Capítulo 6: Feel

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El colchón crujía con cada uno de sus movimientos, su cuerpo inquieto y el sudor que se escapaba de su piel daban cuenta de su incomodidad. El sueño no le acompañaba siempre y las pocas noches en las que podía dormir siempre terminaban así.

Su cuello dolía por la mala postura y las sábanas se enredaban en sus piernas. El frío le provocaba malestar y la almohada no ayudaba a que pudiera regresar a los brazos de Morfeo.

En su inconsciente medio dormido sabía que debía despertar pronto para comenzar de nuevo otro día, pero no contaba con que algo más lo haría. La vibración de su teléfono le avisaba de una llamada entrante. Sus ojos se abrieron de mala gana y la luz brillante del móvil le encandiló. Observó con desgana la pantalla y suspiró sin ánimo antes de contestar.

— Señor.

— Wang, espero que estés despierto terminando el informe que te pedí que entregaras hace ya dos días.

— Perdón por el retraso.

— Las disculpas no me entregaran el informe. Te añadí este caso para que fueras de ayuda, no una piedra en el zapato.

— Lo sé, Señor, pero estoy tratando de recopilar más información, el sujeto con el que me derivó es difícil de encontrar.

— Eras el mejor de todo el departamento de investigación en China, no creo que un delincuente escurridizo sea más hábil que alguien que lleva en esto varios años siendo destacado hasta por sus superiores.

— Estamos en tierras desconocidas, señor.

— Pero eso no impidió que tus demás compañeros entregaran lo que les pedí.

— Lo sé, Señor, pero si me da más tiempo-

— Hasta medio día, Wang, no hay más tiempo, si no haces lo que te digo serás removido del caso y devuelto a China hoy mismo ¿entendiste?

— ...

— Wang.

— Sí, señor.

Arrojó el teléfono sobre el colchón, la rabia salía de sus manos, que presionaban las sábanas con fuerza.

Este caso era importante para él, le entregaría las herramientas suficientes para ascender en su puesto, si lo lograba ya no tendría que escuchar más ordenes de su jefe.
Lo designarían con otro equipo y podría demostrar de lo que es capaz, pero el muchacho que le había sido designado era la verdadera piedra en el zapato.

Le siguió por varios días, sin embargo siempre se le perdía de vista, a pesar de andar en una camioneta gigante que prácticamente destellaba luces y avisaba de quien se trataba el conductor.

Sabía de todas las personas que estaban involucradas en el bar, todos los que habían frecuentado el lugar en los últimos meses, pero algo no le permitió conformarse con eso. Si bien el chico era escurridizo parecía ser menos hábil desde que alguien lo acompañaba. De todas las veces que le siguió nunca pudo observar su cara con detenimiento, le causaba intriga el otro muchacho, quería saber quién era y así poder darle más información a sus superiores de la que ya tenían.

Golpeó el colchón una última vez levantando su cuerpo cansado de aquella cama, restregó sus ojos y se dispuso a ir al baño, pero se quedó pensativo observando la nada mientras apoyaba sus codos sobre sus piernas.

— Maldito seas Kim NamJoon.

Sus palabras salieron con enfado desde su boca, su carrera estaba en riesgo solo por un imbecil que sabía escabullirse con habilidad.

— Quién es tu acompañante. Lo confesarás, te sacaré la información a golpes si es necesario... Necesito respuestas.




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Zaino [NamJin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora