Secuestrada: 26

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Tn miraba la enorme ventana que se extendía en el departamento de Naim. Estaba sola. Al parecer él se había ido hace bastante tiempo… ¿a dónde iba cada mañana? Ya se lo preguntaría. Esa mañana había amanecido de otra forma. Más feliz. Sin ganas de pelear. Era otra, definitivamente. Con sólo ponerse a recordar… como había sido la noche… con solo ponerse a pensar, como es que Naim la había tratado. Le erizaba la piel por completo. Había sido diferente que la primera vez que tuvieron sexo. Lo había sentido más dulce. Como si ko viniera de él,o como si viniera de un Naim que sólo ella podía llegar a conocer. ¿Era posible? O sólo…¿se lo estaba imaginando? Joder, todo esto le hacía estremecer el estómago, ponerse de piel de gallina, tan solo pensar que Naim podría… sentir algo más…

Alguien tocó la puerta del departamento con fuerza.

—¡abre la puerta!. Gritaron desde afuera. A Tn se le enfrió la sangre. —¡es la policía de Estados Unidos, que abran la puerta!. Volvieron a gritar.. Los ojos de Tn se abrieron, atónita, trago saliva… ¿quién iba a decirlo? Hace unos días moría por irse de ahí, porque la encontraran, por no volverlo a ver nunca más. Y ahora, deseaba todo lo contrario.

El policía empezó a golpear la puerta. Dos. Tres. Cuatro veces. La madera maciza de esta empezó a quebrarse por en medio. De pronto y ella ya no estaba solo en aquel departamento, si no que diez hombres, con armas en los hombros, le apuntaban el rostro.

—Tn…. Susurró uno de los policías. Al parecer, quien llevaba a cargo el caso de su búsqueda. —no te muevas.

—no hay nadie aquí…. Murmuró ella. Y agradeció muchísimo que Naim no estuviera en ese momento.

—¿dónde está Darrechi?. Preguntó el oficial. Los otros oficiales bajaron la guardia al notar que él no estaba con ella.

—no sé… yo… no sé nada de él…. Insistió Tn. Y no les diría más. Pues no delataria a Niam. Jamás. No después de lo que había pasado. De tantas cosas que por pequeñas que hayan sido, a ella le parecían especiales.

—¿no vas a decirnos?. Volvió a preguntar el oficial. —linda… nosotros somos los buenos… te venimos ayudar, no sabes lo preocupada que está toda tu familia por ti… ¿lo has pensado?

—yo no se nada de Naim. Tn lo miró a los ojos. Él oficial empezaba a cabrearse. Hizo unas cuantas señales a los demás oficiales, estos se colocaron estratégicamente en la ventana y otros en la puerta.

—¿lo defenderás Tn? Defenderás a ese imbecil que te secuestró hace más de una semana… ¿y que planea matarte?

Tn guardó silencio. “no Tn, tu confías en él… tú confías en Libardo…”

—vaya, vaya… veo que ese tipejo ha sido inteligente esta vez. Le dijo el oficial. —tanto que hasta has llegado a creerle…

Una pequeña oleada de tensión se pasó por su cuerpo. Ese jodido oficial quería conocer a Naim de una manera increíble…

—bien, no me dirás donde encontrarlo.

—no lo sé…

—si, claro… claro. La miró mal. De acuerdo. No colaboraría. Pero al menos se enteraría de quien era Naim Darrechi realmente. De quién era él hombre de quién se había enamorado.
—vamos a hablar… y después de esto… me dirás si sigues confiando tanto en él.

[…]

Los ojos los tenía humedecidos. Su corazón estaba decepcionado. Necesitaba gritar. Se sentía como una estúpida en todo eso. Una más del montón. Otra secuestrada que Naim había enamorado. Que había hecho perder la cabeza y que finalmente había terminado muerta en algún rincón del mundo. Olvidada. ¿Era eso lo que de verdad significaba para él? ¿Una más? ¡No! ¡No! oh mierda… se pondría a llorar.

El oficial enseñó otra foto. Una foto más. Otra secuestrada. Otra historia. Otra aventura.

—basta. Le indico ella. A punto de romper a llorar. Tenía un nudo muy grande en la garganta. —lo he entendido ¿vale? No me interesa a quién más haya matado Naim… me da igual… les juro que no sé dónde está en este momento.

—y nosotros confiamos en ti. Él oficual intentó acercársele. —lo vamos a atrapar de todas formas.

“te odio…” Tn recordó esas palabras en su mente. Cuánto le hubiera gustado sentir eso en ese mismo instante. Odiarlo… odiarlo  muchísimo… para así olvidar más rápido. ¿Cómo había sido tan tonta como para enamorarse de él? Sí, enamorarse. Porque ahora era donde lo notaba. Estaba totalmente enamorada de Naim.

[…]

Naim corrió hasta el edificio. Se le había hecho tarde. Tn seguro ya estaría despierta, con ganas de desayunar. Con ganas de verlo… “¿de verme” se rio solo en medio de la calle. “¿me habrá extrañado? Seguramente si”. “ya mismo llegó bonita susurro en su mente. Pará decírtelo todo”

Quiso doblar la esquina para llegar a su viejo edificio, entonces fue cuando divisó que toda la esquina está llena de automóviles blindados. Gente en el piso de sus departamento siendo interrogada. Algo que él reconocería en todas partes.

Mierda… pensó. Se desvío en el camino. Lo habían encontrado. Su paradero… el suyo y el de Tn.

“Tn”…pensó joder… “estas ahí adentro…” y supo que sólo tendría dos opciones. Seguir, y desaparecer con el dinero de su secuestrada, o quedarse… quedarse y no permitir que nadie le quitara a Tn. Su Tn. De él. Porque así lo sentía.

“vamos Naim, piensa… piensa en algo para sacarla de ahí… no la dejes… tú… tú la amas.

Secuestrada (Naim Darrechi y tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora