Vol. 1. Capítulo 21. Fiesta (3)

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Si un soldado ataca, el general lo bloquea. Si había una inundación, se cubría con tierra. ¿Un hombre de 31 años, tendría miedo de un joven que está en sus 20 todavía?

Desde que Lu Tian le ofrecía su mano tan generosamente, Tang Feng no dudó y aceptó la invitación.

Lu Tian envolvió uno de sus brazos alrededor de la cintura de Tang Feng. Parece que no tenía la intención de bailar con el papel femenino. Tang Feng sonrió y sus ojos negros reflejaban la imagen del hombre frio frente a él.

—No voy a hacer el papel de mujer.

—Pensé que no sabías tango— Se inclinó un poco hacia adelante y entonces, de repente agarró la ajustada cintura de Tang Feng. Lu Tian hizo que ambos se acercaran. Sus pechos estaban unidos entre sí. Su acción era dominante, pero inevitable porque tarde o temprano lo tendrían que hacer para bailar.

Aquella frase. Cuanto Tang Feng más pensaba en eso, más le sonaba como una especie de prueba. La música comenzó a tocarse suavemente y sus pasos también comenzaron. No era que no supiera los pasos para hacer el rol de mujer. Solo no quería bailarlo. Por otra parte, no quería quedar en malos términos con Lu Tian solo por un baile.

—Usted simplemente no me entiende lo suficientemente bien, Presidente Lu— Sonriendo ligeramente, Tang Feng agarró la mano de Lu Tian.

Lu Tian con esto último, insinuó su descontento a través de sus ojos.

Cuando los dos comenzaron su primer baile, la atmósfera que los rodeaba cambio inmediatamente.

La música parecía estar entrelazándose a través de sus piernas, como una enredadera invisible.

Agraciado pero lleno de poder, era un tango que era dominado por estos dos hombres. Poder, escondido detrás de cada paso y movimiento, era lo que estaba al acecho en la batalla de estos dos hombres.

—Ah, por lo que veo ahora, ciertamente no te entiendo— Entrecerrando sus ojos ligeramente, Lu Tian miró fríamente a Tang Feng, como si tratara de leer su mente. Sin embargo, él solo podía ver un calmado y tranquilo lago.

Se quedaron cerca, sus pechos casi se tocaban, pero los dos parecían espadachines, listos para atacar al otro.

Una contradicción forrada con un suave apoyo, los dos continuaron poniendo a prueba al otro.

—Hay una distancia apropiada para todo. No es bueno si es mucha y tampoco es bueno si es muy poca, ¿no lo crees?— Los labios de Tang Feng se curvaron ligeramente.

Lu Tian era ingenuo cuando se trataba de psicología.

Después de haber tenido que lidiar con los problemas cardiacos durante décadas, Tang Feng había desarrolló un corazón de acero.
Permanecer compuesto se había convertido en una costumbre.

—Si no lo acabara de escuchar con mis propios oídos, no creería lo que acaba de salir de su boca.

¿Era un cumplido? Casi sonaba como una burla.

Tang Feng tranquilamente dejó pasar lo que Lu Tian dijo. Si a él le desagradaba, solo tenía que decírselo.
¿No era agotador andar por las ramas de esa manera?. Si Tang Feng tuviera el estatus y los antecedentes de Lu Tian, él cuidaría menos su forma de hablar y sería más directo, era lo que pensaba. Además, si Lu Tian cuidaba tanto su forma de hablar al frente de un mero artista, con las otras personas, probablemente será necesario una especie de sistema de craqueo de código secreto para poder entenderlo.

Tang Feng rió —Solo pretende que se me salió.

Lu Tian Chen se quedó mudo. No había imaginado que el otro hombre entre risas bromearía. Sus acciones y su actitud, no eran para nada como el Tang Feng que conocía.

En ese momento, la música se detuvo.

Tang Feng quito la mano con la que sostenía a Lu Tian, pero él todavía tenía su brazo alrededor de la cintura de Tang Feng.

Una mirada astuta brillaba en los ojos de Tang Feng

—Presidente Lu, si no está a punto de besarme, puedes dejarme ir— le susurró en el oído a Lu Tian.

Lu Tian le echó un vistazo a Tang Feng y después, sin ninguna emoción sacó su brazo.

Ah, mira esto, ha sido acosado por su propio empleado y todavía actúa como un iceberg.

Los dos se miraron en silencio.

Al mismo tiempo, Charles ya se estaba acercando, y este “lobo con piel de oveja”, saco a Tang Feng y lo acerco hacia él.

—Oye, si ambos se quieren disparar flechas de amor, no lo hagan delante de mi ¿okey? Si se miran un poco más, sus ojos se incendiaran.

—Estoy sediento. ¿Qué tal si vamos a beber una copa?— Tang Feng enfrentó a Charles y este se rió alegremente por escuchar la palabra “beber”.

Los dos salieron de la pista de baile, caminando hombro con hombro.

El Rey De La Pantalla De Cine (Vol 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora