treinta y siete

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Tomé mi celular y decidí enviar un mensaje.
- ''Anoche cuando me desperté, mis ojos se humedecieron y entonces comprendí lo mucho que te amo''.

No me llegó respuesta alguna, como siempre. ¿Es que acaso ella no sentía ningún remordimiento por lo que yo le decía? Sí, lo admito estaba enojada, pero... ¿nada? me hacía sentir miserable, sin nada. Bajé a la cocina y calenté mi desayuno, como chico malo, comí en la sala con los pies sobre la mesa y viendo la televisión. Estaba viendo un reality show, cuando pasarón a comerciales y le subí el volumen ya que llamo mi atención.

- ¿Esta listo para el mejor viaje de su vida? -me acomodé.- ¡Pues no esperé más, British Airways lo tiene! -¿Viajes? Me pregunté a mi mismo, estuve viendo algunos promocionados, pero hubo uno, uno en especial que fue el que más me agradó-. Paris -susurré entre Dientes. ¿Será que esa podría ser una gran excusa para que ________ me perdonase? No tenía dinero, reí a mis adentros pero puedo conseguirlo, solamente dos boletos a Paris y es todo, ah si y el permiso de mamá. ¿Cómo olvidarlo? fui por mi Laptop a mi habitación y me metí a la pagina a buscar precios y ofertas. Vi las cantidades y me sorprendí, en realidad eran caros.- No veo lo barato aquí -dije, pero recordé a papá aunque no quisiera, sé que él tenía mucho dinero. Podría darme el dinero fácilmente, pero... ¿a cambio de qué? Bueno, tal vez podría convencerlo si le digo que en la próxima cena hablaré con Charles, el hijo menor de uno de sus socios, ñoño, bastante tonto y de sangre pesada. Tal vez si me hago "amigo" de él, papá esté contento y me de el dinero que necesito. Porque lo conozco, se que pedirá algo a cambió. Tomé el teléfono y marque unos cuantos números.

- Corporación Gnatovich, buenas tardes habla Diane ¿en qué puedo servirle?

- Diane, hola, quisiera una cita con mi padre, por favor -lo sé un hijo pidiendo cita para ver a su papá.

- Oh, joven, puede venir a las tres de la tarde su padre lo estará esperando.

- Muchas gracias, hem...no le comentes que iré ¿si?

- Será nuestro secreto -respondió Diane. Ella era tan amable, a veces me pregunto qué hacía trabajando para mi padre. Pero lo admito, los jefes malos siempre tienen secretarias echas un amor, solo para dar la imagen de buena y familiar.

Me metí a bañar y me cambié, me puse una camisa gris con un corazón aun lado que dice ''Lover'', unos jeans negros, mis converse blancas y mi gorro verde. Tomé mi cartera y mi celular y salí de la casa a tomar un taxi. Iba viendo por la ventana las calles y a lo lejos vi a dos chicas caminando.

- Baje la ventana por favor -pedí y lo hicieron, si eran ellas dos.- ¡_______! -grité, pareció que se asusto porque dio un brinco. Ella me miró, en cuanto me iba alejando Jane me levantó el dedo, yo abrí la boca y me hice el ofendido. En realidad ella siempre era muy ruda, quizás porque en secundaría era la única chica en el equipo de lucha de la escuela. Pero a pesar de su rudeza, siempre ha sido muy dulce y divertida, no me imagino por qué tendrá tal odio conmigo, bueno, a quién engaño. Claro que sé por qué me odia. Pero no me interesa, porque esto estaba a punto de cambiar. Yo sería el que le cumpliría su más grande sueño a ______, sin importar nada más. Y quiera o no, se que me tendría que perdonar. Paré enfrente de el gran edificio y le pagué al conductor. Subí por el elevador al piso 32 y me encontré con la chica morena.

- Buenas tardes Diane -dije entrado.

- Buenas tardes joven, pasé -dijo amable. Me dirigí a su oficina y sin tocar entré.

- Claro, pero la producción tiene que seguir Dallas, vamos... solo una ronda más y veremos con los demás socios si podemos fusionar la empresa o crear otra mayor -dijo sin mirarme, carraspeé y él levantó un dedo- claro, seguro... mándamelo en un correo y lo revisaré, sí -dijo y terminó- ¿hijo?

- El mismo -dije.

- Que sorpresa, ¿Qué te trae por acá? -dijo sentándose en su silla frente al escritorio.

- Necesito que me ayudes -pedí.

- ¿En qué?

- Necesito dinero -me senté.

- ¿Se podría saber para que? -preguntó.

- Me iré de viaje unos días...

- ¿Solo?

- No -él entrecerró los ojos y puso sus manos frente a sí, en su escritorio. Sabía que estaba a punto de interrogarme y de hacer las preguntas mayores.

- ¿Cuántos días, con quién, por qué, y cuanto necesitas? -preguntó de pronto.

- No lo sé quizás una semana, tampoco quiero perder las pruebas en la escuela. Iré con _______ -él frunció el ceño.

- No, no, no -dijo de pronto.

- Pensé que habíamos hablado de esto -dije.

- ¿Para qué quieres llevar a esa chica? -preguntó.

- Será su cumpleaños Andrew y quiero darle una gran sorpresa, ella...-estaba apunto de decirle lo de su enfermedad pero callé.- ella sueña con ir a Paris.

- Pues que se vaya ella, ¿por qué tengo que pagar por su felicidad? -preguntó y yo suspiré, era hora de negociar.

- Bien, lo ponemos así -dije poniendo las manos en la mesa al igual que él-. Me das el dinero, me dejas llevarla SIN TU supervisión -porque siempre me mandaba a vigilar- dejarás de molestarme con ella y yo estaré en cada cena de negocios tuyos, sin reproches y caras largas. Prometo entablar una buena plática con Charles -él levantó una ceja- y también jugaré con Lizzie -su hermanita- estaré dispuesto a eso por tres meses, si me das lo que te pido... -se quedó callado- ¿trato? -él se quedó pensado unos segundos y habló.

- ¿Lo quieres en cheque o efectivo? -yo sonreí.

- Cheque -pedí, así podría poner cualquier cantidad en él.

- Bien, quiero que tomes solamente lo que necesites ¿okey? -dijo, firmando aquel papel.

- Si, esta bien -dije y lo tomé.- Muchas gracias.

- Comienzas a ser bueno en las negociaciones Bogdan -dijo y yo lo miré sobre mi hombro.

- Contigo tengo que serlo -dije mientras salía. Miré a Diane, ella se me quedó mirando, le mostré el cheque y ambos alzamos los brazos a modo de victoria.

- Suerte -susurró.

- Gracias -dije y subí al elevador de nuevo. Ahora el siguiente paso, sabía que mamá no me dejaría viajar, soy menor de edad, amenos de que ya tenga los boletos porque no hay devoluciones. Tenía que ir al banco a sacar dinero con este cheque, tenía permiso de hacerlo.

- Buenas tardes -dijo una señorita.

- Ah, hola buen día vengo a retirar dinero -saqué una pluma y empecé a llenar el cheque, me quedé pensativo por un momento. ¿Y si tomo demás? digo, para mis gastos. Des me debe demasiado, le sacare unos euros más me dije. Cuando termine, se lo entregué, ella me miró raro pero luego se encogió de hombros y me entregó el dinero en efectivo. Sonreí y lo metí todo a mi cartera y la otra mitad a mi bolsillo, pues extrañamente no cabían en la misma bolsa. Salí de allí y me dirigí al aeropuerto, donde compré un paquete de ida y vuelta para ir a Paris. Me atendieron de la mejor manera y luego me dirigí a casa. Tenía 300 euros en mi bolso del pantalón, tan pronto como llegué a mi casa, lo guarde en mi cajón y me dirigí al cuarto de mamá, ella se encontraba acostada viendo la televisión.

- Hola cariño ¿Dónde estuviste? -preguntó, mientras le daba un beso en la mejilla.

- Estuve haciendo unas cuantas cosas -me senté a su lado.

- Nada malo ¿cierto? -preguntó.

- Mamá me iré una semana a Paris -dije, ella al instante se exaltó.

A pesar de todo eres mi princesa || [Bogdan Gnatovich]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora