— Bien, señorita. Siga la luz por favor.
Hago lo que el médico me indica y sigo con mi mirada el punto blanco de luz que sale de su linterna. El doctor asiente con la cabeza y apaga el aparato. Yo cierro los ojos fuertemente, viendo ese punto brillante en la oscuridad.
— Señorita Dessen, está usted perfectamente. Ha tenido mucha suerte, la explosión no le ha causado más daños que algunos cortes.
— Pero entonces, ¿por qué se desmayó? ¿Está usted seguro de que está bien, doctor?
— El desmayo fue causa del shock producido por los acontecimientos— dice el médico, mientras guarda sus objetos en su maletín y lo cierra— Así que no se preocupe, alteza. Tiene usted mucha suerte, señorita Dessen, no todo el mundo trabaja para alguien que se preocupa tanto de su salud.
Miro a Katherina y veo como se sonroja por la vergüenza. Hago una nota mental para reprenderla por su preocupación, ya que alguien podría habernos descubierto.
— Acuérdese, limpie sus cortes una vez al día. Y eso es todo, puede usted volver a su vida normal y a su trabajo.
— Muchas gracias, doctor— digo, mientras me levanto de la cama y agacho la cabeza en señal de respeto hacia él.
Kat acompaña al médico hacia la puerta, agradeciéndolo y despidiéndolo.
— Katherina ¡Nos acabaran descubriendo! —digo cuando ésta ya ha cerrado la puerta y nos quedamos sola en el cuarto.
— ¡Qué dices! Has sido victima de una bomba, claro que tenía que venir un médico a visitarte.
— Ah ¡¿y ese médico tenía que ser el mismísimo médico de la familia real?!
— No seas tonta, Zena. El doctor Sanders ha venido a hacerle una visita a mi padre, y ya de paso pues le he llamado para que te haga una a ti.
Niego con la cabeza, mientras camino hacia ella y le cojo de la mano.
— Kat, de verdad. Necesitamos ser más cuidadosas. Podrían sospechar de nosotras y yo no quiero tener que alejarme de ti por un soplo.
— Lo sé, cariño, lo sé— dice Katherina, mientras acorta las distancias entre nosotras y me da un suave beso— Prometo ir con más cuidado.
Asiento con la cabeza y la guio hacia la cama. Nos tumbamos y ella acomoda su cabeza encima de mi pecho, mientras llevo mis labios a su frente y le doy un suave beso. Con mi mano izquierda acaricio su brazo, dando suaves pasadas hacia arriba y hacia abajo.
— ¿Se sabe algo del atentado? ¿O, al menos, de las siglas?
— No se sabe nada de nada— puedo notar la preocupación en la voz de Katherina— La guardia real está haciendo todo lo posible por encontrar al autor de los hechos. De momento, están intentando encontrar coincidencias de nombres entre los ficheros de todos los habitantes del reino, pero hay miles, incluso millones. Puede que tardemos años en encontrarlo, pero para entonces ya no habrá nada que hacer.
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Inefable
Ficțiune adolescențiImagina despedirte de toda tu familia. Imagina tener que viajar a un sitio desconocido para poder sobrevivir. Imagina encontrar algo que ni siquiera estabas buscando. Cuando desaparece el pilar fundamental de su familia, es Zena quien debe mantenerl...