RECUPERÉ A MI HIJO

263 5 1
                                    


Mi madre ingresó a la habitación.-uhh ya se durmió mi bello bebito.- Dijo contemplando al niño que dormía.-Toma hija, tu teléfono está cargado, no le sucedió nada en el accidente. Lo que si quedó para el olvido fue tu automóvil, pero el seguro cubrirá los gatos. Don Rafael dijo que te llamaría. Te ha estado haciendo los trámites del seguro. Estuvo muy al tanto de tu evolución después del accidente. Que bueno que hayas tenido un apoderado del colegio que es abogado. El se ha encargado de todo. Es muy amable –me decía mi madre con una sonrisa de picardía. Como insinuándome algo que yo no comprendía.-Ah si, Rafael, el papá de Fabiolita. El siempre va a las reuniones del curso. Si, él es mi amigo.- Recordaba a Rafael. Era un tipo de unos 49 años que tenía una hija en mi clase. Era viudo y asistía regularmente a reuniones, además era el presidente del centro de padres del curso. Por lo que mi relación con él era bastante estrecha y con el transcurso del tiempo trabamos una gran amistad, de hecho hasta me invitaba a jugar fútbol por su equipo que tenía en su bufett de abogados. Además tenía fama de ser muy mujeriego; me había contado que lo hacía como una forma de calmar el dolor de su viudez de hacía 5 años. Esto me lo había confesado en el tercer tiempo de un picado partido de balón que habíamos ganado a un equipo rival. Bueno todo esto había sucedido cuando yo era un hombre, ahora todo había cambiado para mí. Por lo que lograba entender, en esta vida, también tenía amistad con él. Aunque no sabía de qué tipo era el nivel de amistad con el flamante abogado que bien lo sabía yo, había salido con un par de maestras del colegio las cuales las había llevado a la cama. Una de ellas incluso era casada. Rafael y yo en más de alguna ocasión habíamos salido a alguna juerga sobre todo después de mi separación con Evelyn, la madre de mi hijo. Todo eso antes del misterioso cambio de sexualidad en mi vida.Mi madre y mi prima se despidieron para que yo descansara.Busque algo que ponerme para ir a la cama y encontré un sexy camisón de dormir rosado de invierno, ya que en mi país el mes de Julio corresponde a aquella estación de baja temperatura. Aunque la habitación estaba abrigada gracias a la calefacción de una estufa eléctrica que habían encendido.Al desnudarme pude contemplar por primera vez mi cuerpo completamente desnudo y pude observar cada detalle de este. La madre natura había sido benevolente conmigo en esta dimensión en que ahora vivía. Me costaba trabajo poder creer que esa preciosa mujer reflejada en el espejo fuera yo. Si yo siguiera siendo Paul de seguro tendría una erección al ver esa escultural fémina desnuda frente a mí. Mi cabello llegaba a la altura de unos generoso pechos que a pesar de una cercana maternidad se mantenían erguidos e imponentes. Como decía, mi pelo era de color castaño claro, producto de algún químico embellecedor conseguido en algún salón de belleza. A esa conclusión llegué al notar mis vellos púbicos de un negro intensó que delataba mi verdadera naturaleza. Tenía un cuerpo casi perfecto, o al menos para mí lo era. De hecho bajo mi punto de vista de hombre era de mi completo gusto. Quizás un poco delgada como diría mi padre, pero con unos muslos firmes y tonificados, producto de algunas sesiones de bicicleta estática que tenía al fondo del patio; que yo mismo había comprado cuando habitaba en mi cuerpo de hombre. Me di vueltas y observé mi escultural trasero como hecho a mano lucía unas nalgas preciosa. Me preguntaba ¿Cómo Waldo podía haber abandonado a este cuerpecito por el de Evelyn?. Bien sabía yo como hombre que hay detalles de las mujeres que hacen que nosotros los hombres dejemos de comer carne por comer "charqui" o como decía mi abuelo que las mujeres eran como las gallinas dejan de comer maíz por irse a comer "caca". Creo que con esos pensamientos estaba actuando como una mujer resentida por lo tanto decidí olvidar esas metáforas. Me vestí con la coqueta ropa de cama sin ponerme calzones(bragas) y me colé en al sobre(en la cama) para luego abrazar con fuerzas a mi hijo. Di gracias a dios que lo había recuperado y que nadie podría apartarlo de mí. En esta vida yo era su madre. Yo lo había dado a luz y sentía por él, un amor infinito y podía comprender al fin lo que era el sentir de un amor maternal. Atrás quedaba el dolor de la decepción de las dolorosas confesiones de la que fuera su traidora madre, de los engaños y de mi errada paternidad. Esto era definitivo era mi amado hijo aunque ahora resultara que su padre fuera Waldo. El tipo que había destruido mi anterior vida de hombre: La que llevaba hasta hace unos días atrás. Ahora la vida o algo misterioso me regalaba la oportunidad de renacer como persona y aunque me costaba aun acostumbrarme a ser una mujer, agradecía que todo esto me hubiese sucedido.P:D:¿creen que debo seguir con la historia?

EL DIARIO DE PAOLITADonde viven las historias. Descúbrelo ahora