Capítulo 10

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MEDIA hora después, Darien entraba como una tromba en la oficina de Andrew Furuhata.

-Se ha ido.

Andrew levantó la mirada.

-Iba a llamarte ahora mismo.

-Serena ha desaparecido -insistió Darien-. Y creo que Petzite Nemesis tiene algo que ver. No se me ocurre otra explicación.

-Cálmate, hombre.

Él se pasó una mano por el pelo.

-No me digas que me calme. Serena ha desaparecido. ¿Y si...?

-No ha desaparecido.

-¿Qué?

-He dicho que no ha desaparecido. Serena está aquí. Fue detenida anoche -contestó Andrew.

Darien lo miró, incrédulo.

-¿Detenida?

-Posesión de material robado y allanamiento de morada. Dos cargos muy serios, por cierto.

Darien se dejó caer en una silla.

-Tiene que ser un error. Serena nunca haría algo así.

¿O sí? Hasta el día anterior, no habría sospechado que era una jugadora profesional. ¿Qué otros secretos le había escondido?

Pero eso era una locura. Tenía que haber una explicación.

-Petzite está detrás de esto, .¿verdad?

-La señora Nemesis denunció el incidente a las 23:47 y Serena ha admitido que entró en la casa. Y tenía con ella el objeto robado.

-¿Qué objeto?

-Una gata.

-¿Diana? Menos mal. Pero es de Serena. Fue Petzite quien la secuestró.

-La gata no es el problema. El problema es la pulsera de diamantes que llevaba como collar.

Darien se quedó boquiabierto.

-Déjame hablar con ella.

-No puedo, lo siento -dijo Andrew.

-¿Por qué?

-Porque ella no quiere hablar contigo...

-¿Cómo que no quiere hablar conmigo? -lo interrumpió Darien, furioso.

-Me ha dicho que no quiere hablar contigo, lo siento. Pero no te preocupes, tiene un abogado.

-No necesita un abogado. ¿No lo entiendes, Andrew? Todo esto es una trampa. No puedes retener a Serena...

-Tiene una cita con el juez dentro de dos horas -lo interrumpió Andrew-. Si quieres sacarla de aquí, te sugiero que traigas el talonario, Darien. El juez pedirá una fianza.

-Pero no puede ser...

-Ella misma ha admitido que entró en casa de Petzite Nemesis y si Petzite no retira la denuncia, no hay nada que hacer. Y no creo que lo haga, sinceramente.

Darien apretó los puños.

-Yo creo que te equivocas, Andrew.

El detective Andrew sacó a Serena de la celda y la llevó a una habitación.

-Te doy cinco minutos. Pero me estoy saltando las reglas permitiendo una visita.

-Gracias -dijo ella.

Sammy se levantó de un salto al verla y la miró de arriba abajo.

-¡Estás horrible!

-Muchas gracias -dijo Serena, irónica-. Pero será mejor que te sientes. Sammy. Te veo un poco pálido.

EL ULTIMO SOLTERO (Café Romeo Libro 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora