TE PROTEGERÉ

CAPÍTULO 26: ?

*ASHMIAshmi corría y corría por los pasillos del laberinto, perdido. Realmente no estaba buscando la salida, estaba buscando a Rox, no le importaba que pasasen esos diez minutos, lo único que quería era encontrar a Rox antes de que se encontrase con alguien más que quisiera hacerle daño.

Otra cosa que le incomodaba, era el frío que hacía por esos pasillos, sentía que las paredes eran de hielo, he incluso salía vapor de su boca.

-Rox, ¿Rox, me oyes?- Dijo gritando.

Sabía que era casi imposible que con el grosor de las paredes alguien pudiese escucharle, pero tenía que intentarlo. Tenía reloj donde mirar el tiempo que había pasado, pero no lo iba a hacer, solo quería encontrarla y correr.

-Hombre, pero si es el negrata.- Dijo Caleb, detrás suya.

Ashmi se dio la vuelta de golpe.

-No quiero problemas Caleb, déjame en paz y yo te dejaré en paz.

-Yo tampoco quiero problemas Ashmi, o al menos no de momento. Me voy, creo que ya estoy cerca de la salida.

Fue a girar la esquina del pasillo, pero se quedo quieto.

-¿Estás buscando al niño, verdad?

-Es una niña.-Dijo Ashmi, sin dignarse ni a mirarle.

-Sí, bueno, lo que sea. La he visto, y cuando me ha visto ha salido corriendo. Estaba dos pasillos más allá a la derecha.

-Como le hayas hecho algo te juro qué...

-Tranquilo hombre, ella no es mi prioridad todavía.- Dijo riéndose.- Y por suerte para ti, tú tampoco. Buena suerte.-Se fue dejando a Ashmi ahí plantado.

Ashmi no sabía si creerle o no, pero tenía que intentarlo, y salió corriendo en busca de Rox.

*ROXRox tenía verdadero miedo. No quería ser una carga para nadie, pero era evidente que se sentía desprotegida. Había visto a Caleb segundos antes y había salido por patas. No le había parecido con intención de atacarla, pero no se iba a quedar para comprobarlo. Nunca lo diría en voz alta, pero Caleb le daba mucho miedo, sabía que si quería podía hacerle mucho daño, así que se alegraba de haberlo perdido de vista.

-Rox, ¿Eres tú?

Rox se giró. Era Roma, y se lanzó corriendo a darle un abrazo.

-Dios, menos mal.-Dijo, ilusionada.

-Me alegro de que no te haya pasado nada pequeña.

Después de lo que ha Roma le había pasado, lo de perder el bebé que esperaba por culpa de su novio, rezumaba un instinto maternal que a Rox le reconfortaba mucho.