Capítulo 6

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Luego de unos minutos en silencio procese bien las palabras que había dicho en esos instantes. Mi rostro volvió a tomar varios colores a la vez. Y el nerviosismo de las mismas me estaban consumiendo sin piedad alguna.

Analizaba toda la situación, yo era la chica de la que hablaba. Y que estúpida, hacia unos días había dicho que le interesaba. Pero aparentemente no le preste la atención necesaria en esos instantes por estar pensando en el por que había decidido el acercarme a mi.

Era la chica que había descrito recientemente. La chica de la que se había enamorado "a primera vista" y no lo esperaba. ¿Quien en mi posición lo imaginaria?

Nadie, definitivamente no hubiese pensado en algo así.

Hasta las palabras que habían salido de mi boca me tenían tan sorprendida como a el mismo pecoso que se encontraba frente a mi. Removiéndose nervioso y sorprendido en su asiento.

Luego de esos minutos y un momento de gran arrepentimiento de lo que había dicho opté por tomar la decisión más rápida y salí de la biblioteca casi corriendo. Con sólo cinco minutos faltantes para entrar de nuevo a las próximas clases. Con intenciones de hacer como si nada hubiese pasado y evitarlo a toda costa.

Me sentía estúpida y en esos instantes las palabras que el profesor me había dicho antes de salir del salón de clases hicieron eco en mi mente.

"El es la clase de persona que puede transmitir demasiados sentimientos con el solo mirarlo a los ojos. Dele una oportunidad de que se adueñe de su corazón."

En medio del camino en cuanto más lo pensaba, más sentido tomaban sus palabras. Más ciertas se tornaban. Y me iba odiando más a mi misma, por querer ser dura conmigo misma y no querer darle la oportunidad que realmente merecía.

Y todo por no querer aceptar la realidad que hace casi un año me rondaba.

El chico siempre intentó acercarse y nunca lo permití.

Quería ser dura con todos. Que nadie se acercara a mí y que yo no me acercará a nadie. Se supondría que no lo permitiría. E igual le brinde una oportunidad de que fuese sólo "mi compañía silenciosa"

Tan siquiera mis palabras duraron firmes semanas. Hablaba todo lo que quería y no me molestaba. E incluso podría ser yo y hablar todo lo que quería también. El sonreía y yo me perdía en su sonrisa y en mi mente me quería engañar a mi misma pensando que sólo me cautivaba el parecido de si sonrisa a la sonrisa de mi madre.

Cada que lo miraba sus morenas pecas me cautivaban. Parecían las constelaciones de los libros de Astronomía que tanto adoro. E incluso en alguna parte de su rostro logre encontrar la Andrómeda.

Situada al sur de Casiopea. Pero que en su rostro se situaba bajo sus finos y colorados labios.

En esos instantes me consideraba una chica completamente patética. Y lo que pasaba y había pasado era la realidad. El presente que no quería afrontar pero que de igual manera debía hacerlo.

Por que de alguna manera u otra nos volveríamos a encontrar. Era y es lo más inevitable que se pudiese esperar.

No lo entendía, nuestros caracteres son completamente distintos para nada compatibles. No hay nada de lo que pueda beneficiarse el. Y por esa razón me preocupaba al principio el por que yo.

Yo, simplemente tengo un carácter *taciturno*. Y el es la persona más habladora y feliz.

Nada que congenia a la perfección. Y aún pensando en eso seguía sin molestarme en lo más absoluto.

Que yo fuese de esa manera a él no le molestaba para nada. Y que el fuese así a mi me encantaba.

Si que lo hacía.

Lluvia de asteroidesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora