Nadie que nos explique.¡! Narusasu.

No tengo calor.

|Capitulo uno: No tengo calor|

Sol que quemaba las calles, un cielo despejado, cierto pueblo sin ninguna sombra, eso y más les esperaba al equipo siete.

Acababan de terminar una misión rango D, entregar un pergamino con deudas hacia la hoja a un señor feudal que vivía en unas tierras bastante lejanas a Konoha. Ahora caminaban de regreso a su aldea, pero la fatiga que les provocaba el calor no se quedaba atrás, hasta pareciera que se les iluminaron los ojos al ver que a unos metros había una entrada a un pequeño pueblo.

– Por fin t'tebayo, ¡ Tomemos un descanso ! – Corre el rubio dentro del pueblo, con una energía sacada de quién sabe dónde, buscando un lugar para descansar.

Sus compañeros y profesor apresuran el paso tras el, también fijándose dónde sentarse o comprar algo para refrescarse. Las calles empiezan a pasar y no encuentran su tesoro, bajando el ánimo de Naruto casi a cero.

– Moriré hoy y de calor, deberas . . .– Baja el ritmo, empezando a quedar atrás, irguiendose sobre sí mismo. No daba para más.

– Apresúrate idiota. – Le insulta el azabache, mirándolo de reojo con el ceño fruncido, entre las quejas del rubio y el sudor que lo ponía incómodo prefería que Itachi lo hubiera matado aquella vez.

– ¡ Quién te cre-

– Ya cálmense chicos, miren para allá. – interrumpe Kakashi señalando cierto local con una bonita decoración y un cartel que decía “SENTŌ”.

–  ¿Y eso que es ? – pregunta Naruto, ladeando la cabeza con confusión.

– Verás Naruto, un sentō es como aguas termales pero frías, además de con piletas más profundas y se debe entrar en traje de baño. – Explica la pelirrosa con un dedo en alto.

Sasuke se alivio y a la vez se aterró, el tampoco sabía el significado de un “sentō" pero el hecho de que debías entrar en traje de baño lo incomodaba, el no había llevado traje de baño y seguramente Naruto tampoco por lo que él daría la idea de...

– Va, yo uso mis calzones t'tebayo.

Maldición.

– Dejemos de perder el tiempo y sigamos el camino. – Intenta desviar la idea pero ya estaba incrustada en el cerebro de sus compañeros y nada los haría cambiar de idea.

– ¡ Vamos ! – Grita Naruto eufórico y corre hacia dentro del local forzando a los demás a seguirlo.

En el local los saludo la recepcionista con una sonrisa de comercial, explicando la experiencia de las aguas frías, además de un reciente incidente que hubo en las pisinas mixtas por lo que estaban cerradas.

El equipo se dividió en dos, Sakura hacia las piscinas para mujeres y Naruto, Sasuke y Kakashi hacia las piscinas para hombres.

Kakashi, que iba detrás del par miraba con atención la forma de caminar de su alumno azabache, notando como, aunque no era fácil de ver, estaba tenso o tal vez nervioso.