Secuestrada: 25

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Naim le apretó las caderas, ahora apoderándose de todo su cuerpo. La cargo suavemente, sin esfuerzo alguno, para acostarla sobre el diván. Las desnudo. Amaba tanto hacerlo. Hacérselo a ella. Quitarle la ropa con tanto deseo. Quitársela toda hasta verla desnuda como hace unas horas. Era preciosa. Y no podía dejar de admitir las enormed ganas que aún tenía oír hacerla llegar al orgasmo. Tn se encargo de bajarle los pantalones con los pies, rozando en incontables acasiones el miembro de Naim. Erecto. Listo para ella. Pará hacerla disfrutar. Se acosto sobre Tn.

—¿lo sientes?. Pregunto él. Su miembro crecía cada vez más, apuntó de explotar. Ver a Tn desnuda es merjo que cualquier otra cosas. Lo ponía. Erecto. Exitado. Con ganas de más. Empezó a frotar su pene sobre su feminidad, aún sin contacto interior. Tn relamio sus labios.

—sí, sí…. Respondió ella. —más…. Pidió ella. Los ojos de Naim se llenaron de placer, Lujuria pura. Eyecularia ahí mismo si no se metía de una buena vez dentro de su coño.

—¿más?. Preguntó él, provocándola.

—¡si, más!. Respondió Tn. A gritos. El sonrió. Te daré más. Y eso fue lo siguiente que hizo. La embistió con fuerza. Con todas sus putas fuerzas, haciendo que ella gritara dle impacto.

—¡oh…! Sí… sí…. Gimió. Él volvió a salir. Le estaba gustando. Mucho. Muchísimo. Perfecto. Eso nunca fallaba. Volvió a bombearla con fuerza. Tn se agarro de su espalda. El miembro de Naim estaba completamente dentro de ella, que hasta él le parecía difícil respirar. La escucho gemir un par de veces más. “eso muñeca, te gusta… te gusta lo sé…” el movimiento s ehizo cada vez más rápido. Oh sí. Le gustaba. La agarro de los muslos y se concentró en su siguiente misión.

—vamos a llegar esta vez, te lo prometo…. Susurró él. Tn asintió, aún aturdida. Sintió como él le apretaba las nalgas metiéndose una vez más en su amor tado sexo.

—¡Naim!. Grito ahora. Él se excitó au más al escucharla gritar su nonbre. “llega nena… vamos, córrete… córrete Lara mí”. Quería verla llegar al orgasmo, gritando hasta que la voz se le pusiera ronca. Hasta que no sintiera las caderas.

—eso es… vamos… córrete muñeca…. Penetro su cuerpo, salía y entraba con tanta facilidad. Pronto él sería quien se corriera. ¿Y Tn? Joder lo necesitaba. La presionó más contra él. Mnh… sí, olía a lo lejos lo mojado que estaba haya dentro, su deliciosos sexo estaba a punto de correrse. De dárselo todo por fin. Una vez más. La embistió. Ella volvió a gritar, está vez agitando las caderas para que él la penetrara más y más. Todo con un buen ritmo, mientras él la emebestía, Tn levanta las caderas.

Córrete.

El fino líquido de Tn le cubrió el pene. Todo. Se sintió liberada. Respiró con tranquilidad, mientras el bajaba la rapidez de sus embestidas.

—oh Dios…. Susurro ella. Apenas con un hilo de voz.

Y él… él solo le dedico a abrazarla. La apretó fuerte. Había llegado al orgasmo con ella por fin. Involuntariamente le apartó los cabellos de la frete y se la beso. Tn soltó un suspiro. Exhausta. Aquello se había sentido diferente. No sabía por qué, pero no había sido un polvo más. No había follando con otra más esta vez. Se había sentido diferente. Se había sentido como si en esa historia sólo importaban los dos. Solos. Y sin ninguna preocupación. Había sentido y escuchado cada genio de ella, cada palabra, cada respiración, cada caricia… aquella noche había sentido algo más. Nunca había llegado al orgasmo con una mujer de esta forma. Nunca lo había entregado todo como en esa noche. Nunca le había entregado todo a una mujer. A nadie. Y es que nunca había sentido esa necesidad de tener a alguien consigo todo el tiempo, porque nunca había sentido que necesitaba de una persona. Por el simple hecho de que Tn le dijera que quería irse con él, que con él se había sentido diferente… le había hecho reaccionar. Le había dado inmensas ganas de decirle que él también quería que se fueran juntos, pasará lo que pasara, por qué nunca permitiría que ningún imbecil la tocará. Porque Tn era su chica. Porque Tn era su secuestrada. Suya. Yeso solo significaba una cosa.

Una cosa que tenía que decirsela cuanto antes…

Secuestrada (Naim Darrechi y tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora