CAPÍTULO 27 Tantas emociones

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Narra Sinec

(16:46 PM)

Era el peor momento del día para salir afuera, estaba muy cansado caminando a la casa de Malbon en una tarde demasiado calurosa, ya había corrido un tramo muy largo desde mi apartamento y como si todo eso no hubiera sido suficiente para desgastarme mentalmente, cuando me encontraba en mi apartamento estaba tan distraído que había olvidado poner a cargar mi celular ya que la batería estaba muy baja pero la única cosa que valió la pena saber antes de que se apagara por la falta de batería fue la hora, dato que me sirvió para relajarme y caminar tranquilamente sin en miedo de llegar tarde.
Estuve caminando mientras pensaba en cualquier cosa que se me ocurriese por unos minutos más y pude ver el auto rojo de Malbon estacionado al frente de su casa, verla me animó y comencé a acelerar el paso hasta terminar corriendo pero me cansé rápido porque ya había corrido antes aunque justo al quedarme sin aliento y sin energía ya estaba a unos cuantos metros de el hogar de mi amigo y caminé por unos cuantos segundos muy largos por el cansancio que sentía pero al estar en frente de su puerta y antes de tocarla ví que no estaba cerrada, la empujé y se movió hacia adentro.
Mi mente estaba tratando de dar una explicación a lo que estaba pasando y porque Malbon había dejado la puerta de su casa abierta para cualquiera que la viera pudiera entrar aún teniendo malas intenciones pero Malbon, al ser un Pokémon tan fuerte no tendría problemas para defenderse de cualquier amenaza, quizá solo lo olvidó.
Abrí la puerta poco a poco sin hacer ningún sonido, no ví a Malbon por ningún lado al buscarlo solo con la mirada en cada rincón de su casa que mi vista podía alcanzar a revisar estando en la puerta.
Avancé un poco más para estar dentro y dejé la puerta silenciosamente como estaba cuando llegué.
Él podría estar en su cuarto, fui a donde él podría estar subiendo las gradas con mucha preocupación y cuidado pero después de estar arriba y al caminar hacia su cuarto noté que la puerta el baño estaba abierta, dentro de este pequeño cuarto se oía caer el agua y eso daría a pensar que Malbon estaba bañándose, quizá él la dejaba así porque se acostumbró a vivir solo sin que nadie lo viera mientras se bañaba... excepto yo.
No debía hacerlo pero tenía tantas ganas de verlo que aún sin terminar de considerar la idea tan arriesgada que tenía comencé a abrir la puerta de aquel baño y mientras más lo abría el vapor que salía era más espeso hasta que iba dispersándose por todos lados, podía sentir el olor del shampoo que utilizaba, tenía sensación agradable pero ese aroma no se comparaba al olor natural que Malbon poseía y era tan característico en él.
Seguía abriendo la puerta muy cuidadosamente hasta que ví a Malbon frotándose la melena frondosa y hermosa que tenía por cabello, tenía los ojos cerrados y tarareaba algo muy felizmente, ya lo había visto otras muchas veces sin nada que cubriera su cuerpo pero ver como se bañaba era totalmente diferente a esas otras veces, una experiencia realmente satisfactoria, podría decirse que lo veía en su máximo esplendor.
Podía deleitarme con la visión tan panorámicamente perfecta que tenía desde la puerta viendo sus grandes y rígidos pero quizá también suaves pectorales, su abdomen perfectamente marcado en un patrón muy característico en ellos.
No sabía si era por el cansancio que me causó correr tanto hasta su casa pero sentía que mi cuerpo sudaba mientras se calentaba a la vez.
Dejó de frotarse su melena y tomó un jabón que estaba a lado de él para comenzar a frotárselo por distintas partes de su cuerpo, era imposible ni tener pensamientos impuros en ese momento como implorar a Arceus para que yo reemplace a ese jabón y me frotara en cada parte de su excitante cuerpo, pero como él aún mantenía los ojos cerrados para evitar que la espuma entrara en sus lindos ojos no lo sustuvo bien mientras se lo frotaba y este cayó al suelo resbalando hacia la puerta.
Malbon supo que el jabón ya no seguía en su mano/pata por un pequeño descuido suyo, se frotó los ojos y parte de la cara para retirar la poca espuma que los cubría y así comenzar a buscar el jabón con su mirada, vió que estaba cerca de la puerta y fue a el para tomarlo agachándose pero cuando levantó la mirada esta pasó por la puerta y por mí, ambos cruzamos las miradas por unos pocos pero increíblemente largos segundos, fue un momento muy profundo pero muy atemorizante para mí.

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