Secuestrada (Naim Darrechi y tu)

Secuestrada: 17 Editado🌻

Y después de aquella noche, no quiso amanecer con ella, verla despertar... ni mucho menos besarla deseándole una bonita mañana. Tenía miedo. ¿Miedo alguien como él. Que había pasado por las peores cosas de la vida, que había enfrentado los golpes más bajos y las experiencias más sucias... ¿él. Sí... le aprecia tonto, estúpido, una completa broma, pero no había nada más verdadero que aquello: Naim Darrechi tenía miedo. De ella. De Tn. De lo bien que se había sentido anoche. De lo increíble que había sido tené sexo con ella. De lo estupendo que fue besarla, tocarla, sentirla... estar en su cuerpo por pequeños minutos... escucharla gemir, respirar, pedirle más. De lo hermosa que era... aparte de tener un hermoso culo, una bueno senos, preciosa caderas y más... era muy bonita. Tan sutil. Tan mujer. Con un increíble carácter. Con unos ojos preciosos. Con un sonrisa increíble. No, no podía ser sierto... no podía creerse que era la primer vez que pensaba eso de una mujer. Se rio en su sitio. Hacía mucho frío. Se abrazo a su mismo... cuanto le hubiera gustado que ella lo abrazara en ese momento. Respiro hondo y marcó el número de uno de sus colegas en ese teléfono público, al mismo tiempo que cerraba la puerta de la cabina telefónica para hablar con más privacidad.

-¿halo?. Le contestó él. La voz de Libardo no había cambiado en nada.

-habla Naim. Le afirmó él.

-no te había reconocido. Admitió Libardo, mientas se aclaraba la garganta. -he tratado de contactarte toda la puta semana... ¿sabes? Tengo que hablar contigo.

-bueno ya estamos hablando.

-sí eso.... Se hizo un silencio entre los dos. Naim espero a que Libardo empezará a contarle, lo conocía desde siempre y definitivamente algo le pasaba en ese momento. -vas a decir que soy un carbón.

-joder Libardo, he dejado a Tn sola... ¿me dirás de una vez?.le exigió Naim.

-ya.... Susurro Libardo. -tengo el dinero de mi secuestrada.... Empezó a decir. -no ha quedado nada en sus tarjetas, absolutamente nada.. Continúo.

-aja...

-pero no podre hacer más...

-¿a que te refieres?

-no me pidas que la mate. Dijo Libardo. Entonces Naim comprendió lo que pasaba.

-yo tam...

-no puedo Naim. Admitió Libardo. -se me hace imposible... se que no te he fallado en ninguna misión, que siempre las he terminado, pero... no puedo con ella.

-¿porque?. Le pregunto Naim.

-estoy enamorado

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