Quédate Conmigo© (Cuando Ella Era 1)✔

No te pido que lo odies, te pido que no lo ames

11.

ANNE

¿Podría escapar sin que nadie lo notara?

No es que odie la clase de Grey, todo lo contrario pero... ¡tengo hambre!

Ya, tienes que detenerte Ann, pensar en eso solo despertará más tu apetito

Algunas veces, odio escuchar a mi conciencia

—Madre mía, ¡Ann! Te estoy hablando, sorda

Rachel me zarandea, lo que me hace mirarla con confusión

—Lo siento, estaba pensando en... Olvídalo, no lo haré, no importa

Rachel apuña sin cerrar por completo sus ojos y me escrutinea negando con la cabeza

—Pon mas atención a lo que te rodea, Ann, nunca sabes qué arpías pueden rondarte para lastimarte— dice molesta

Sé que Rachel odia que la ignoren, sobre todo en una conversación pero no podía prestarle mi atención, no cuando mi estómago pide comida. Tengo hambre. No pude desayunar porque el desayuno era tocino y omelette con vegetales. Porr supuesto, a estas alturas de mi vida no comería eso ni aunque me pagaran por hacerlo

—Rach, estamos en clase— dije lo obvio —no creo que nadie venga a interrumpir a Grey para matarme o humillarme, pelirroja

—Lo que sea, castañarojiza

Me sacó la lengua y se cruzó de brazos volteando al frente, genial, Rachel estaba sensible, parecía que me estaba diciendo algo importante

Me sentí mal por ignorarla pensando en la mejor idea para escapar he irme a casa o algún otro lugar donde pudiera comer tranquilamente y atorarme de pastel de chocolate o tal vez de caramelo. Debí escucharla. No suelo ser una desconsiderada y menos con mis dos amigos de siempre, me gusta escuchar, me gusta estar allí para cuando lo necesitan, adoro a Rachel como a mi hermana, no me gusta que crea que la ignoro

—Lo siento, no te enojes, es solo que tengo hambre, mucha, para ser exacta— hago un puchero —, y estaba pensando en escaparme para ir a comer pastel— le digo la verdad, ella por su parte rueda los ojos

—Está bien, no hay problema, solo que... Ann, si los idiotas de Pride, y su dúo de imbéciles te vuelven a acorralar como el viernes me lo dirás, ¿cómo crees que me sentó saber que tuviste una plática con esos idiotas por otras chismosas y no por ti?— preguntó indignada y dolida —. Mi cara fue todo un poema y las idiotas se burlaron ¿lo peor? Ni siquiera pude contradecirlas— gruñe eso último