Edward condujo el Mercedes por la carretera. Con una mano sostenía el volante y con la otra tomaba la mano de Megan.
―Bien, creo que ya lo tengo ―declaró Megan haciendo un esfuerzo para guardar toda la nueva información en su mente.
―Puedes hacer las preguntas que desees ―aclaró Edward al voltear el rostro hacia ella.
―Te has puesto serio. ¿Qué sucede?
―No me gusta que te muestres tan reservada. No sé qué piensas y apenas has hecho preguntas.
Megan asintió al comprender su posición.
―No me he formado una opinión aún. Para temas complejos como este, primero aprendo los hechos de la forma más objetiva posible para que mis sentimientos no interfieran. Uso esa técnica en la clase de historia para aprender sobre las guerras. Si no lo hago, me pongo a pensar sobre las personas que vivieron en ese tiempo, lo que debieron haber pasado, todo lo que perdieron y me deprimo.
Edward le levantó la mano sujetada e inclinó la cabeza para besarla en la muñeca.
―Tienes un corazón muy compasivo.
Megan sonrió. Edward parecía complacido con cada pequeño detalle que iba aprendiendo de ella. En cambio, cuando él compartía su historia, parecía esperar que ella lo mirara con rechazo, repulsión o algo peor. Por eso Megan había aprendido esconder su fascinación y solía mantener una expresión neutra. Después de todo, no quería que la considerara una loca.
―Lo dice el hombre más generoso, atento y cariñoso que he conocido.
―Cuando cambies de opinión sobre mí, me gustaría que me lo dijeras sin rodeos.
―¿Y si no sucede?
―Sucederá ―afirmó.
Megan hizo una mueca.
―Creo que me corresponde a mí tomar esa decisión. Lastimosamente para ti, en especial para esa pequeña porción de tu cerebro que espera que yo salga corriendo despavorida, eso no sucederá.
―Entonces no has comprendido lo que te he contado.
―Veamos. Edward Masen, hijo devoto de Elizabeth Masen. Inteligente, buen chico. Posición económica privilegiada. Falleció a los diecisiete años al enfermar de gripe en la pandemia. Al mismo tiempo, nació Edward Cullen, un vampiro convertido por un doctor que adopta una figura paterna. Vegetariano de nacimiento. Puede leer la mente, eso es importante. Los primeros años de adaptación fueron relativamente tranquilos. Luego vino la típica etapa de rebeldía. Ejecutor de asesinos, violadores y otro tipo de escoria humana. Tiempo después decidió retomar su dieta original. Se reintegró a su familia y siguió con su vida monótona.
Megan tuvo que hacer un esfuerzo para no agregar "sufriendo en silencio y resignado a una existencia sin emoción".
―Lo has resumido bien. ¿No te causa repulsión saber que he matado personas?
―No.
Edward pareció relajarse y recuperó su buen humor. El timbre de mensaje de texto de su celular lo obligó a soltar la mano de Megan y buscó en su bolsillo. Miró la pantalla y lo guardó rápidamente para volver a tomarla de la mano.
―Alice está impaciente ―comentó sonriendo―. No le agradó que decidiéramos retrasar nuestra salida hasta el mediodía.
―Lo dices como si... ¿Nos están esperando?
―Sí ―admitió un poco avergonzado―. Si prefieres dejarlo para otro día, está bien. Dejé claro que no era algo seguro.
―Bueno. Creo que deberíamos ir a tu casa. Me gustaría conocer a tus padres y hermanos. Al menos podré estrechar sus manos. Si no les agrado, ¿me lo dirías?
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El secreto de los Cullen || Edward Cullen
Fanfiction𝐶𝑢𝑎𝑛𝑑𝑜 𝐸𝑑𝑤𝑎𝑟𝑑 𝐶𝑢𝑙𝑙𝑒𝑛 𝑑𝑒𝑐𝑖𝑑𝑖𝑜́ 𝑖𝑛𝑡𝑒𝑟𝑣𝑒𝑛𝑖𝑟 𝑒𝑛 𝑢𝑛 𝑎𝑐𝑐𝑖𝑑𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑒𝑛 𝑒𝑙 𝐼𝑛𝑠𝑡𝑖𝑡𝑢𝑡𝑜 𝑑𝑒 𝐹𝑜𝑟𝑘𝑠, 𝑛𝑜 𝑖𝑚𝑎𝑔𝑖𝑛𝑜́ 𝑞𝑢𝑒 𝑐𝑜𝑛𝑜𝑐𝑒𝑟𝑖́𝑎 𝑎 𝑢𝑛𝑎 𝑗𝑜𝑣𝑒𝑛 𝑞𝑢𝑒 𝑠𝑒 𝑐𝑜𝑛𝑣𝑒𝑟𝑡𝑖�...