CAPÍTULO 9: CALEB

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Caleb se dirigía a la enfermería claramente enfadado cuando se cruzó con Fresh y Omar, que iban charlando animadamente.


-Caleb tío, ¿Que te ha pasado?


Caleb ardía por dentro, porque para él lo que estaba pasando era mostrar debilidad, pero no podía mostrarlo, tenía que ser fuerte porque él era el mejor, mejor que cualquiera de ellos. Pensó que tal vez podría hacerse aliado de Omar y Fresh, utilizarlos. Estaba claro que ellos no eran como los del grupo de la niña, un hombre que había matado a su propia madre porque sí y un tío que mataba negros por placer podían ser buenos compañeros de batalla.


-Tíos, quiero cargarme al tipo duro de Shanne.


-¿En serio?- Contestó Omar- Yo también quiero cargármelo, pero prefiero primero cargarme al negrata ese.


-Pues yo prefiero cargarme a la niña.- Contestó Fresh.


-La niña no es ningún rival para nosotros. En el momento que que nos hayamos cargado a los protectores, ella caerá sola.


-¿Y como piensas cargarte a Shanne? No parece tarea fácil.


-No lo sé, pero tengo tiempo para pensarlo. Pero antes de morir, quiero que sufra, que se odie a si mismo, quitarle todo lo que tiene.


-Lo veo difícil, aquí todos entramos sin nada, no sé que piensas quitarle. -Contestó Fresh.


-Algo se me ocurrirá.


-¿En serio chicos? ¿Soy el único que se ha dado cuenta?- Dijo Omar, riéndose a carcajadas.


-¿De que cojones te estás riendo?


-No hace falta ser muy observador para ver como mira a la morenita esa que siempre va con la niña. Siempre evitándola, pero no puede parar de mirarla.


-¿Crees que Beth puede ser una debilidad para él?


-Todavía no, pero dale tiempo. Esas cosas no se pueden esconder por mucho que uno quiera.


-Perfecto! - contestó Caleb, visiblemente más feliz.- Ya hablaremos de ello más detenidamente, ahora voy a comer algo.


-¿No ibas a la enfermería?- preguntó Fresh.


-Déjalo, así me acostumbro al dolor.


Mientras Caleb andaba hacia el comedor a comer algo, pensó en muchas formas diferentes de poder hacerle daño a Shanne, y no se le ocurría nada mejor que quitarle a su amor, matarla, humillarle. Pero para eso tenía que pasar un tiempo, que él pensara que podía estar con ella, esperar a que tuviese esperanza, y luego, quitársela de un plumazo.


Estaba seguro de que su padre estaría orgulloso de él.

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