Su cuerpo se movía con soltura, se conocían a la perfección. Los labios del moreno recorrían la piel de aquel pelinegro que se sostenía sobre sus hombros. Sus labios recorrieron la piel desnuda el cuerpo sobre él que con un pañuelo en la boca retenía sus sonoros gemidos.Sus movimientos eran ágiles, deseaban tanto la cima que pronto y con rapidez se acariciaron, el pelinegro hacia azotar su piel a propósito para obtener más placer. Se sentía mareado por el alcohol y por el éxtasis del acto, por su cuello recorrían varios hilos de sudor al igual que por su frente, sus cabellos estaban hechos mechones mojados que se pegaban a su piel.
El moreno gruñó dando la señal de que pronto estaría por alcanzar lo más alto, el pelinegro supo descifrar sus pensamientos y agilizó sus movimientos, pronto tocó la cima y se desprendió del cuerpo del moreno que aún seguía excitado con su piel ardiendo.
Conocía a la perfección lo mucho que odiaba terminar dentro así que mientras se quitaba el pañuelo con una de sus manos con la otra se apresuró a sostener, con sus largos y delgados dedos, toda la extensión del mayor, que, expectante, observaba con su respiración agitada.
—¿Quieres que te haga venir, NamJoon?
—Déjate de juegos y apresúrate.
Justo cuando la boca caliente de aquel pelinegro iba a comenzar su acción el moreno entró en razón.
Bañado en sudor y con una erección que estaba presionada entre su cuerpo y el colchón se removió en medio de su cama alcanzando, con uno de sus puños, a golpear la superficie.
Ya estaba harto de tener ese tipo de sueño cada noche, no quería recordar al pelinegro y nada relacionado con él, pero su inconsciente le traicionaba una vez más.
Levantó su vista a su pequeña mesa de noche y pudo ver el pequeño reloj y al igual que los números que brillaban en la oscuridad con una tenue luz verde.
Hundió su cabeza en la almohada detestando y maldiciendo el minuto en el que despertó. A penas faltaban 4 minutos para que dieran las 5 de la mañana y tan solo había dormido un par de horas.
Gruñó y suspiró hondo. En su mente ya conciente parecía ser una pesadilla la que le había molestado hace tan solo unos minutos.
Decidió levantarse, ya tendría tiempo para quejarse de su vida de mierda en otro momento, necesitaba que todo su cuerpo despertara y no había nada mejor que una ducha fría que lo hiciera olvidarse de todo.
Salió temblando con su cuerpo totalmente desnudo, caminó con las gotas recorriendo su cuerpo por toda la cocina donde pretendía comer algo, pero su cara de fastidio volvió a aparecer una vez notó que ya toda su nevera y el mueble donde guardaba su comida instantánea se habían quedado casi vacíos. Un par de latas de cerveza era lo único que brillaban en toda la cocina así que con su estómago rugiendo se devolvió a su cuarto.
No se molestó en secarse el cuerpo, sus prendas terminaron algo humedas sobre él.
Debía salir rápido de la casa para aprovechar al máximo el poco tiempo que le quedaba para poder deshacerse del castaño.
Su vida se había volcado en tan solo unos meses, Kang había caído enfermo y TaeHyung había desaparecido sin decirle nada. No es como si le importara mucho lo que haciese con su vida, pero después de compartir tantas noches juntos esperaba al menos una llamada.
Estuvo varias semanas pegado al celular esperando a ver si alguna llamada entraba y hacia resaltar el nombre de TaeHyung pero absolutamente nada. Tiempo después se enteró del robo que le habían hecho a Choi en sus narices y solo le bastó analizar un poco la situación para unir esos dos cabos sueltos. Maldijo demasiado esa noche, pero ni una lágrima salió de ninguno de sus ojos.
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Zaino [NamJin]
FanfictionEl pequeño hilo del que pendían se fue desgastando. La maldad del hombre conspiró contra ellos. Sus cuerpos se fundieron. Ojos se cerraron. Esas miradas desaparecieron. • • • 《Todos los acontecimientos y personajes relatados en esta historia son fic...