Todo era oscuridad...
El sonido de las gotas de sangre cayendo era el único ruido que sonaba, Summer Rose estaba despertando en aquel oscuro lugar...sin nada.
¿Será este el más allá?
En eso, el sonido de un filo arrastrándose contra el suelo se notó...era intenso y daba un vibra de terror impresionante; cuando se volteo sus ojos se abrieron en shock y en pánico.
Ahí estaban, Yang y Ruby...pero sus aspectos...no eran humanos.
-Hola..."Súper Mamá", te gusta lo que ves?..- dijo la Yang Grimm con esa sonrisa psicópata mientras extendía su brazo derecho dejando ver su forma monstruosa.
-Tranquila mami...me encargaré de acabar la misión que me dió Salem DE UNA VEZ!.- con velocidad sobre humana, vio como la guadaña se acerca a toda velocidad contra ella.
-Ruby No!!!.- Fue lo último que dijo la guerrera de ojos plateados antes de sentir el filo tocando su carne.
...Cuando abrió los ojos su cuerpo se encontraba sudando frío, demasiado...pero notó que se encontraba en lo que parecía una pequeña casa abandonada debido a la madera hinchada y podrida, varios agujeros y olor a agua estancada.
Vio que tenía una manta simple puesta encima que le sirvió para evitar el frío que el lugar mantenía, en eso vió a la figura de una pequeña niña dormida en el piso con el mismo tipo de manta.
-Veo que despertaste...- una voz seria se oyó a su espalda, volteandose con el cuerpo tenso en caso de ser necesario defenderse pero su ojos se tomaron ligera sopresa al verlo.
Era un chico de pelo rojo con partes blancas, una piel clara con unas protuberancias que parecían escamas con unos ojos ámbar de pupila rasgada.
La parte trasera de su ropa tenía unas ligeras protuberancias que parecían retener algo.
Su aura que mantenía era fría, pero no un frío que normalmente se siente...si no el mismo frío que se sentiría al tener el acero en las manos de uno.
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The Remnant
FanficRemanente, aquello restos de algo perdido u olvidado por el tiempo mismo...cómo la magia... aquí tres personas será aquello perdido... un chico y una niña vueltos Faunos, que abandonaron un mundo condenado a la destrucción por la codicia de uno. y u...