Capítulo 3

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NO me gusta nada el plan B protestó Darien.

Estaban a una manzana de la casa de Petzite, en un barrio tranquilo. En la distancia oyeron el ladrido de un perro, seguido de unas risas infantiles. Una extraña sensación de contento lo envolvió. Por un momento pensó que le gustaría vivir allí...

Pero enseguida recuperó el sentido común. Él nunca sería feliz en un sitio como aquél, especialmente con una vecina como Petzite Nemesis.

—A mí me parece muy razonable.

—¿Razonable? Serena, esto es una locura.

—Ez perfezto contestó ella, colocándose una goma del pelo en la boca para hacerse una coleta.

—No puedes entrar así como así en su casa. ¿Y si te pilla?

—No me pillará porque tú vas a distraerla.

—Si me deja entrar...

—Creo que subestimas tus poderes de persuasión dijo Serena entonces.

Darien había parado un momento en su casa para quitarse el esmoquin. Una vez hecho, la reacción alérgica desapareció. El mensaje estaba claro: sigue soltero o sufre las consecuencias.

—Además continuó Serena no creo que Petzite esté en casa. Zafiro me dijo que trabajaba en turno de noche. Pero si está en casa, entretenía durante diez minutos. Si no encuentro a Diana en diez minutos, saldré corriendo.

—¿Y si la encuentras?

—Entonces saldré más rápido todavía. Créeme, lo último que deseo es otra confrontación con Petzite Nemesis.

Darien se pasó una mano por el mentón. No parecía convencido.

—Tiene que haber otra forma... ¿Y si te pilla? O peor, ¿y si decide que eres un ladrón y te pega un tiro? Si es guardia de seguridad, tendrá una pistola.

—Tiene siete pistolas y doce escopetas le informó Serena. Zafiro me lo contó porque le dan miedo las armas de fuego.

Darien hizo una mueca de horror.

—No me extraña que haya desaparecido.

—A lo mejor espera que Petzite se olvide de él o que encuentre otro hombre. Y ahí es donde entras tú.

Yo no soy ese tipo de hombre!

—Sammy me ha dicho que sí. Y Madame Luna, y la camarera que lleva el turno de mañana y tu hermano Endymion...

Darien levantó una mano. Seguramente la lista esa interminable. Había tenido muchos romances.. hasta el mes anterior. Entonces su vida amorosa se detuvo bruscamente. Precisamente cuando empezó la de sus hermanos.

—Muy bien. Quizá debería aclarar esto. «Ya» no soy ese tipo de hombre. Desde que mi tía Luna confiscó mi taza de café, tomo precauciones.

Serena levantó una ceja.

—¿Precauciones?

—Por ejemplo, no salir con nadie hasta que me marche a Cleveland, donde estaré a salvo. Al menos hasta que el Café Romeo se convierta en una franquicia.

—Pensé que no creías en los poderes de tu tía.

Darien negó con la cabeza.

—Tengo un gran respeto por las habilidades de mi tía. Especialmente, después de lo que ha pasado con Endymion y Mamorua. Y, definitivamente, no quiero ser la víctima número tres.

Serena dejó escapar un suspiro.

—Nos vemos en diez minutos dijo, saliendo del coche.

—Qué mujer murmuró Darien.

EL ULTIMO SOLTERO (Café Romeo Libro 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora