Capítulo 7

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Temprano en la mañana partí a la escuela

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Temprano en la mañana partí a la escuela.

En silencio, sabiendo que lo que haría sería lo correcto. Por que ya una vez le había dicho a mi madre que no necesitaba alejar a una persona que no me hacía daño.

La oportunidad de acercarlo era más. Y la aprovecharía todo lo que pudiese. Por que era cierto, podría acostumbrarme a el.

Es más, ya estaba acostumbrada y era tiempo de comenzar a aceptarlo. Con una sonrisa en el rostro fui por mi camino, nada influiriá en mi día, en el día donde más confiada me sentía. Confiada y feliz.

Estaría en paz, con la compañía de Oxdown el medio día. Hablándole de astronomía o tal vez mirándolo y escuchando lo que tuviese que decir.

Contando en silencio las pecas de su rostro que tanto me encantaban. Y mirando sus ojos cuando se perdía en la nada.

Darell, para mí la persona que toda chica o chico quisiera tener en su vida. Amable, buena persona, carismático, nervioso y lindo.

La persona que se enamoró de una chica con problemas de ira y que el aún no lo sabe. Le persona que a pesar de todos los defectos que me rodean siempre ve lo contrario.

La persona que dice soy increíble y la realidad es que aquí quien es increíble es el. Oxdown ante mis ojos es perfecto, la persona más increíble y el chico que aunque no lo diga admiro.

No odia, sólo sonríe. No hay seriedad en su rostro, es feliz. No hay maldad en el, sólo pureza. No hay reproche, sólo amor. El, el solo dedica cada particula de su cuerpo a ser el chico perfecto que alguna ve en la vida ansiamos encontrar, yo no le encontre pero el me encontró a mí.

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Ingresé a la escuela ignorando a todos a mi alrededor. Caminaba por los pasillos en paz aún faltaba una hora para entrar a tomar las clases.

De camino a la biblioteca iba pasando por la cafetería y mire. Me quedé unos minutos y decidí tomar el desayuno que no había tomado en casa.

Mi subconsciente pedía a gritos que lo hiciera. Que tomará el desayuno, por que a él le molestaba el que no comiera nada en el día hasta llegar a casa.

Tomé una bandeja del lugar y comencé a mirar que podría tomar. Al terminar simplemente tome asiento y desayune aún en paz.

Pero no todo dura en la vida.

-Miren a quien tenemos aquí. A la chica que le pego a Santi y se salvó por que el maestro la defiende. Y no es más que una problemática que intenta hacerse pasar por una estudiante buena y tranquila.-

Intentaba hacerme la que no escuchaba sus palabras. Que no me molestaran y mantenerme en la paz que tenía desde que me levanté.

Tomó mi hombro y me giró hacia ella.

-Cuando te hablé me miras estúpida.-

La miré sin expresión alguna en el rostro. Totalmente neutral y reacia a que sus palabras me afectarán. Intentando que el daño que quería infligir en mi no calara en mi mente y me hiciera molestarme.

Lluvia de asteroidesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora