CAPÍTULO 6: SHANNE

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-Continuamos pues, los siguientes van a ser Sonia y Fran, que van a tener la entrevista juntos, y ahora todos entenderán el porqué.


Dos chicos se levantaron a la vez, y Shanne supo enseguida, con solo mirarlos, que eran pareja. 


Esa complicidad que había entre ellos no podía ser fingida, y Shanne dudó si nunca había sentido algo así. Había estado con chicas, pero estaba seguro de que jamás había experimentado lo que era enamorarse de verdad, y no podía evitar pensar que si moría ahí, jamás lo conocería.

Uno de los guardias acercó otra silla al centro de la sala, donde se sentó Fran.


Eran una pareja bien peculiar, a Shanne le causó risa darse cuenta de que iban vestidos prácticamente igual.


-Bien chicos, vosotros sois pareja, ¿verdad?


-Así es. Desde hace un año más o menos.


-Eso está bien. Bien, explicadle al mundo porqué estáis aquí y porque razón estáis los dos sentados juntos, y no por separado.


-Pues a ver-Comenzó a hablar Fran- Nosotros nos conocimos como bien a dicho Sonia hace un año más o menos, y nos enamoramos al instante. Cuando la cosa avanzó decidimos que era un buen momento para que nuestros padres se conociesen ya que habíamos hablado de casarnos, pero lo que nosotros no sabíamos es que nuestros padres ya se conocían. Resulta que mi madre había estado poniéndole los cuernos a mi padre, con su padre, y mi padre y su madre se dieron cuenta en esa cena que habíamos planeado. Después de eso, nos prohibieron estar juntos, nos quitaron el teléfono, el ordenador... no teníamos nada que pudiésemos usar para comunicarnos. Así que un día me escapé del gimnasio y conseguí contactar con ella, y planeamos que esa misma noche acabaríamos con ellos, y así fue.


-Entonces digamos que ahora mismo sois huérfanos.


-Así es- Contestó ella- pero no nos importa, queríamos estar juntos y ahora no habrá nadie que nos pueda separar.


Shanne pensó que eso no le parecía amor, más bien obsesión. Él había pensado un millón de veces en como sería enamorarse, y nunca se lo había imaginado de esa forma.


-Os tengo que hacer esta pregunta porque estoy segurísima de que mucha gente fuera se lo pregunta: ¿Habéis contemplado la posibilidad de que uno de los dos muera aquí y el otro consiga salir?


-Eso es casi imposible Susan, nosotros siempre estamos juntos. Además, estoy aquí por ella, y ella está aquí por mi, podremos juntos.


-Me alegra que tengáis esa mentalidad, es un buen comienzo. Muchas gracias, podéis volver a vuestro asiento.


Los dos se levantaron y se miraron con amor. Shanne no entendía porque estaban tan tranquilos después de lo que habían hecho, como podían vivir sin ningún cargo de conciencia.


-Vale, el siguiente va a ser Caleb.


Ese era el momento que Shanne estaba esperando, uno de los casos que a Shanne más le intrigaban, junto con el de Beth, aunque aun no entendía porque tenía esa necesidad de saber que había hecho Beth para estar ahí.


-Hola, Susan.


-Buenas tardes Caleb, déjame decir, que para quien no te conozca, eres Caleb Smith, el hijo pequeño del ministro de igualdad.


Shanne y Beth se miraron impactados, y por fin Shanne entendió porque le resultaba tan familiar la cara de Caleb, le había visto por televisión más de una vez.


-Así es, ese soy yo- contestó orgulloso.


-Bueno, empecemos por el principio. ¿Que has hecho para estar aquí?


-Pues mira, estaba hace un par de semanas caminando por la calle, acababa de salir de la discoteca y vi una chica muy guapa, así que intenté camelármela. Ella babeaba como una puta por mi, ¿Sabes? le faltaba abrirse de piernas ahí mismo para mi. -Shanne se dio cuenta de que Susan estaba visiblemente incómoda.- Cuando fuimos a un callejón e intenté acostarme con ella, la muy zorra ya no quería nada. Pero eso no podía ser, porque llevaba calentándome horas y yo me lo había currado mucho para llevarla a la cama. Así que la forcé un poco. A ver, estaba claro que ella quería, pero se estaba haciendo la estrecha. Y al final, se ve que me la follé con mucho entusiasmo, porque cuando me quité de encima no respiraba.


-Madre mía, vale, vale- Susan estaba incómoda, se veía a la legua.


Shanne odió aun más a Caleb, y eso que pensaba que ya no podía más. Le parecía el hombre más asqueroso de la tierra en esos momentos.


-¿Que crees que piensa tu familia de esto? ¿Que te ha dicho tu padre sobre esto?


-A ver, son cosas que pasan. Mi padre me echó la bronca y lo entiendo. Pero poco más, ¿Sabe? Tampoco me puede decir mucho más, él no quiere tener nada que ver con esto.


-Entiendo. ¿Y cuantos años tenía esa chica?


-No sé, ¿15? ¿16? Pero que quieres que te diga, que sus padres no la hubiesen dejado salir tan pequeña y vestida como iba.


-Vale... Muchas gracias Caleb.


-Las que tú tienes.


-Vamos a hacer otro descanso de 5 minutos, ya queda poco! Aprovechen para tomar agua o ir al servicio, porque en seguida volvemos.


Susan se levantó, estaba blanca como la pared, y salió de la estancia.


Shanne pensó lo bien que le vendría una copa de whisky en ese momento, para asimilar todo lo que acababa de escuchar. Sabía que lo de Caleb iba a ser asqueroso, pero no así, y que encima lo contase con tanta naturalidad.


-Beth, Caleb me da miedo. -Le dijo Rox a Beth.


A Shanne le hubiese gustado poder decirle a la niña "Tranquila, te prometo que no va a hacerte nada", o "Te protegeré" pero sabía que no debía hacerlo, y no solo porque no pudiese prometerle algo así, si no porque se tenía que centrar en la competición. Le prometió a su madre que saldría de ahí con vida y todos ellos no eran más que distracciones porque todos tenían que morir para que él pudiese vivir. Pero ¿Quien sería la otra persona? No quería elegir, y eso que solo era el primer día. Lo justo sería que saliese la niña, pero Beth.. borró esa imagen de su mente de inmediato, no quería sacrificarse por nadie, y la solución para evitar eso era no encariñarse de nadie y que el destino decida. Si alguien tenía que morir, que muriese, así es la vida.

TE PROTEGERÉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora