Capítulo 8

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-Bueno la verdad no tengo ni la más mínima idea de como decirlo

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-Bueno la verdad no tengo ni la más mínima idea de como decirlo. Pero creo que ahora mismo da igual.- hablé mirando al suelo.

-Aquí el punto es que lo que te diré es algo personal y se que no me juzgaras como los demás.- silencie por un momento y retome la conversación.

-De pequeña tenía muchos problemas. Tenía problemas todos los días sin fallar en la escuela y siempre resultaba ser la culpable aunque no lo fuera.- inhale y exhale dos veces. -Nadie ayudaba en nada y sólo abogaban y decían cosas que no debían. Eso en el fondo a pesar de ser una niña me afectaba. Y no sólo a mi si no que a mi madre y me atrevo a decir que le afectó incluso un poco más que a mi.-

-El enfermero escolar sólo dijo que debían llevarme a un psicólogo y psiquiatra. Todos decían que era un monstruo y que le hacía daño a todos a mi alrededor. Que no era normal tanta agresividad en una menor de edad. Pero obvio no lo decian así. Solían ser más crueles con sus palabras.- me tomé un minuto y frote mi cabeza con mis dedos y los ojos cerrados.

-Todos los chico a temían de mi y aún así siempre terminaban por hacer algo que me molestase y mi reacción sólo era ponerme agresiva en modo de defensa. Intentaba no hacerlo, pero era inevitable el poder defenderme de la manera que fuera.-

-El consejero escolar sólo dijo que necesitaba ayuda de un centro. Y prácticamente me culpaban siempre de golpear a mis compañeros de clases, pero de igual manera se sabía el por que era así y nada. Sólo me discriminaban de manera injusta. Pero a pesar de ser una niña era frustrante el ver como mi madre lloraba en los brazos de mi padre por que no podía hacer nada para justificarme y ayudarme por más que quisiera.-

-Y aún así con lágrimas en el rostro sonreía para mi escuchando las cosas que decían. Queriendo tapar su dolor para consolarme a mí.-

-De igual manera me llevó al psicólogo y psiquiatra, la escuela obligó esa visita. Y el psiquiatra quien me atendió me diagnosticó problemas de ira. El psicologo decia que seria bueno hablar todo lo que pasara por mi mente con el. ¿Pero quien en su sano juicio hablaria cosas personales o incluso lo que pienses con un desconocido? - sonreí de lado.

Era una sonrisa amarga, con reproche y dolor. Y a pesar de las cosas que le había contado no había reaccionado de mala manera.

Permaneció sereno a mi lado. Sin hablar y mirándome. Hasta este punto siempre que intentaba hablar de esto con mi madre rompía en lágrimas. Pero con el nada, la tranquilidad era incluso mas que con mis padres.

Me hacía sentir segura sin siquiera intentarlo. Me brindó seguridad mientras contaba todo sin siquiera estar enterado en esos momentos y le agradecía al tiempo por haberme brindado a Darell durante todo lo que pudiese tenerlo conmigo.

-Tengo problemas de ira- silencie un momento -Y una de las razones por las cuales no quería interactuar con las personas era el que me agradaran demasiado y me hicieran algo por lo que pudiese perder el control de mis emociones.- hablé cambiando la mirada de la suya mirando hacia otro lado.

Lluvia de asteroidesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora