A la mañana siguiente, el niño se despertó súper temprano, desde que estaba ahí era la primera vez que no tenía una pesadilla con el "Realigi" y se sentía muy feliz por eso. Se dirigió hacia donde le había indicado 34, y ella ya lo estaba esperando ahí.
- Buenos días mocoso, ¿Todo bien?
- Buenos días señorita 34, ¿Usted cómo se encuentra?
- Regla #1: Jamás me vuelvas a decir señorita. - le advirtió 34 a Mythos
- Disculpa... y bueno... ¿Como empezamos?
- Para tu proceso de Alquimia traje a un experto en el tema, Mythos, te presento a Watson, Alquimista experto.
- Un placer conocerte amigo, eres muy famoso por aquí.
- ¿De verdad? - dijo asombrado el muchacho -
- Oh claro que si, en todo el mundo se habla de un Niño sin Magia que busca adueñarse del Primero Medio B
Mythos se sorprendió, jamás pensó que por no tener nada de magia llegase a ser famoso, eso no era lo de el, Matt era el que se merecía la fama por su gran nivel de poder.
- Ok amigo empecemos el entrenamiento, mi nombre es Watson, Mago y Alquimista profesional, y haré lo posible para que domines el precioso arte Alquimio.
Estuvieron practicando toda una tarde, Watson le explico a Mythos todo lo que llevaba esta técnica, y que era muy fácil de dominar si se practicaba con calma y profesionalmente, era una técnica súper poderosa que no podía caer en manos equivocadas, pero por suerte, las manos del niño eran las más inocentes del mundo, y al no poseer nada de magia, sería aún más fácil de enseñarle.
Las primeras veces falló rotundamente, era increíble, a pesar de ser una técnica que no conllevaba nada de magia, se le hacía imposible dominarla, que curioso, no era bueno para absolutamente nada.
Así pasó día tras día practicando, la amistad con Watson se hacía cada vez más fuerte y el muchacho se sentía bien. Al pasar un tiempo, el niño ya era un experto, y según Watson, ya estaba más que listo. A su vez, Matt pudo charlar más con 34, ya se veía una que otra intención y se notaba el amor en el ambiente, era de esperarse que esos dos tuviesen algo entre ellos.
Una noche antes del torneo, Matt le pidió ayuda a Mythos para hacerle un regalo a 34 antes de ir a luchar.
- Entonces, vamos a su casa, tú está guitarra, y yo le digo un poema que invente. - planteó Matt -
- Eres un idiota, pero lo haré.
La pareja se fue a la casa de 34, la cual salió inmediatamente y vio a Matt asomado.
- Hola, ¿Que necesitas? - dijo 34 -- Pues te traje un poema...
El niño empezó a tocar el instrumento.
- Las flores son... eh... uff - Matt se trabo al hablar - Te prometo que este poema no estaba así, de verdad que no se qué pasó.
- Lo que mi amigo trata de decir, 34 - interrumpió Mythos - es que el cree que eres asombrosa, y que no encontrará a nadie como tú, es un idiota muy poderoso pero, ¡Hey!, tú también eres súper poderosa, así que, ¿No crees que harían una linda pareja?
- ¿Si beso a tu amigo dejará de escribir poemas estupidos? - dijo ella -
- Pues te lo aseguro.
34 le dio el beso más grande de su vida a Matt, el cual quedó encantado, después del romanticismo, los muchachos se devolvieron a su vivienda.
Cuando llegaron y Mythos ya estaba listo para dormir, algo golpeó su ventana, se percató que era una piedra muy pequeña, que había sido lanzada por Lazari.
- ¿Qué hay de nuevo, damos un paseo? - dijo ella -
- ¡Acepto!
Los tórtolos salieron a dar su paseo nocturno por el bosque, y se acomodaron en una colina cercana, a los ojos del niño, Lazari estaba preciosa, ninguna chica se comparaba con ella.
- ¿Y cómo va tu Alquimia?
- Pues bastante bien, es fácil una vez que te acostumbras.
- ¿Crees que estás listo para mañana?
- No tengo idea, pero si moriré, lo haré demostrando mi valentía, y eso es lo que siempre quice.
- Eres mi héroe.
Al decir eso, Lazari le dio el más apasionante beso al muchacho, el cual no podía creerlo.
- Creo que ya es tarde, ¿Nos vamos? - dijo ella con una sonrisa perfecta -
- Si... claro - respondió Mythos -
La niña tomó a el chico de la mano, y se fueron caminando muy lento.
- ¿Sabes algo?, ahora que estoy reflexionando, Matt siempre ha sido el mejor que conozco en cuando a chicas se trata, ¿Por que su poema fracasó? - le dijo Mythos, ya que no quería hacer más incómoda la situación -
- No se si debería decirte esto, pero... 34 hechizó a Matt para que solo tuviese ojos para ella, nos lo contó a Sombra y a mi, digamos que por primera vez tú amigo sintió las consecuencias del amor, puedes ser el mayor casanova del mundo, pero ten por seguro que el amor hará un nudo en tu garganta a la hora de la verdad.
Ahora todo tenía sentido, el de verdad estaba enamorado, ¿Quien lo diría, no?
Mythos llegó a su casa, y se acurrucó en sus gruesas sábanas, estaba cansado y ansioso por torneo, así que no le costó mucho trabajo dormirse.
A la mañana siguiente, el niño se despertó con una sensación súper extraña, tuvo otra vez esa pesadilla, pero aún así no pudo despertase, como que algo o alguien le obligaba estar ahí, presenciando ese sueño.
Después de desayunar, se puso la ropa más cómoda que tenía, y salió a la plaza donde vieron por primera vez a Pluriel, ahí se encontraba todo el pueblo. De la nada, se escuchó un coro angelical, y trompetas sonaron, vieron a Pluriel cabalgar un corcel blanco, digno de un Angel, en ese momento una voz gruesa pronunció unas palabras que nadie comprendió, era como un lenguaje desconocido que le daba instrucciones al Ángel.
- Sean bienvenidos, a continuación les daré las indicaciones - dijo Pluriel
No cabía duda, el Torneo había comenzado, y el Niño sin Magia solo quería triunfar.