Vol. 1. Capítulo 92: Conversando en un café (2)

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Algunos clientes se sentaron en la cafetería ubicada en una terraza a medio camino del hotel, con una fresca brisa de la tarde rozándolos. El fragante aroma del café flotaba en el aire y una exhibición de postres intrincados estaba frente a ellos... todo era relajante y cómodo.

Gino hizo girar ligeramente su café, ambos ojos en el hombre que miraba el guion frente a él. También miró hacia abajo para leer el guion de vez en cuando, pero la mayoría de las veces, su línea de visión estaba en Tang Feng. Había un sentimiento extrañamente familiar sobre él. ¿Qué era eso en él?

Esta sensación había estado allí desde que se conocieron. También fue la razón por la que le pidió al Director Li Wei que le diera una oportunidad a Tang Feng. Cuando uno de los asistentes de Lu Tian Chen lo llamó pidiéndole que se contactara con Tang Feng, para su propia sorpresa, aceptó, aunque rara vez participaba en programas de variedades.

—Incluso si sigues mirándome, no me convertiré en una flor. — Pasando la página, Tang Feng bebió un sorbo de su café sin mirar hacia arriba. Tomó su café sin azúcar ni leche, era un viejo hábito suyo que nunca cambió.

Gino apoyó la barbilla en su mano; sus gafas de sol cubriendo sus ojos. Con una leve sonrisa, dijo, —Ya eres una flor.

—Si soy una flor, ¿qué eres? —Tang Feng rio disimuladamente. Esta era la primera vez que alguien lo comparó con una flor.

— ¿Yo? En cuanto a mí, soy el jardinero que se ocupa de las flores, pero también podría ser un ladrón de flores —Gino se rio mientras hablaba. —
¿Qué piensas?

—Te encuentro aburrido. Lo que dices es tonto sin ningún valor significativo. Si realmente fueras un jardinero, entonces no podrías cultivar flores en absoluto. —Alzando una ceja, Tang Feng habló en un tono desinteresado y aburrido.

Los ojos de Gino se ensancharon de repente. —Tang, ¿sabes? Desde la primera vez que te vi, tuve una sensación muy extraña, como si te hubiera conocido antes.

El corazón de Tang Feng dió un vuelco, pero continuó mirando el guion.

Había leído hasta el punto en que los dos personajes discuten el uno con el otro. Pensando en su pasado y ahora en el presente, Tang Feng se rio en silencio. En ese momento, ciertamente parecía que eran "amantes pendencieros".

—Sé que soy el amante de tus sueños. No necesitas repetirlo, —Tang Feng bromeó.

—No, eso no, —Gino negó con la cabeza, con los ojos todavía mirando a Tang Feng, como si tratara de leer sus pensamientos. Al final, todo lo que vio fue un hombre indiferente y compuesto, bebiendo café.

— ¿Conoces a Fiennes Tang? —Gino preguntó.

—Sí, por supuesto, él es famoso. —No solo eso, también están muy familiarizados el uno con el otro.

Gino continuó, —Tang, eres muy similar a él. Incluso sus nombres se parecen. Mira, a ambos les gusta el café sin azúcar.
—Esta es una preferencia que mucha gente podría tener.

—No solo esto. Probablemente no te lo puedas imaginar, pero lo que acabas de decir es exactamente lo mismo que Fiennes me dijo antes.
Siempre me dijo que soy una persona aburrida y tonta, y que todo lo que decía no tenía sentido. —Con un atisbo de tristeza en sus ojos, Gino suspiró,
—Fiennes era un hombre realmente bueno, pero... incluso Dios estaba celoso de él, y se lo llevó muy temprano.

Tang Feng levantó la cabeza y puso el guion en su bolsa. Dijeron que iban a hablar sobre la película, sobre el guion, pero ni siquiera una frase de la conversación, tuvo nada que ver con eso. Como el tema estaba en “Fiennes Tang” ahora, el interés de Tang Feng despertó. Quería saber qué tipo de persona era desde el punto de vista de Gino.

Después de todo, Gino acababa de decir que era un buen hombre.

—Parece que eras muy cercano a él, —Tang Feng dijo. — ¿Qué tipo de persona era?

— ¿Fiennes? —Gino negó con la cabeza y sonrió. Como si recordara el pasado, miró la taza de café negro en sus manos. —Parecía una persona madura, tranquila y carismática en el exterior, pero en realidad era un tipo orgulloso y seguro de sí mismo. A veces no podía evitar molestarlo. Por alguna razón, me gustaba especialmente verlo al límite.

—Recuerdo que tenía una enfermedad cardíaca. — ¡Tratando a una persona enferma así, Gino, bastardo!



El Rey De La Pantalla De Cine (Vol 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora