Ha sido Taehyung

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'Quieras o no', las palabras de Yoongi resuenan en mi cabeza como un eco lejano e insistente. ¿Por qué se supone que debo formarlo yo? No valgo para eso, ya lo he intentado otras veces y sé que me desespero cuando alguien no entiende mis directrices. 'Debe de haber alguna explicación para esto', pienso, viendo al heredero tomar café tranquilamente, recostado en uno de los sillones del salón de descanso. Jimin se sienta a su lado con la espalda recta y le ríe las gracias.

Me incorporo de un bote y salgo pitando hacia el despacho del gerente.

—¿A dónde vas? —musita Yoongi, pero no le contesto.

Doy un par de toques en la puerta con los nudillos y me aclaro la garganta antes de que Seokjin me dé paso. La sala es puro caos. El despacho de nuestro gerente está muy lejos de parecerse al lugar serio y minimalista que asociamos comúnmente a cualquier mando de importancia. En su lugar, hay telas multicolores colgando aquí y allá, bocetos colgando de las paredes, fotografías de colecciones pasadas y también algunas de sí mismo, pues no hay un día que el gerente Seokjin no nos recuerde que él comenzó en esto siendo modelo.

—Hoseokssi, mi gran apuesta en la empresa —ríe ampliamete mientras me palmea el hombro—. ¿Qué te pasa? ¿Se te ha ocurrido alguna idea para la colección de invierno?
—No, aún no. Estoy trabajando en ello. De hecho, quería hablarle de eso.
—Claro, dime.

Me invita a tomar asiento.

—Gerente, sabe que me he esforzado mucho durante las últimas temporadas por hacer un buen trabajo.
—Oh, sí, eres el mejor ideando conceptos originales para cada colección.
—Y también sabe que tengo ambiciones en la empresa —digo, consiguiendo que no me tiemble la voz—. Tal vez dentro de poco haya una vacante en la junta dentro de nuestro departamento y me gustaría ser uno de los aspirantes.

Seokjin no se muestra más serio de lo habitual ante mis palabras, es algo que todo el mundo sabe. Cruza los brazos sobre la mesa y me mira mientras pestañea repetidamente, como si se hubiera olvidado de usar sus lentillas.

—Sin embargo, no creo que pueda concentrarme en desarrollar un buen concepto para la colección del año que viene y rendir como de costumbre dadas las circunstancias.
—¿Qué circunstancias?
—Ya sabe...

Le doy unos segundos para que capte a lo que me refiero pero él no reacciona. Arqueo las cejas, ladeo la cabeza en dirección a la puerta y gesticulo con disimulo.

—No~~ sé a qué te refieres —dice, alargando las palabras.

Simulo tomar una taza de café y cabeceo hacia el ventanal que comunica con el otro lado del despacho para mi gerente observe de lejos al hijo del Presidente desayunando tan ricamente.

—Aaahh, ¡Kim Taehyung! Es guapo, lo reconozco, pero no tanto como para que suponga una gran distracción.

Se me encienden las mejillas al escuchar sus palabras e intento esconder la cara bajo el flequillo para que no se note mi inesperada reacción que ni yo mismo entiendo, antes de seguir hablando.

—Señor gerente...

—Woooaa, ¡es que tiene un estilazo...!

Se levanta y se dirige hacia la ventana para observarlo mejor. Incluso se hace sombra con ambas manos sobre el cristal. Qué vergüenza...
Tengo que incorporarme de golpe y cerrar las persianas para que nadie descubra que estamos hablando de él.
¿Por qué me habrá tocado un gerente tan indiscreto?

—¿Has visto sus anillos? Perfectamente conjuntados con el jersey y las botas... Se nota que tiene gusto.
—Por favor, Gerente...
—¿Qué pasa? ¿No te cae bien?
—No se trata de eso —miento—. Es solo que si tengo que formarle no tendré tiempo de hacer bien mi trabajo.
—¿Y qué podría yo hacer al respecto si ha sido el mismo Taehyung quien pidió que tú fueses su mentor?
—¿Yo?

Todo era oscuro (hasta que llegaste tú) / VhopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora