Secuestrada: 18 Editado🌻

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La cerradura sonó. Tn de inmediato cerró los ojos sobre el diván, haciéndose la dormida. Había tomado una baño hace más de una hora… y conservaba el cabello mojado, humedeciendo la fina tela del bonito diván. Naim cerró la puerta fue hasta ella para mover sutilmente su hombro, tratando de despertarla.

—¿mnh?. Respondió ella, entreabriendo sus ojos y frunciendo el ceño.
—¿no quieres dormir adentro? Aquí hace frío…. Le susurró. Tn se fijo detenidamente en los fino labios de Naim, en su apetecible boca. Aquella… que había probado toda la noche. No sabía que mierda le pasaba esa mañana. Joder. Como nunca. Había amanecido sensible.

—sí… Tn se sentó sobre el diván, fingiendo fatiga y sueño. Naim se volteo a mirarla, una bonita sonrisa salió de sus labios al verla estirarse sobre el mueble.

Por mucho que intentaba no mirarla, no lograba quitarme la vista ni una sola vez. Sus ojos, su boca, su bonito cabello, su lengua… cada vez que te mojaba sus finos labios. Su propia voz. Su mirada le jodia. Le jodia tanto pasarce todo el día pensando en una sola mujer. Una sola sonrisa. No estaba acostumbrado a eso. Nunca había sido entrenado para ese tipo de sentimientos. Siempre habían sido el y sus polvos diarios. Él y diferentes mujeres. El y una puta más.

Tn se puso de pie, moría de ganas por quedarse… o mejor dicho, por que el le pidiera que se quedase. De mala gana camino hasta la habitación.

—Tn. La llamo él.

—¿si?. Se volteo ella. Con una llamita de fe.

—ven…. Le dijo Naim. Tn sintio que moría. ¿Dese cuando y se ponía de esa forma? No sabía, y no quería ponerse a pensar. Simplemente camino hasta él.

—¿qué?. Le preguntó ella, finjiendo desinterés.

—nada. Susurro él. Tenía a Tn a tan poca distancia. Tan pocos centímetros, ella se le había acercado más de lo previsto. Y eso le gustaba más. Oh si joder… le fascinaba. Ella. Ella y toda ella. Le cogió una mano y la entrlazo con la suya, la piel de Tn se erizo por completo. Bajo la mirada. —estas fría…

—si…. Susurró ella, sintiendo que Naim había cogido su otra manos restante, juntandolas, y metiendolas suavemente bajo su fina camiseta y su cazadora de cuero.

—espero no te incomode.

—no…

—¿te ha comido la legua el…. Tn se ruborizo por completo. —espera… creo que alguien más te la comió. Naim le sonrió, haciendo que ella tampoco se resista y suelte una fina risa. —y creo que fui yo…. Tn intento sacar sus manos de debajo de la camiseta de Naim, al hacerlo, Naim volvió a jalarla hacia el. —y me gustaría hacerlo ahora…. Se acercó a sus labios, peligrosamente rozó su labio inferior sobre la pequeña comisura de los labios de Tn. Su boca hecha agua, la necesitaba.

—Naim…. Murmuró Tn. Ahora levemente exitada. Todo eso le ponía tanto. Él. Sus manos. Como la tocaba. De qué forma. Sabía que punto tocar, y qué usar… la lengua, los labios, los dedos y…su increíble masculinidad.

—dime nena…

—no se que me pasa…. Susurro ella. Una oleada de lujuria se paseó por el cuerpo de Naim. Se empalmaría en cualquier momento, y está vez… necesitaría acabar, llegar al jodido orgasmo. Tn le rodeó el cuello, apretándolo contra ella.

—yo sí. Le afirmó el. Los dedos de Naim se introdujeron entre las bragas de Tn, levantó una tira de ellas en la parte izquierda de sus caderas, para rozarle la piel… cuanto le gustaba… —lo necesitas. Tn cerró los ojos. Se mojaria. Tanto… que rogaría por un pooc de su medicina, aquella que sólo Naim podía darle. —tanto como yo…

—si… te necesito…. Abrió los ojos con delicadeza, ahora encontrándose con los ojos de Naim salvajes, lleno de lujuria y apunto de tumbarla sobre el diván y hacerla suya de nuevo. Naim volvió a besarle la boca, se había acostumbrado al sabor, a lo bien que sabía su lengua. Le gustaba muchísimo. Apuntó de posicionarla sobre el diván y acostarse sobre ella… alguien tocó la puerta del departamento con fuerza, apuntó de tumbarla.

Naim tuvo que separarse de ella con dificultadd. Mierda ¿quien se atrevería a tocar la puerta de esa manera? Y lo peor… ¿en un momento con este? Reventaria a quién quiera que fuera que tocata de esa manera

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Secuestrada (Naim Darrechi y tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora