La amistad (Libro 2) {COMPLETADA}

2-La vuelta a casa-

—Ya va siendo hora de levantarse—dijo una voz a mi derecha.

—Cinco minutos más...—susurré somnoliento.

—Ya veo, bueno, ¿entonces no quieres regresar a Konoha?

—Admítelo Jiraiya, tú eres el único que quiere regresar ahí, y solo para ver a mujeres.

—Cierto, pero pensé que querías ver otra vez a Sarada.

—Aquí no existe el volver y ser felices otra vez como si nada hubiera pasado, han pasado dos años. Lo más seguro es que me odie, o peor aún, que tenga novio.

—Bueno pues en lo que te decantas por ir o quedarte aquí me voy a investigar, me llevo tu dinero.

Después de escuchar eso me incorporé rápidamente y quité mi cartera de la mesita de noche.

—Me voy a cambiar ya, así que no vayas a investigar, y mucho menos con mi dinero.-dije

—¿En serio? ¿Siempre igual? Deja de ponerme la miel en los labios.—contestó él mientras se daba media vuelta.—En fin te espero afuera, no tardes.

Me puse rápidamente unos pantalones grises de chándal que se ajustaban a mis piernas y una camiseta corta negra. Cogí lo que quedaba en el cuarto,la llave de la habitación y una maleta roja, y me despedí del cuarto.

Salí de la habitación 202 y ahí estaba Jiraiya.

—¿Preparado para partir?—preguntó él mientras se reincorporaba.

—Sí.—afirmé y él empezó a moverse hacia la salida.—Jiraiya, espera, no hemos devuelto la llave.

—Ve a devolver la llave ____, aquí te espero.—contestó él mientras se apoyaba en la pared con la espalda.
Fui a recepción y me atendió una chica nueva, o que nunca le había visto por aquí en las dos semanas que llevaba.

La chica aparentaba tener mi edad, era más bajita que yo, y tenía los ojos verdes como esmeraldas, la nariz tenía el tamaño perfecto para mí, ni muy grande ni muy pequeña, sus labios finos y rojizos. Sus cabellos dorados le llegaban hasta la zona media de la espalda y su cara pálida hacía que esa cabellera destacase más.

—Buenos días, ¿qué necesitas?-preguntó la chica.

—Venía a dejar las llaves del apartamento, ya me marcho de aquí.-contesté mientras dejaba las llaves en la mesa.

—Vale, espero que hayas disfrutado de su estadía aquí, pasa un buen viaje hasta...-se calló.

—Oh, Konoha, voy a Konoha.

—Pasa un buen viaje hasta Konoha.

—Muchas gracias—la agradecí con una sonrisa en mi cara.—Y yo espero que pases un buen día.

—Oh, gracias, eres la única que persona que me ha dicho que pase un buen día, es muy amable por su parte.
Yo solo sonreí ante eso.

—Bueno, será mejor que me vaya yendo, no quiero llegar muy tarde.—me despedí de la chica rubia.

—Adiós.

Me fui de ahí y me acerqué a Jiraiya.

—Ya entregué las llaves, debemos irnos.-dije al ver que estaba siguiendo con la mirada a un par de mujeres.—Y nada de mujeres, vamos a Konoha ya.

—Jo, siempre igual... Tu divirtiéndote con la de recepción y yo no puedo.

Empezamos a caminar rumbo a mi antigua aldea, mientras avanzábamos me preguntaba cuanto habría cambiado Konoha.