Secuestrada: 04 Editado🌻

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Tn se levantó. Tenía el cuerpo ligeramente cubierto por un fina capa de sudor. Sumándole todo el dolor que sentía en ella por a ver dormido sobre esas sábanas que Naim le había preparado para dormir. Se había hecho de noche en menos de lo que había imaginado. Fue hasta el baño donde, recordaba, había dejado su ropa secando después de a verla lavado como pudo. Se la puso y cuando pudo salir del pequeño baño… sus oídos escucharon lo que jamás nunca le hubiera gustado percibir.

—¡sí!. Grito una voz femenina desde afuera. Tn agudizó el oído. —¡oh sí! Sigue… sigue…. Gritaron de nuevo. La piel de Tn se erizo por completo, optando por un color diferentes. Ruborizada, intentó abrir la puerta de la habitación. —¡más! Oh… sí, más…. La vista se le nubló por completo al observar a Naim haciendoselo a una mujer en el diván. Tragó saliva. La oscuridad la ayudaba a ocultarse. Asco. Joder. Esa mujer no dejaba de gemir cada vez que el entraba en ella con fuerza. Y Tn podía verlo, observaba como se retorcía cuando Naim la embestía con ganas, bombeandola de placer, apretando las manos, gozando hasta el punto máximo ese inmenso deleite.

—¿te gusta?. Le pregunto él. Aquella voz la estremeció por completo. Tanto que hasta procedió a morder su labio inferior, deseosa… si… deseosa por estar en el lugar de esa mujer.

—¡sí, Dios… sigue!.le ordenó ella. Y Tn en su lugar, también deseaba que siguiera follándola, haciendoselo, observarlo todo. Cuando de pronto, los sentidos volvieron a su lugar y en vez de seguir observando, se encerró en la habitación de nuevo, haciendo sonar la puerta con fuerza.

Los gemidos se detuvieron. Tn sintió que moría, la habían descubierto. Trató de esconderse en el baño, pero él… ya estaba dentro de la habitación.

—estás pálida. Le dijo, al encender las luces. Traía los pantalones a la cadera, ligeramente sudado y despeinado.

—sí, sí… debe ser…. Le respondi ella. No quiso mirarlo a los ojos por que sintió que se ruborizaría de mí nuevo.

—y como no vas a estarlo si has visto lo de afuera.  Naim soltó una risa pequeña.

—ha sido intencional.

—si claro

—no me gusta ver porquerías. Le dijo molesta. —al menos deberías tener un poco de respeto por mi.

—lo tengo.

—oh claro… y por eso traes a esa puta a este departamento mientras yo estoy aquí. Se ruborizo de nuevo. ¿Por qué me reclamaba al propio secuestrador?

—¿te ha molestado guapa? Te acuerdo que esto no es más que un jodido secuestro. La miró. Ahora el también estaba enfadado, y al nota que ella igual decidió sguierle el juego. —además… si lo he hecho es porque te has dormido en ropa interior…

Tn trago saliva. Ahora si sentía la sangre en su rostro.

—es que sólo a alguien como tú se le ocurre dormirse en ropa interior con alguien que nisiquiera conoce. La miró a los ojos, comiéndose la con la mirada. Sus ojos fueron a parar entre sus senos, de nuevo pensó en lo dulce que sabrían en su boca. Al igual que su sexo. Delicioso. —y no dudaría…. Susurró, y entrecerró la puerta un poco más, de la habitación. Poco a poco fue aminorando la distancia que había hasta ella. —en pensar que estas mojada …. Tn tembló por dentro al escuchar esas palabras. ¿Cómo lo sabía? ¿acaso… lo sentía? Relmio sus labios involuntariamente. —mojada después de haberme visto haciendoselo a alguien…. Tn retrocedía a medida que él se acercaba, tanto que fue a parar hasta la pared, chocando con ella, sin escapatoria, pues él estaba del otro lado, impidiendole salir. —¿me equivoco?. Suavemente posicionó sus manos sobre las caderas de Tn se había excitado en menos tiempo con ella. Follarla. Se apego a Tn, respirando su propio aliento, y rozando su erección en el vientre de ella, haciéndola sentir de alguna manera todo lo que provocaba en el. Se movió en círculos, la misma Tn soltó un leve gemido. Ahora si estaba remanente mojada. Exitada en su punto máximo. —dime que quieres sentirme dentro de ti. Susurro él.
—dímelo… vamos….

—no. Le dijo ella. El sentido común había vuelto a ella a tiempo. Tn lo alejo, a pesar de tener las manos de Naim firmes en sus brazos. Al menos tenía una visa clara. —jamás estaría con alguien como tú.

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Secuestrada (Naim Darrechi y tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora