preguntó con los ojos abiertos.

—Porque es de parte de mis abuelos y ellos no estarán para mi cumpleaños—suspiré.

—Ah—alargó. Llegamos a mi auto y lo abrí.—Bueno, un gusto conocerte Kellin, nos vemos luego—se despidió con la mano. Solo encogí mis hombros y entré al auto.

¿Cómo carajo llegaré a casa con esto? De seguro si se lo digo a mis padres que tengo auto nuevo, mi padre me lo quitará y será para su uso, no el mío.

Ah, ya pensaré.

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—¡Por favor! ¿Qué les cuesta dejarme ir? Solo haré un maldito trabajo—aclaré y mamá me miró extrañada pero furiosa, papá solo me ceñía con frialdad. Esta es la primera vez que les pido un favor y por un trabajo escolar.

—Bueno, bueno, bueno, Kellin... ya que insistes, puedes irte, pero te quiero aquí a las ocho y mas te vale que llegues a esa hora, idiota ¿de acuerdo?—por fin habló mi padre, mis piernas estaban temblando ¿a caso hablé con ellos? ¿En serio lo hice?

—Gracias—dije serio—Llegaré temprano.—Prometí y los vi marcharse cada quien por su lado.

Subí a mi habitación, no sin antes tomar un bote de yogouth de la nevera. Me tiré en mi cama y miré el techo por un momento.

Estúpido me quité la muñequera y la remplazé por una venda, las heridas eran profundas por lo cual aún no se cerraban.

Me sentía feliz...

—¡Imbecil! ¡baja ahora!—gritó mi madre.

Se acabó la felicidad.

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¿Qué pasará con Kellin? :0 comenten y Favorito plz  :D