𝕮𝖔𝖓𝖙𝖎𝖌𝖔 𝖍𝖆𝖘𝖙𝖆 𝖊𝖑 𝖋𝖎𝖓𝖆𝖑 Ⓓⓔⓝⓥⓔⓡ

ℂ𝕒𝕡. 𝟟

-¡Pero si yo estaba dormido. Dijo mientras se levantaba

- Ya, claro dormido sin camiseta y ella encima tuyo, aparte en bragas. Dije molesta

-¿Sabes el calor que hace aquí dentro cuando te quedas cinco minutos?

- No, no es lo que parece, fui a coger una botella de agua solo eso. Dijo Mónica tartamudeando

- Mira mejor mantente callada y solo no te pego otro tiro porque bastante tienes ya con uno. Me gire para abrir la puerta y salir

- Alemania, no espera

- Mejor quédate con ella, que veo que os la pasáis de puta madre los dos juntos.

Me fui de allí a paso ligero, y al voltearme ví que Denver no me seguía, me senté en el suelo. Escondí mi cabeza entre las piernas e intente con todas mis fuerzas no llorar.

Una vez que me relaje un poco, me di cuenta de lo que tenía que hacer en esos momentos era estar despejada, no pensar en lo que acababa de ver, así que me encendí un cigarro y fui a la camara acorazada con Moscú

-¿Cómo vas, Moscú? ¿Necesitas ayuda?

- Hombre, la verdad es que si me ayudas, te lo agradecería mucho

- No se diga más, eso está hecho

Forze una sonrisa y Moscú me miró algo extrañado dejando el taladro de lado

-¿Todo está bien Alemania?

Moscú se sentó a mi lado y me acarició la espalda mientras me recostaba en su hombro

Mira, no se lo que te esté pasando, ni tampoco te voy a obligar a que me lo cuentes si no quieres, pero ya eres prácticamente una hija para mí, y sabes que voy a estar aquí en todo momento

-¿Te acuerdas cuando en la noche de San Juan, nos cortaste el rollo a Denver y a mi?

Moscú se rió al escucharme, y asintió

- Como no acordarse. Denver me estuvo regañando durante días por cortaros el polvo

- Bueno, pues ahora yo le he cortado el rollo con Mónica

Moscú se levantó de aquella montaña de billetes, y yo levanté la cabeza para mirarle

- No me jodas, ¿Lo dices enserio Alemania?

- Ojalá te estuviera mintiendo, Moscú

- Haber, haber ¿Pero tú cómo les has visto?

- La secretaria esa, estaba encima de Denver, y el estaba sin camiseta, Mónica me dijo que iba a coger un botella de agua, el me dijo que estaba durmiendo y no se dió cuenta de nada

- Tiene sentido. Respondí Moscú y me rei leve

-¿Que va a tener sentido, Moscú?

- Mira, mi hijo puede ser todo lo capullo que quieras, pero no le ha puesto los cuernos a ninguna de las chicas con las que ha estado, y mucho menos te los pondría a ti porque te ama con el alma. Aparte, el me dijo que era su hora de sueño y cuando estás muchas horas despierto, se duerme en cualquier lado

Solté un suspiro y le dedique una pequeña sonrisa

- Gracias por todo, Moscú

[...]

- Berlín, espera. Dijo Nairobi una y otra vez

- Río, quédate con los rehenes, por favor