Comencé a escuchar a la distancia un molesto ruido golpeando lo que parecía ser madera, haciéndome quejar por la insistencia con la que se repetía, apretando lo que fuese que estuviera junto a mí, ocultando mi rostro en la almohada y suspirando cuando el silencio reinó de nueva cuenta indicando que podía volver a buscar el quinto sueño.
Abriendo uno de mis párpados para analizar el sitio donde me encontraba, vi una almohada más bajo mi brazo donde esperaba toparme con el cabello rojo de Ashley o su rostro relajado ahora ausente.
Tallando mis ojos por la confusión, supe que debía levantarme y buscar a la pelirroja, pero el sonido de la puerta siendo abierta de golpe me puso alerta, levantándome de la cama de un brinco para reconocer a la culpable de mi corazón acelerado, creyendo que estaba en problemas por pasar la noche en la habitación de un paciente.
—Buen día bello durmiente —Se burló la rubia sin soltar el picaporte— tu madre está buscándote, así que te sugiero que salgas de aquí ahora o tú y mi querida hermana estarán en problemas
—Maldición Lily, casi haces que me dé un infarto —Tallé mis rostro para relajarme, provocando su risa—
—Bueno, da gracias que fui yo quien entró, porque si no, un infarto sería el menor de tus problemas
—Lo sé —Asentí dándole la razón— dile que ahora bajo, iré a darme una ducha
—Muy bien
—¿Está Ashley con ella?
—Hum... no, se encuentra desayunando, pero dijo que te buscaría cuando terminara
—Genial
Subí a mi habitación lo más rápido posible para asearme y correr a la planta baja antes de que mamá notara mi ausencia, teniendo que dar explicaciones de mi ubicación hasta esta mañana.
Ajustando mi chaqueta, entrando al comedor, me topé con la mujer rubia y la chica pelirroja sentadas a la mesa mientras conversaban, cortando cualquier tema cuando notaron mi presencia, acercándome a mi madre para darle un beso en la mejilla y los buenos días y posterior a ello terminar sentado junto a Ashley, proporcionándole el mismo gesto anterior, solo que esta vez el beso fue en su cien, dándome cuenta de la expresión de ternura en el rostro de mamá.
—¿Está todo bien? —Pregunté con mis ojos viajando entre las dos féminas—
—Si —Asintió mi madre levantándose de su silla— te busqué para desayunar juntos, pero Ashley me dijo que saliste a correr
—Oh... si, regresé hace poco —Mentí juntado mis manos al frente sobre la mesa, fingiendo inocencia— tenía días sin ejercitarme
—Bien, haz todo lo que debas hacer porque nos vamos a las 5
—¿Qué?
—Mañana tiene que estar todo listo a temprana hora, así que esta noche la pasaremos en casa, puedes servirte el desayuno, está en el horno —Apenas pude escucharla porque caminó fuera del lugar—
Rápidamente me giré por completo a la ojiverde, quien tenía la palabra "diversión" reflejada en el rostro mordisqueando su labio inferior, mientras yo la miraba tan incrédulo como podía estarlo.
—¿Le has dicho que salí a correr?
—No podía decirle que estabas en mi habitación —Negó para defenderse—
—Bueno, en primer lugar, ¿por qué me has dejado solo?, pudiste despertarme antes
—Iba a hacerlo —Esta vez asintió abriendo sus parpados a la par— pero Liz casi entra y te ve ahí, tuve que despistarla diciendo que me estaba vistiendo y tomar mi ducha esperando que ninguna enfermera se diera cuenta de que estabas sobre mi cama... por eso envié a Lily para que te sacara de ahí
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(#1) Never Be - Luke Hemmings
Teen FictionNo hay peor dolor como aquel que no se puede sentir...