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La casa estallaba en gente, risas, alcohol, comida rápida, globos, música, vasos, bebidas, familiares, amigos y regalos. Todos bailando al ritmo de la música. Tres cuarenta de la mañana y Milo gruñía a cada uno que se cruzara por su camino.
-Ya, tranquilo, Manheim -apoyé mi mano sobre su hombro y volteó exasperado. -¿Cómo quieres que esté tranquilo?-gritó-. Mira mi casa, _______.
-Hey, es nuestra casa, ¿no es así?
-Bueno, mira nuestra casa. Está infestada de gente borracha.
-No todos están borrachos-le corregí y frunció el ceño-. Cálmate y disfruta, ¿puedes por favor? Es mi cumpleaños y no pienso pasar el resto de la noche peleando contigo.
-Disculpa-desvió la mirada-. Van a destrozar todo, es eso lo que me molesta.
- No van a destrozar nada.
-Aparte están todos con ganas de tener sexo en cualquier parte de mi casa-se quejó-. Yo te juro que si alguien sube, sufrirá las consecuencias.
-¿Sabes, Milo? Voy a echarlos a todos, no tienes de qué preocuparte-dije enojada y comencé a caminar hacia la puerta.
-No, no, espera, ______-me tomó del brazo y volteé a verlo-. No me hagas caso, solo ve con tus amigas y disfruta.
-¿Te vas a dormir?
-¿Estas loca? Nunca me iría a dormir cuando esta casa corre peligro de ser incendiada.
Hice caso omiso a sus palabras y me zafé de su agarre. Caminé hasta donde estaban Mady y Hanna. Ellas me sonrieron.
-Está el sucio Johan aquí-dijo Hanna a las carcajadas. -No hables así de él, es mi amigo-lo defendí.
-Bueno, pero si es sucio-dijo Hanna alzando las manos. -Estás pasada de alcohol-le dijo Mady.
-Pero si es sucio.
-Como digas, Hanna-dijo Mady-. ¿Tu novio esta gruñón? –me preguntó.
-Si, algo así-dije buscándolo con la mirada-. No sé que le ocurre.
-Necesita un buen polvo.
-Seguro que _____ se lo da todas las noches-rió Hanna. Mady la empujó y cayó sentada en un sillón.
-Quieta, Hanna-le gritó-, y cállate, nadie quiere oírte.
-Bueno-dijo riendo y cerró los ojos.
-Apartemos la vista de ella, cuando esta ebria la gusta llamar la atención-dijo Mady y le dimos la espalda.
-Hay tanta gente que no conozco-admití. Mady rió.
-Así son las fiestas, invitas a alguien y ese alguien viene con amigos y amigos de sus amigos. -Me he dado cuenta-dije entre risas.
-Está buena tu fiesta, pero si tú no las disfrutas, no vale la pena-me dijo. -Es que no puedo disfrutarla si Milo se está quejando por todo.
-Él es solo tu novio, que no te afecte.
-Mady-dije y le mostré mi anillo de bodas-, no es solo mi novio.
-¡Oh por Dios!-gritó y algunas chicas nos observaron-. No hablas en serio, dime que estas jugando. -Hablo muy en serio-dije y reí por su expresión.
-¿Comprometidos?
-Casados.
-¡Dios!-volvió a gritar y la gente comenzaba a fastidiarse.
- Bueno, ya cálmate.
-En el colegio no lo usabas-me reprochó-, eres una mentirosa.
-Cállate, estúpida-reímos.
-Pero es en serio, ¿por qué en el colegio no lo usabas?
-Porque con Milo preferimos dejar esa parte de nuestra vida, escondida-le dije. Me sonrió-. La única vez que me olvidé de quitármelo, Johan lo vio y se enteró.
-O sea que; el sucio Johan supo antes que yo, ¿verdad?-preguntó con aire ofendido-. Eres mala, ______.
-Se enteró solo-me excusé-, a ti te lo he contado yo.
-¡Tienes razón!-gritó y me abrazó.
-¡Hey, Mady!-dijo un rubio a nuestras espaldas. Volteamos a verlo.
-Hola, Paúl-le sonrió.
-¿Bailas conmigo?-preguntó. Mady me observó y preguntó con la mirada. Asentí tímidamente y ella le tomó la mano-. Te la robo solo un segundo.
-No te hagas problema, llévatela todo lo que quieras-dije y reí. Mady se sonrojó.
Ellos dos se alejaron y observé a Hanna en el sillón, estaba completamente dormida con la boca abierta. Reí y me crucé de brazos para observar a toda la gente bailando. Dos chicos en las escaleras se devoraban a besos, si no salían de allí, Milo iba a hacerles daño.
-Hola-susurró una masculina voz a mi oído. -¡Milo!-me sobresalté.

La Bella y la Bestia (Milo Manheim y tu) Adaptación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora