CONTINUA MI RELATOAquella mañana me levanté lógicamente muy nervioso. Era mi primer día de vuelta al trabajo. Con el cambio que ya les comenté en mis narraciones anteriores. Ya no era el profesor Paul. Si no la maestra Paola. Me hubiese gustado tener una maestra así me dije cuando me contemplé al espejo antes de salir al colegio. Por dios que me veía "wapa". Me encantaba ser la mujer que ahora era: bella, fina, distinguida y trabajando en lo que a mi me gustaba. -Cuide bien de Andrés- le dije antes de salir a mi madre mientras esta me daba sus bendiciones. En estas 3 semanas de licencia médica me había acostumbrado a estar con mi hijo. Estaba recuperando el tiempo perdido tras esos meses de separación con su madre y lógicamente con él. Pero ahora que en esta extraña dimensión desconocida, su madre era yo, nada impediría que me separaran de él.A pesar que me encantaba mi femineidad no me atrevía a usar vestidos ni faldas. Me había probado algunas en mi cuarto pero no quería salir así a la calle. Me aterraba la idea de aparecer casi desnudo en público .La ropa interior la había aceptado sobre todo los sostenes (bra) , esto por fuerza mayor ya que mis senos lo pedían con urgencia. No podía negar eso si que me entretenía modelando a solas en el espejo. Es más, creo que debo confesar que hasta me excitaba ser, quien ahora era.Mis colegas en el colegio me recibieron de maravillas. Mis alumnos estaban felices de que "su tía "estuviera devuelta. Según ellos me habían extrañado demasiado. Ese día fue de maravillas, en los breaks (recreos) Los demás colegas me preguntaban por mi accidente y como me sentía . Se disculpaban por no haberme visitado ni llamado. Pero como sabían las secuelas de mi accidente y de mi supuesta pérdida de memoria habían preferido mantenerse distanciados . sobre todos los que parecían más cercanos a mi en este nuevo escenario de mi estrambótica vida.Mis alumnos , por su parte, se portaron super bien. Quizás, por que sabían de la delicadeza de mi salud pero a medida que pasaron los días volvieron a ser los desordenados y bulliciosos de siempre a los cuales tenía que gritar para que se comportaran. Uno de esas tardes en que ya salía del colegio estaba Rafaél, el abogado y apoderado de mi curso.-Paola, me alegro que estés bien- me dijo saludándome muy cariñosamente mientras me abrazaba cortésmente y me besaba la mejilla. Fabiola su hija estaba unos metros mas allá platicando con otra compañerita del curso.-El era un cuarentón bastante atractivo como les había contado anteriormente, viudo y muy mujeriego por lo demás. Esto desde que había sufrido la pérdida de su esposa.-Te quería dar la buena noticia personalmente, Paola.-Si dígame- le contesté. -Paola, somos amigos para que tanta formalidad.Si, éramos amigos cuando yo era hombre . Pero ahora no sabía cual era nuestro nivel de amistad. Por esa razón no quería tutearme con él de buenas a primeras.-El seguro pagará todos los daños del accidente. Te devolverán el dinero de tu automóvil. Costó bastante pero lo logramos.-Que bueno le dije, pero por esto saldrá caro su servicio.-Paolita, Paolita. Para que estamos los amigos. –Me dijo con una sonrisa que denotaba más aires de seducción que de simple amistad. Yo había sido un hombre y en mi interior aún sentía que lo era. Conocía muy bien las artimañas de los machos para llamar la atención de la hembra. Este era uno de esos casos. Pero había que seguir el juego si después de todo el tipo en cuestión me estaba ayudando.-Gracias Rafael. Pero de verdad tengo que cancelarte tus honorarios.El me tomo suave del brazo casi acariciándolo. - Eso lo conversaremos después querida. – Me dijo susurrándome al oído .Esas palabras seductoras me sonaron incomodas. Obviamente, no estaba acostumbrado a ese tipo de tratos de parte de él, ni de ningún otro hombre. Rafael, era mi amigo de "farras". Con el cual salía de juerga como el típico par de machos que ambos éramos. -Yolandita ¿Cómo estás?- Saludó Rafael a mi colega con la cual habían tenido un romance obviamente muy oculto, de cual excepto yo sabía, que era su amigo confidente y me contaba sus múltiples aventuras. Ella también le saludó efusivamente, sin importar la presencia de la pequeña hija de él, que les miraba con cierto grado de molestia. - Paola no te vayas- me dijo él cuando les alcé mi mano en son de despedida y me daba la vuelta para marcharme- Si quieres te voy a dejar a tu casa.Vi la cara de molestia de mi colega Yolanda que lucía escultural tras esa falda corta tipo ejecutiva, demasiada provocativa para una mujer que impartía clases en un colegio de enseñanza básica. Claro que debía reconocer que como hombre, me fascinaba como lucía y cada día esperaba con ansias verla llegar para recrearme con su presencia. Los varones, colegas del colegio esperábamos a la expectativa algún descuido de ella para verle algo más que los muslos cuando se sentaba en la sala de reunión de profesores del aquel establecimiento educacional. Era sin duda, una mujer exquisita para la vista de cualquier hombre. Ese hombre que yo había dejado de ser misteriosamente y que ahora una más de ellas. Una mujer que despertaba el instinto en el sexo opuesto.-No hace falta. Tengo que hacer unas compras.- Le respondí tratando de no incomodar a su hija así como también para no despertar los celos de Yolanda.-Vamos- Me dijo él- Yo también debo ir al centro a comprar unas cosas. Te dejo allí y tu vas a lo que tengas que hacer para no incomodarte.Miré a Yolanda que permanecía de pie.-Yo también voy al centro. Podemos ir juntas Paola. Rafael nos lleva. ¿No es así Rafita?- Claro claro. Es un placer llevar a dos bellezas.¿Belleza? ¿Yo una belleza? Yolanda sin duda que lo era ¿Pero yo? Si, también yo lo era. Con mis ojos del hombre que había sido al contemplarme en el espejo lo había comprobado decenas de veces en este poco tiempo que había pasado. Pero aun así me costaba acostumbrarme al rol de serlo. Aún me molestaba que morbosos por la calle al mirarme me miraran con lujuria y deseos. Aunque ya llevaba más de un mes en este cuerpo de hembra y poco a poco me encantaba que todo eso me hubiese sucedido.
ESTÁS LEYENDO
EL DIARIO DE PAOLITA
RomancePaul sufre un accidente tras una terrible depresión al enterarse que Loreto su mujer lo engaña con Waldo. Al despertarse en el hospital se va enterando que cruzo a otra dimensión en que ahora es una mujer.