Secuestrada: 12 Editado🌻

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"llevo aquí exactamente tres días. Y sigo haciéndome la pregunta... ¿cuándo es que me dejará libre? No lo sé... no lo sabría, si no estuviera escribiendo esto, por si alguien me encuentra alguna ve... y tal vez quiera saber sobre la últimas cosas que hice en mis últimos días de vida, por si muero... por si él me quita la vida... que se yo, ya no sé que esperar. No de él. ¿Qué harías tú, si estuvieras aquí?... en mi lugar... secuestrada..."

Dejo el lápiz y le papel bajo las sábanas, para luego regresar a la pequeña sala. Ya solo quería expresarse un poco. No le veía sentido a las cosas. Naim llevaba más de dos horas en la calle. Otra vez retirando dinero ese día. A ese paso, ya habría terminado de retirar todo su dinero. Que más le daba. Lo único que le importaba en esos momentos era irse. Dejarlo. No volver a ver, nunca más si era posible. Mudarse. Olvidarse de todo lo que estaba viviendo... pero... entonces, una leve oleada de sentimientos se abrió en su estómago. ¿De verdad quería olvidarse de todo esto? Sí. Quería. ¿Y porque lo duda? ¿Qué motivo tenía para empezar a dudar? 'no Tn', se dijo así misma, cerrando los ojos. Se conocía perfectamente, y conocía cada síntoma que sentía cuando empezaba a...

Naim abrió la puerta del departamento. La cerró de inmediato. Se detuvo y por un momento antes de voltearse. No quería hablar, no tenía ganas, y Tn supo por qué cuando lo vio voltearse, con la mandíbula hinchada y ligeramente morada. Golpeado. Su corazón se contrajo de inmediato al verlo así, sus ojos lo observaron asustados, le dolía... y no sabía por que... le dolía verlo así.

—Naim...

—déjame, estoy bien.

—Dios mío ¿que te han hecho?. Corrio de inmediato hacia él. Antes, cogio lo ma cercano a sus manos. Una servilleta tendida sobre la mesa. Intentó pasarla sobre el mentón de él. Naim cerró los ojos, negando con la cabeza.

—que estoy bien.... Susurró.

—no te hace falta hacerte el fuerte conmigo. Le dijo ella. Con una bonita sonrisa en los labios, que le tranquilizó en lo más profundo. Naim también sonrió, sin saber porqué, sólo lo hizo. Tn fue hasta el cilindro de la cocina, rocío la servilleta de lana y volví hacia el. —esta muy hinchado.

—he estado peor.

—¿qué te han hecho?

—¿de veras te importa?

—no quieras pelear conmigo ¿sí? Trato de estar bien...

—lo digo encerio, ¿te importa?. Sintió sus manos rozarle el mentón. Un roce que había sentido en lo más profundo. Se mojo los labios, muy cerca a los de ella, de nuevo... jodido sentimiento... que bien se sentía poder olerlos a poza distancia.

—si.... Le contestó ella. De lo más profundo. Más haya del rencor que sentían. Le importaba. Si y mucho.

—pues lo sabes, me han golpeado.

—¿quienes?

—un hijo de puta.... Tn lo miró mal. La servilleta se puso helada. Terminó de pasarla por su mentón. Al menos eso le ayudarua en algo. La dejó a un lado, concentrándose ahora en la mandíbula de Naim.

—pues ese hijo de puta te ha dejado mal.

—ellos han quedado peor.

—¿quién fue?. Le dijo verdaderamente preocupada. Colocó sus brazos sobre su fina cintura, viéndose realmente graciosa. El enorme polerón que Naim le había comprado le quedaba hasta un poco más arriba de la rodillas, por lo que no usaba pantalón.

—un imbecil ¿si? Uno de los que se ha llevado a una de tus mejores amigas...

A Tn le entró un escalofrío. Recordar esa escena... le erizaba la piel por completo.

—no creo que quieras escuchar esto. Naim camino hasta la habitación. Separándose de ella.

—dímelo.

—eres tan terca.... Refunfuño él.

—no me afectaría.

—¿quieres escuchar la verdad?. Le pregunto a frío de nuevo. Tn le sacaba de quisio. Ella sintió. —han matado a tres de tus amigas. Le dijo sin escrúpulos. Se abrió un silencio entre los dos. Los ojos de Tn se humedecieron por completo, sólo le faltaba cerrarlos para completar su llanto. El cuerpo se le debilitó. Sosteniéndose tan solo por la mirada de Naim. La mataría... sí... sólo faltaba ella.... —¿y sabes?. Le pregunto. —solo faltas tu y otra más.... Las lágrimas de Tn se hicieron interminables. Otra vez asustada, sus manos empezaron a sudar. Sus ojos se hicieron pequeños. —la diferencia es que yo no pienso hacerte nada.

Espero que les esté gustando mucho con demasiado bye 💛💛💛💛

Secuestrada (Naim Darrechi y tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora