Demasiado alcohol

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No soy capaz de articular palabra cuando noto que mi cuerpo reacciona al contacto con Kim Taehyung

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No soy capaz de articular palabra cuando noto que mi cuerpo reacciona al contacto con Kim Taehyung.
Uf. ¿Qué me está pasando? Debería apartarlo de un manotazo y demostrarle que yo no hago estas cosas... con otros hombres, vaya.

—Kim... —consigo carraspear—. Creo que hemos bebido de más.

Él atrapa mi mandíbula con la mano y presiona mis labios con un dedo para hacerme callar.

—¿Acaso te he dado permiso para hablar? —dice arrastrando su voz grave, tumbando mi cabeza hacia atrás mientras me mira desde su posición de superioridad—. Saca la lengua —ordena.

Yo no obedezco simplemente porque no sé muy bien que estoy haciendo. La cabeza me da vueltas y tengo mucho calor. Me arde el pecho con todo y que el alcohol moja mi camisa.

—¿Es que no quieres jugar?

Saco la lengua solo un poco, y me veo a mí mismo lamiendo su índice mientra Kim me observa, complacido, mordisqueando sus labios.
¿Por qué tengo ganas de presionar sus nalgas contra mi cuerpo y agarralo fuerte para que no se me escape?

—Cuando el caramelo es dulce uno siempre quiere más —se agacha para estar a mi altura y mi boca busca la suya con anhelo, como si fuese el aire que necesito para respirar. Y él no me hace esperar, me deleita con un beso profundo que me arranca un gemido y luego todo pasa demasiado rápido.

Estoy de pie, contra la pared, ni siquiera sé cómo he llegado ahí pero no llevo camisa y el frío se adhiere a la piel de mi rostro. Detrás de mí, Kim se pega a mi cuerpo y me hace colocar las manos sobre la pared. No me suelta cuando me mordisquea la oreja y aprieta más fuerte su sujeción cuando lame mi cuello.

 No me suelta cuando me mordisquea la oreja y aprieta más fuerte su sujeción cuando lame mi cuello

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—Kim... —jadeo, incapaz de vocalizar ni una sola palabra más. Noto las mejillas encendidas y la cabeza enajenada, luchando en un tira y afloja sobre si lo que estoy haciendo está bien o no; sobre si realmente me gusta o es solo un confuso sentimiento fruto del alcohol—. No se me da bien beber... —suplico.

Él aprieta su cadera contra mis muslos como respuesta y suelta su agarre, deslizando las manos por mi piel desnuda hasta el cinturón.

—¿Paro? —pregunta su voz grave y juguetona mientras desabrocha la hebilla —¿Jung?

Pero yo no sé qué contestar, porque el calor de su cuerpo contra el mío es agradable y aún tengo el sabor de su boca en la mía.

Cierro los ojos y trato de centrarme.

Abro los ojos.
Y.
Ya es de día.

Me duele mucho la cabeza a causa de la resaca y la luz que se filtra a través de las persianas consigue que me ardan los ojos. Y entonces recuerdo.
¿Dónde estoy? ¿No regresé a mi apartamento ayer?
Me abalanzo sobre el móvil para comprobar la hora y los mensajes. No hay nada excepcional, no es que Yoongi sea la clase de amigo que envía 20 mensajes si no vuelves a casa a dormir. De hecho, me ha ignorado completamente. Podría estar muerto y no se habría ni preocupado.

Kim Taehyung.

Oh, mierda. Estoy en su casa. En su sofá. Tapado con una de sus mantas.
¿Ayer...? Me llevo las manos instintivamente al pecho buscando mi ropa y compruebo que todo está en su sitio. La camisa está arrugada y la corbata mal puesta, pero todo está ahí. Los labios me tiemblan al recordar sus besos pero de repente noto que hay algo que no encaja.

—Buenos días, bella durmiente —dice Kim, apareciendo por el pasillo con el pelo desordenado y la cara hinchada de dormir.

—Buenos días, bella durmiente —dice Kim, apareciendo por el pasillo con el pelo desordenado y la cara hinchada de dormir

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—¿He pasado la noche aquí? —balbuceo.
—Te quedaste frito en el sofá después de la tercera copa. ¿Es que no te enseñaron a beber?
—¿Y ya está?
—¿Qué quieres decir con 'ya está'?
—Llegamos aquí, bebimos...

Gesticulo con la mirada teniendo la esperanza de que sea capaz de comprender lo que insinuo sin necesidad de verbalizarlo porque, si todo lo que recuerdo fue un sueño, se sintió muy real, y solo consigo que él se ruborice.

—Llegamos, bebimos, me dijiste que tengo la casa desordenada y que esperabas un ático con jacuzzi y después te pusiste a roncar en mi sofá —explica—. ¿Qué querías hacer en el jacuzzi, Jung? —se burla.

Qué vergüenza. Me refriego la cara con ambas manos tratando de olvidar el perturbador sueño que he tenido con el hijo del presidente y me incorporo de un salto.

—Tengo que ir a trabajar.

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NdA: ¡Hola! Se me está haciendo súper difícil escribir sobre mis dos wreckers 🙃.  Espero que os esté gustando la historia.
¡Besos!

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⏰ Última actualización: Oct 09, 2020 ⏰

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Todo era oscuro (hasta que llegaste tú) / VhopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora