CAPÍTULO #15: DESPERTAR

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Abro los ojos de golpe, la oscuridad se abre paso ante mis ojos, apenas puedo ver donde estoy, solo vislumbro un pequeño rayo de luz de luna que se cuela por la rendija de la cortina e ilumina el suelo de la habitación.

Un sudor frío baja por mi espalda, mi respiración está agitada, siento como las lágrimas bajan por mis mejillas sin freno, la cabeza me duele y tengo la mente abrumada, no entiendo lo que pasa, ni donde estoy, ni como llegué aquí.

La cama es excesivamente cómoda, por lo cual asumo que no estoy en un hospital, algo que me hace pensar en qué pasó la última vez que estuve consciente, o al menos la última vez que creo que lo estuve.

Me levanto despacio y a tientas voy hacia la ventana, corro las cortinas y veo los hermosos jardines de mi casa, me quedo petrificada, ¿cómo llegué aquí?, me giro de golpe y corro hacia el baño, prendo la luz y confirmo; estoy en mi casa, el desconcierto se apodera de mí, intento despejarme echándome agua en el rostro, presa del pánico comienzo a llorar con la cabeza baja, pienso que estoy sola, así que lloro con fuerza hasta que siento unas manos sujetarme por los hombros.

Pienso en Alex y sinceramente lo que menos me apetece ahora es tenerle cerca, intento zafarme de su agarre, pero él me abraza por detrás con fuerza, yo exploto en un ataque de histeria y de una bofetada lo aparto de mí, estamos frente a frente, y por primera vez me encuentro con los ojos de la paz, son de un azul hermoso, no entiendo lo que pasa, pero ahora mismo no me interesa entenderlo, o intentar entender siquiera lo que ha pasado entre nosotros, solo quiero correr a sus brazos y sentir su calor contra mi cuerpo, y eso es lo que hago, salto a su cuello y recuesto mi cabeza sobre su pecho, lloro desconsolada y solo escucho su dulce voz decirme:

― Tranquila amor... ―Marcelo sigue hablando, pero yo silencio su voz al clavar mi atención en el reloj digital de su mesita de noche, que se ve perfectamente desde donde estamos, entrecierro los ojos para enfocar mejor y puedo leer en letras rojas:

"4:50am, 6/2/2018"

"6 de febrero del 2018" repito en mi cabeza hasta que caigo en lo que significa esa fecha.

― Mi cumpleaños ―Miro a Marcelo, quien no entiende que pasa―. La madrugada de mi cumpleaños. ―No puede ser lo que estoy pensando, me zafo de Marcelo y corro a comprobarlo.

Voy hacia el armario, lo abro de golpe y veo todas las cosas de Marcelo, doy un vistazo rápido a la habitación y todo lo suyo está en su sitio, él me mira como si estuviera loca, pero ahora mismo no me importa, me miro las manos y ahí está; mi anillo de compromiso, sigue ahí, como si no se hubiera movido nunca, o quizás no lo haya hecho

¡No puede ser!

Corro hacia mi despacho y una vez ahí reviso todos los papeles, busco como loca un indicio de que ha pasado algo, pero nada; jamás mi empresa ha sufrido una estafa o algún "error informático", jamás he tenido cita con Borja Da Silva, jamás me he ausentado...

¡Estoy flipando!

Reviso en el computador, es mi última esperanza, si algo no sale en google es que no existe:

Estafa a Macarena Casafont... nada.

Divorcio de Macarena Casafont... nada otra vez.

Boda de Macarena Casafont año 2018... y nada una vez más.

Necesito hidratarme, creo que mi cabeza no va a soportar el golpe, voy rumbo a la cocina asumiendo que todo lo que ha pasado no es más que...

― ¡Caleb! ―grito disociándome totalmente de lo que estaba pensando hace dos segundos.

― ¿Mamá qué pasa? ―Está aquí, es él, no puedo contenerme, corro hacia él y lo abrazo como si no lo hubiera visto en siglos, sé que no es verdad, pero en mi pecho siento como si hubiera estado lejos mucho tiempo.

― Nada, ¿no puedo abrazar a mi hijo cuando quiero?

― Mamá, me preocupas. ―dice entrecerrando los ojos y dedicándome una sonrisa que me transforma en la mujer más feliz del mundo.

Salgo fuera, necesito tomar aire, voy un poco aturdida, pero todo se disipa cuando lo primero que veo fuera es el auto de Marcelo y el mío juntos, sé que es una metáfora materialista, pero me hace feliz pensar que seguimos juntos, como esos dos autos; aparcados uno unido al otro, compartiendo la hermosa noche, y la hermosa vida de casados, sí, la hermosa vida de casados, porque seguimos casados, y así seguiremos por mucho tiempo

― Maca, ¿qué pasa? ―Yo me giro con una sonrisa hacia mi marido, quien me mira preocupado.

― Nada amor ―Me acerco y entiendo por qué nunca le haría daño, es lo mejor que me ha pasado en esta vida, y si mi mente no lo quiere aceptar su problema, mi corazón lo hizo hace 20 años y con eso es suficiente―. Solo un mal sueño.

Si señores, SOLO UN MAL SUEÑO. Esa vida paralela por la que pasé fue una creación de mi mente, no sé si para ponerme a prueba o para demostrarme lo que tengo, aunque también podría ser que cené pesado anoche, pero eso ahora no importa, mi vida es perfecta y lo seguirá siendo, de eso se encargará la Macarena de la vida real; la que nunca ha engañado a su esposo, y que no lo hará, la que nunca se ha casado con otro hombre, y no lo hará, y la que nunca le pedirá el divorcio a su marido, porque no podría soportar despertarse una mañana y no ver esos ojos azules que sin palabras me dicen que me aman.

NOTA DE AUTORA
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La verdad absoluta es suya amores. Espero que le haya gustado este giro dramático de los acontecimientos 😅... y bueno, no digo más, ya tendrán una hermosa nota de autora el próximo viernes, cuando les traiga el final de ENTRE LAS SÁBANAS DE UNA PRINCESA.
Los quiero, y gracias por leerme
💕

Entre las sábanas de una princesa ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora