'Quiero que me forme el mejor porque sólo de esa manera podré superarlo y ser digno de llevar esta empresa', esas son las palabras que según el gerente salieron de la boca de Kim.
El mejor...
¿Y qué sabe él de mí? Realmente, no soy el mejor diseñador de la empresa, tan solo un aspirante con talento y mucha dedicación. Hay personas con cargos más importantes por encima de mí que podrían serle de mayor inspiración.
Entonces, ¿por qué yo?
—Grr... —gruño sin querer, al volver a mi mesa de trabajo.
Yoongi ni siquiera levanta la cabeza.
Aprovecho el tiempo que tengo para adelantar trabajo mientras Jimin le enseña nuestro pequeño departamento a Taehyung, y se preocupa por presentarle a todos los compañeros. Pasan unos veinte minutos antes de tenerlos de vuelta en mi mesa a ambos.—Bien, ya estamos aquí —anuncia Taehyung, aun observando mi rostro contrariado.
—Hoseok es el mejor mentor que te podían haber asignado, te lo aseguro. La colección en la que estamos trabajando arrasará en la junta mensual, no tengo duda.
—¿Es esta? —pregunta el otro, toqueteando mis muestras de telas y los bocetos de la línea young adult —. ¿No es demasiado colorida? No sé si me pondría algo así para salir por la calle, la verdad.Jimin calla. Yoongi me mira por encima de las gafas. Pero no, esta vez no voy a entrar al trapo.
—Voy a por café.
—Oh, no, ya te lo traigo yo —se apresura Taehyung—. ¿No era esa una de las tareas de mi predecesora?Se levanta tan rápido que no tengo tiempo de decirle que no es necesario, que ni siquiera sabe cómo lo tomo. Y ahí está, el perfecto heredero sonriendo a los compañeros mientras prepara café, mostrándose adorable y encantador. Pero a mí no me engaña.
Deja una taza de café espumoso con un corazón dibujo con crema junto a mi ordenador y me observa parpadeando repetidas veces.
Va a ser un día muy largo.
* * *
Dos horas más tarde estoy encerrado en el baño sin poder levantarme de la taza. Tengo las tripas revueltas, con un dolor insoportable que consigue que me encoja sobre mí mismo. '¡Lo que me faltaba!', pienso, porque de todos los días del mundo, he elegido este para coger una gastroenteritis... Qué vergüenza.
'Uff, vale. Estoy bien', intento autoconvencerme mirándome fijamente al espejo. 'No pasa nada; lo único que tengo que hacer es fingir que me ha surgido un imprevisto y buscar una farmacia. Está chupado'.
Aguanto el enésimo retortijón cuando me llega un mensaje al móvil.
'Reunión extraordinaria urgente en diez minutos'.
Es Yoongi. Le escribo de vuelta.
—¿Ahora? Esa reunión no está en el calendario.
—Claro, de ser así, no sería extraordinaria.
—Siempre tan simpático...
—A tu servicio.Y se desconecta.
Estoy en un aprieto. No puedo faltar a la reunión pero me duele demasiado la barriga como para prestar atención.
Maldita sea...
—Eh, sunbae, ¿te han avisado de la reunión? —me pregunta Jimin asomando la cabeza por la puerta.
—Sí, sí, ya voy.
—¿Estás bien? Haces mala cara.
—Estoy bien, estoy bien...Pero no lo estoy.
* * *
—Muy bien, muy bien, amigos, colaboradores, profesionales del sector, no hay nadie mejor que vosotros en toda la ciudad; tomad asiento, venga, venga —nos apremia Seokjin.
—Gerente, ¿a qué vienen tantas prisas? —pregunta Jungkook, el diseñador gráfico—. Tengo entrenamiento en veinte minutos.
—Ah, querido Jungkookie, no te preocupes, acabaré enseguida, venga, cierra la puerta.Es un poco absurdo que le pida que cierre la puerta cuando todos los empleados estamos dentro, pero el gerente es así...
Tomo asiento a su derecha, en mi sitio habitual, y trato de parecer normal aunque no sé si podré aguantar mucho. Me están entrando sudores fríos...—¿Podría ser breve, gerente Kim? —suplico.
—Sí, sí. Escuchad con atención: la empresa ha puesto en marcha un concurso para premiar con un viaje estilo resort al mejor prediseño de la temporada. ¡Tachaaaan!Se hace un silencio incómodo en el que creo que lo único que se escuchan son mis tripas. ¿Está hablando de irnos de vacaciones con los compañeros de empresa? Por el amor de Dios...
—Tengo a cuatro magníficos diseñadores en mi departamento y quiero que alguno de ellos gane ese concurso.
Uff. No me importa ese concurso. Solo quiero que deje de hablar y poder marcharme.
Espera. Está poniendo un power point. Oh, dios...
—¿No te encuentras bien, Seok? —dice Taehyung, consiguiendo que todos me miren—. Te veo inquieto.
—Es mi belleza, que le pone nervioso. Ya te acostumbrarás a eso —bromea el gerente.Y entonces empieza a hablar de temática para el diseño, plazos de entrega, tejidos permitidos y un montón de chorradas más que ahora mismo me importan muy poco.
Me retuerzo en la silla. No puedo aguantar mucho más, necesito marcharme de aquí. Así que me levanto y sin decir nada, huyo como liebre en el campo.
—¿Seok? ¡No he terminado!
—Yo voy tras él —grita alguien, pero no consigo distinguir su voz.Cuando salgo del lavabo, es Taehyung el que me espera junto al lavamanos.
—¿Todo bien? —Me repasa de arriba abajo.
—Perfectamente.Enciendo el agua y me froto las manos con jabón.
—¿Sabes qué, Hoseok? Yo no soy uno de tus monigotes que te siguen a todas partes y te dan la razón en todo. Yo he venido a ganar.
—¿Qué? No entiendo qué quieres decir.
—Dicen que eres el más prometedor de entre todos los diseñadores junior pero, ¿de dónde has salido? ¿De los suburbios? ¿Eso es todo a lo que una empresa de prestigio como la de mi padre puede aspirar?Taehyung me mira directamente a los ojos, sin un ápice de temor en ellos.
—No te gusto. Me lo has dejado claro en una sola mañana. Pero tú a mí tampoco.
Entonces lanza un sobre vacío de laxaforte sobre el mármol y entiendo todo.
Kim Taehyung es mi enemigo.
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Todo era oscuro (hasta que llegaste tú) / Vhope
Fiksi PenggemarHoseok es la mano derecha del gerente de su departamento en su empresa. Todo va como la seda, tiene posibilidades de ascender, hasta que Kim Taehyung, el hijo del director, llega a la empresa con la firme convicción de aprender el oficio desde lo má...