Vol. 1. Capítulo 45. Presidente. Lu, hola (2)

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Esta fue la primera vez que Tang Feng estaba cenando solo con Lu Tian. Xiao Yu era obviamente su manager, pero ella había sido enviada lejos por Lu Tian. Cuando él pensaba en como ansiosamente Xiao Yu siguió la orden de Lu Tian y lo abandonó, Tang Feng no pudo evitar darle a Xiao Yu unos cuantos golpes en la cabeza. ¡Perrito estúpido!

El coche se detuvo frente a la puerta de un restaurante. Lu Tian lanzó las llaves del coche al valet; Tang Feng lo siguió. Cuando entraron en el interior del restaurante, el maitre se acercó y con gusto les dio la bienvenida. Al parecer, Lu Tian era un habitual en este restaurante. Se hizo evidente cuando el maitre miró a Tang Feng con una expresión de sorpresa. Tang Feng sabía que no era la persona que a menudo acompañaba a Lu Tian Chen para una comida aquí.

¿Quién era entonces? ¿Ge Chen?

—Presidente Lu, ¿debemos servir los mismos platos como antes?

Dentro de la habitación privada, el maitre le preguntó en voz baja, mirando ocasionalmente a Tang Feng.

Lu Tian Chen abrió la boca un poco, pero luego miró a Tang Feng y le entregó el menú.
—Puedes pedir lo que quieras comer.

Tang Feng no se retrasó: abrió el menú y seleccionó algunos platos caros que se adaptaban a sus gustos. No importaba si los platos no se adaptaban a su apetito, lo que era importante era que eran caros. Era raro que el Presidente Lu lo invitara a comer; tenía que asegurarse de que el otro no perdiera la cara.

—Solo sirve lo que él ordenó—Lu Tian ni siquiera miró los precios.

—Sí, espere un momento por favor.

El maitre salió de la habitación rápidamente, cerrando la puerta detrás de él, asegurándose de que estaba cerrada con llave.

Esta vez, Tang Feng fue más inteligente. Con personas como Lu Tian, no necesitaba tomar la iniciativa y comenzar una conversación. Cuanto más hablaba, más fácil sería para el otro captar sus debilidades e inconsistencias. Por lo tanto, Tang Feng bajó la cabeza y silenciosamente bebió su jugo. Si uno tenía que comparar quién era mejor en soportar este tipo de silencio incómodo, Tang Feng estaba seguro de que no perdería.

Las personas que habían muerto una vez naturalmente serían más fuertes. En su nueva vida "robada", no había necesidad de que considerara los sentimientos u opiniones de los demás.

Minutos y segundos pasaron, pero la habitación permaneció en silencio. Incluso cuando el maitre entró con otros para servir los platos, los dos seguían haciendo cada uno lo suyo: beber jugo, leer revistas, o jugar con sus teléfonos.

—Por favor tómese su tiempo y disfrute.

La comida había sido servida. El maitre se inclinó ligeramente y se marchó, esta vez asegurándose de que la puerta estaba cerrada. Antes de cerrar la puerta, el maitre le echó una última mirada coqueta a Tang Feng. Cuando accidentalmente levantó la vista y se encontró con los ojos del camarero, Tang Feng se sobresaltó tanto que casi se atragantó con su jugo.
—Bebe más lento—Lu Tian levantó ligeramente los ojos y le entregó un pañuelo.

—Gracias.

Tang Feng aceptó el pañuelo. Se dio la vuelta y bajó la cabeza para limpiar el jugo que se aferraba a las comisuras de su boca. Qué embarazoso.

—No sólo tu personalidad cambió, tus modales se han vuelto incluso elegantes.

El rostro de Lu Tian era inexpresivo. Tomó su cuchillo y tenedor, y empezó a cortar el trozo de ternera en su plato. Todo el tiempo, no lanzó ni una sola mirada a Tang Feng.

—Gracias por los cumplidos, Presidente Lu.

Diferentes situaciones exigen diferentes medidas. Cuanto menos hablaba, menos huecos revelaría.

—Antes, hablabas mucho cuando estabas conmigo.

El presidente actuó como si hubiera dicho esas palabras sin pensarlo, pero fue un movimiento deliberado.

—¿El Presidente Lu echa de menos a mi yo del pasado?

Sintiéndose hambriento, Tang Feng recogió sus palillos y empezó a comer. Aunque había crecido en el extranjero, todavía le gustaba la cocina china. Su favorito había sido la olla caliente de Sichuan y fue un amor al que todavía no podía renunciar.
Si no hubiera sido por el médico diciéndole que no podía comer esto y aquello, él habría tenido una olla caliente todos los días.

—No, me gusta mas tu yo actual—Lu Tian dijo naturalmente.

—Gracias por la apreciación, Presidente Lu.

Tang Feng respondió con un tono de negocios. Sin embargo, las palabras no se sentían rígidas cuando salían de su boca; en cambio, eran un poco humorísticas.

Lu Tian tragó su bocado de carne. Él entrecerró los ojos cuando vio plato tras plato de comida picante dispuestos ante Tang Feng. Bajó la cabeza y siguió comiendo su comida ligeramente condimentada.

—Vine a buscarte hoy porque tengo buenas noticias para ti.

—¿Vas a darme un aumento de sueldo?—Tang Feng sonrió y dijo.

—Algo parecido.

Lu Tian respondió, mirando como el otro comió un trozo de carne picante. Los ojos de Tang Feng se cerraron de satisfacción ante el sabor, mientras tomo un trago de agua. Lu Tian continuó hablando.

—El director Li Wei decidió usarte para su nueva película.

El Rey De La Pantalla De Cine (Vol 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora