Lluvia

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          El tono de mi piel había palidecido casi al momento, como si me hubiesen borrado todo color. Me mordí el labio y miré a Shirly, que seguía con ganas de lanzarse sobre Gar y empezar una pelea. Me acerqué a ella y tragué saliva. Tenía que llevarla a casa sin que sospechase.

          - Esto no va a resolverse de buenas maneras. Y menos si ambos os seguís mirando así.

          - Con todo el respeto que te tengo, Aura, como amiga... Tu amigo es un gilipollas.

          - Es... Especial, hasta que lo conoces. Le he dicho que hablaremos ahora, pero quizás es mejor que terminemos aquí nuestra visita por el barrio.

          Shirly hizo una mueca de desaprobación y volvió a echarle una mirada asesina a Gar, que estaba apoyado en la moto, ya de nuevo arrancada. Ella resopló y asintió.

          - Está bien. Sé que tendrás algún motivo para hacerle caso, pero también querría que confiases en nosotros, en mí, mi madre, Void...

          - Lo hago. No es nada importante, quiere... Hacer una pequeña fiesta aquí en el pueblo y los del subpolígono son algo... peligrosos si ven a alguien de la ciudad rondando por aquí. Y no quiero estar en medio.

          - Lo entiendo. ¿Me acompañas hasta el autobús, al menos?

          - Claro.

          Me di media vuelta y corrí hacia Gar, que seguía esperando, notablemente impaciente.

          - La acompaño hasta el bus y se va, ¿vale?

          - Aura, la tormenta tiene que estar ya encima de nosotros, dieron lluvia para todo el día, ¿ni siquiera ya miras el parte meteorológico? ¿Qué demonios te pasa?

          - ¡No me pasa nada! He estado toda la noche hablando con ella y no se me paso por la cabeza mirarlo, fue un fallo, ¿vale? Ahora lo arreglo.

          - Un fallo que no debería pasar, Aura... Tu madr...

          Ni siquiera le dejé terminar y di una patada al suelo, visiblemente cabreada.

          - No vas a seguir esa frase. La llevo a su autobús, se va y se acabó.

          Caminé hacia ella, con los ojos ligeramente borrosos por las lagrimas que me forzaba a no soltar y cogiéndola de la mano caminamos con paso rápido hacia la parada. No nos dirigimos ni una sola palabra en todo el camino, una vez sentadas yo resoplé.

          - ¿Ves cómo es gilipollas?

          Se me escapó una pequeña risa.

          - Si... A veces si que lo es. Pero me enfado más por mí, porque sé que tiene razón en lo que dice y yo... bueno, yo hago las cosas mal.

          - ¿Hacer las cosas mal es quedar conmigo?

          - ¡No! Para nada, que va. La noche y la tarde que he pasado hoy ha sido genial, solo hablaba así de largo con mi madre.

          - ¿Por qué me tengo que ir, Aura?

          La miré. Ella me estaba mirando fijamente, esperando la respuesta real, aunque su propia mirada me decía que creería lo que le fuese a decir.

          - Porque va a llover.

          - ¿Acaso aquí no tenéis paraguas?

Black and BlueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora