Isabella: La esclava blanca

Luisiana verano de 1765

Amanecía,y los rayos del sol iban iluminando poco a poco cada rincón de mi habitación,me gustaba ver cada amanecer en la intimidad de mi cama,escuchar el revolotear de los pájaros y recibir la tenue brisa del verano,como siempre ,cerré los ojos para llenar mi vida de este silencio maravilloso que me llenaba de paz y tranquilidad.

Me encontraba toda vía con los ojos cerrados cuando escuche los cascos de los caballos,supuse que eran los señores en su habitual cabalgar mañanero,y así fue,escuche sus risas,me levante como siempre para verlos marchar,los contemple desde mi gran ventanal donde tenia una gran panorámica  del maravilloso paisaje,ya marchaban,como siempre la señora Angela iba delante riendo a carcajadas y el señor Fernando detrás contemplándola marchar y haciendo espolear su caballo para poder alcanzarla.

Me gustaba ver lo mucho que se querían a pesar de la gran diferencia de edad que había entre los dos,el señor Fernando casi le doblaba la edad y mientras que ella era menuda y frágil el señor era alto y corpulento.

Mientras me disponía a preparar mi aseo y la ropa que me iba a poner ese día,empecé de nuevo a recordar como había llegado asta aquí,la gran mansión del señor Fernando,de esto hacia ya unos 7años,los mismos que tiene la hija de los señores,Maria se llama,una niña preciosa  de unos ojos grandes almendrados nariz pequeña y barbilla algo pronunciada,el parecido con su madre era grandioso pero no en el color del pelo,mientras que la madre lo tenia castaño claro y grandes bucles,la pequeña lo tenia algo ondulado pero negro,una preciosa cabellera negra como su padre.

Yo también tenia el pelo negro ,ojos verdes como mi madre,mientras que de mi padre no tenia nada,tal vez la altura(era muy alta para mi edad) tengo 17años y estoy casi tan alta como el (papa mide 1,80)

Recuerdo que estaba sentada al lado de mi madre mientras esta cosía un precioso vestido para mi,yo le preguntaba preocupada.

-¡¿pero por que tengo que ir con el mama?ellos tienen esclavos como nosotros y fácilmente pueden cuidar del bebe!-

-¡ya te lo e explicado muchas veces Isabella,no quieren que la cuiden los esclavos,y tu eres perfecta para ello,eres una niña muy dulce y cariñosa y sabrás cuidarla muy bien!- me decía mi madre aunque con un alo  de tristeza.y de pronto apareció el señor Fernando,me pareció enorme en el umbral de la puerta,con la fusta debajo el brazo,miraba a mi madre fríamente,cambio su mirada hacia mi y el semblante le cambio,se le dulcificó y me sonrió, se dirigió a mi madre y le dijo.

-¡¿donde están las cosas de Isabella?!-

-¡están ahí!señaló mi madre con el dedo.

-¡bien,vamonos jovencita,Angela te esta esperando para conocerte!-

-¡mamaa!-

-¡vamos Isabella,ve con el,yo iré a verte en cuanto pueda!-y miro al señor Fernando y le dijo algo que no entendí.

-¡eso no podrás quitarme lo ¿verdad?!el señor Fernando la miro pero no contestó a su pregunta,se dirigió hacia donde estaban mis cosas las cogio y me dijo.

-¡despide te de tu madre Isabella,te espero fuera,no me hagas esperar mucho,tengo algo de prisa!-termino de coger mis cosas y sin despedirse de mi madre salió fuera.

-¡mama!-me abrace a ella llorando.

-¡vamos Isabella no llores,iré a verte siempre que pueda,se fuerte pequeña,ve con el ,no le hagas esperar, se enfada mucho cuando lo hacen esperar!-

-¡adios mama,y recuerda que te quiero muchísimo !-

-¡y yo a ti Isabella !-y me beso en la frente.

Salí corriendo a la calle intentando no llorar,secando me las lágrimas con coraje y rabia,preguntándome el ¿por que?¿por que yo? Y sigo sin obtener respuestas...sentí que llamaban a la puerta.