ℂ𝕒𝕡. 𝟙𝟙

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-¿Y que más da todo eso? Había amor y lo sigue habiendo, papá

-¿Estás seguro? ¿A seis polvos en la casa de Toledo, le estás llamando amor?

- Que no es solo eso, que lo puedo ver en sus ojos que me quiere de verdad, y yo igual, la quiero a rabiar, papá

- ¿Y cuál se supone que es mi mundo? ¡Ya está bien!- Grito Denver, furioso, mientras metía billetes en una bolsa. -Ya sé lo que me quieres decir.

Moscú fue a cogerle la mano, pero Denver la apartó bruscamente y se levantó de la silla.

-No me has enterado bien.

-Claro que me he enterado. Que soy un mierda, que tengo que pensar como un mierda, y tengo que soñar como un mierda.

En ese momento, Tokio y Nairobi entraron bruscamente en el despacho en el que estaba con Río, asustando así a las rehenes que estaban con nosotros. Cogieron la tele y salieron del despacho, pero detrás suya también salieron Denver, Moscú y yo

-Vamos a ver, ¿qué os pasa a vosotros ahora?- Preguntó Moscú.

-Pasa que esto es muy raro, y si nos van a acribillar a balazos, mejor que nos enteremos por la tele.

Nairobi y Tokio se fueron de allí, pero Moscú también se fue, dejandonos solos a Denver y a mi

Denver, solo volvió a meterse dentro de su respectivo despacho, pero le seguí, y cerre la puerta una vez que estábamos los dos dentro.

-No me has dicho nada últimamente. ¿Vas bien contando el dinero?

Denver se quedó callado, haciendo como si no me hubiera escuchado. Me sente en la mesa, llamando su atención. Denver levantó la vista y me puso atención.

Denver levantó la vista y me miró a los ojos. Cogí su mano y la puse justo entre los dos. Luego, puse mis manosen la cara de Denver, acariciando, pero él solo miraba al suelo, intentando tener el menor contacto visual posible. -Todo va bien.- Habló finalmente.

-Pues no lo parece. ¿Hay algo que deba saber?

-No, porque ya lo sabes todo. Mira, puede que no te hayas dado cuenta, pero te has acercado a mi sólo porque era el eslabón más fácil, el tío que no lo ha tenido fácil en su vida y al que puedes manejar fácilmente.

-¿De qué hablas?

-Que sí. Si no, ¿qué haría una chica como tú, con un chico como yo?

-¿Tú me quieres?- Denver se quedó unos segundos callado, y le volví a preguntarle

-Yo sí te quiero, pero lo mío es de verdad. Tú estás conmigo porque te hace falta cariño.

-¿Y quién dice que yo a ti no te quiero? Me gustas, Denver, y me da igual tu pasado o el mío, yo sólo estoy pendiente del presente y del futuro. Y el presente es que estoy aquí, queriéndote como nunca he querido a nadie, y el futuro es que vamos a salir de aquí, pero vamos a salir juntos. Te lo prometí, y lo voy a cumplir.

-Aquí lo tienes, han detenido al Profesor.- Decía Tokio, mientras toda la banda mirábamos la televisión. -Joder, si lo están interrogando en la casa de Toledo.

En ese momento, la señal de la tele se fue, haciendo que todos nos preocupamos más.

-Han cortado la señal desde el exterior. Informó Río, mientras se dirigía a los cables.

-¿Lo ves? No quieren que nos enteremos, y eso es que van a entrar.

Podemos quedarnos de brazos cruzados o poner en marcha el plan Chernobyl, que a mí cada vez me suena mejor - Volvió a hablar Tokio, plantándole cara a Berlín.

-Ese plan es para situaciones extremas, y no sé si esta es la situación más extrema que podemos llegar a tener. Aviso que es un plan en el que perderíais todo el botín. ¿Vas a renunciar ahora a todo por lo que has luchado?

Tokio nos miraba mientras Berlín hablaba, buscando algún cómplice que estuviera de su lado.

-Tienen al Profesor. No va a haber ningún túnel porque van a estar los putos geos esperándonos

-En cinco horas el Profesor llamará, sigo confiando en él. Es más, no me gusta mucho la democracia pero me están entrando ganas de votar. ¿Quién cree en el Profesor?

Berlín fue preguntando uno por uno, y la situación era la siguiente. Helsinki y Moscú siguen creyendo en el Profesor, pero mi hermano estaba de parte de Tokio.

-¿Y bien, Denver?

-A mi eso de ser multimillonario me queda un poco grande. Voto por salir de aquí.

Miré a Denver sorprendida, pero por mucho que le quisiera a él y a Río, yo entré en la Fábrica aceptando unas reglas.

-¿Alemania?

-Yo sigo creyendo en el Profesor.

-Quedas tú, Nairobi.

Todos miramos a Nairobi, la cual se estaba mordiendo las uñas de lo nerviosa que estaba.

- Tengo una muy buena razón para estar con el Profesor, y voy a creer en el hasta el final. Dijo y salió de la sala

[...]

Busqué a Denver por toda la Fábrica. Mientras lo hacía, me di cuenta de que faltaba más integrantes de la banda, así que fui sala por sala buscando, hasta que llegué al baño y no pude abrir la puerta.

-¿Qué mierda hacéis?- Pregunté aporreando la puerta.

-Jugar a la ruleta rusa, Alemania. ¡Vuelve más tarde!.  Respondió Berlín mientras se reía.

-Tokio, para de una vez, te estás volviendo loca. Suelta a Berlín y no hagas ninguna tontería. ¡Vas a joder todo el plan!

En ese momento, Nairobi vino corriendo al escuchar mis gritos.

-Tía, ¿qué te pasa?

- La graciosa de Tokio, que le está haciendo la ruleta rusa a Berlín.

-¿Yo? ¿Yo voy a joder el plan?- Preguntó Tokio mientras se acercaba a la puerta.

-Sí, tú solita. No puedes pararte un segundo a pensar en lo que estás haciendo, descerebrada.- Habló Nairobi.

-Yo seré una descerebrada, pero el plan de ir a por tu hijo es una mierda. ¿Cuándo fue la última vez que te vio? ¿A los tres años? No se va a acordar de ti, porque él ya tiene unos padres de verdad, que lo cuidan bien.

-Pedazo de hija de puta. Habla de lo que te de la gana, pero del hijo de Nairobi ni lo nombres, porque tú no sabes una mierda.

Tokio se rió, mientras Nairobi me abrazó fuertemente mientras no hablaba.

- Hay Alemania, pero si tú igual quieres secuestrar a un niño que ni siquiera te recuerda, ¿Pero sabes algo? El ya tiene a sus padres, para el no eres nadien ¡No eres nadien!. Dijo Tokio golpeando la puerta

- Tokio, esto ya se nos fue de las manos

- No que irías a tumba abierta conmigo

- Haslé casó a tu noviecito Tokio

-¡Alemania, mejor quédate callada!. Dijo mi hermano

- Hay Río, no me quieras mandar porque no podés

-¡Claro que puedo, porque soy tu hermano mayor!. Grito Río, dejándome paralizada

𝕮𝖔𝖓𝖙𝖎𝖌𝖔 𝖍𝖆𝖘𝖙𝖆 𝖊𝖑 𝖋𝖎𝖓𝖆𝖑 ⒹⓔⓝⓥⓔⓡDonde viven las historias. Descúbrelo ahora