『 ѕι αℓgυи ɐᴉp ᴍᴇ ᴇsᴄᴜᴄʜᴀɴ 』🅜🅘🅒🅗🅐🅔🅛 🅐🅕🅣🅞🅝

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Michael se intentaba parar como pudo, pero no, cayó otra vez, no llevaba la cuenta de cuantas veces se desplomó al suelo, pero si, se podría decir que fueron muchas.

Pero como en las demás, se levanto, he intento volver a caminar, aunque sabía que se volvería a caer, busco un lugar en el cual poder recostarse y mirar sus heridas, aunque estas no le dolían, la explosión dejó muy débil sus piernas, más, todo lo que tuvo que haber corrido por escapar de Springtrap.

Miro una pequeña cueva subterránea, debajo de un puente, para su suerte, la zona en la que estaba no era muy visitada, solo iban 5 o 7 personas, tal vez y le de tiempo curar sus heridas y para que se le pasaran el dolor de sus piernas.

Sin dudarlo, fue directo hacia allá.

Antes que todo, Michael es precavido, saco una linterna delgada y pequeña, casi del tamaño de su mano, cosa que ya entendía porque los guardias de Freddy Fazbear no duraban mucho, la encendió y busco si había alguien o algo, ya sabes, para estar tranquilo y no venga de la nada un vagabundo borracho.

La cueva era más profunda, pero el dolor de sus piernas no le dejaba ir más lejos, por su mente pasó una pregunta, ¿Y si Springtrap sobrevivió al incendio?...... Esa idea lo aterraba, ¿Y si lo había seguido o ya estaba aquí?, con un gran sacrificio, fue un poco más profundo de la cueva para asegurarse de que esa cosa no estuviera ahí. Ya que este fue el primer camino que Michael escogió como ruta de escape, y si fue el primero y el más fácil, la probabilidad de que su padre también lo haya escogido es de altos números.

Al asegurarse de que no había nadie, se sentó en donde el pensaba que era el centro de aquella cueva, bueno, también se le puede llamar túnel.

De la mochila que traía con el, saco un botiquín de emergencia mediano, saco una venda y una tijera, y empezó a vendarse las heridas, que al mismo tiempo, se tornaban morado que se hacia contrastar con su piel blanca.

Mientras se curaba, pensó quedarse en aquí por tiempo, digo, la policía sabía que él pecoso (aquí Michael tiene pecas)  trabajaba en ese lugar, y si decía que había sido el que incendió un establecimiento que no estaba bajo su nombre, sería o una multa bien cara, o unos buenos años en prisión.

Y Michael, ni tenía el dinero suficiente como para pagar la multa, y tampoco quería entrar a la cárcel, además, ¿Crees que le crearan?, lo tomaran como loco y con más razón lo llevarían a un sicólogo.

Suspiro tranquilamente, las piernas aún le dolían y su cabeza daba tantas vueltas que ya hasta le empezaba a doler. Así que, acomodó su mochila y recostó su cabeza en esta y solamente cerró sus ojos...Olvidándose del mundo que por una vez, al fin le daba tranquilidad.