Kastuski no quiere que Eijirou muera.
De acuerdo, no es el mejor pensamiento que puedes tener apenas pisas una sala de hospital, pero cuando tu alma gemela está en una cama dentro de una habitación blanca con una pila de doctores tratando las heridas que le había dejado una batalla, tu mente no puede hacer otra cosa que imaginar los peores escenarios posibles.
El rubio desearía tener tanta suerte como su compañero de cabellos bicolores, su novio tuvo la suerte de no tener tantas heridas como el suyo y está medianamente bien después de lo ocurrido, aunque él tenga que atravesar el dolor de una perdida más grande.
Eijirou por otro lado, como le acaban de comentar, llegó cubierto de vendas improvisadas y sangre por todas partes, las heridas de su piel serían algo realmente desagradable de ver o curar, así que los médicos estaban trabajando lo mejor que podían.
Ni siquiera le habían dado noticias sobre él, siendo o no su alma gemela, todavía tenía que esperar hasta que los médicos dijeran que estaba listo para recibir visitas ajenas a los doctores.
Bakugou tenía que admitir que desde que había escuchado que su pelirrojo iba a trabajar en la agencia de Fatgum se había sentido preocupado. No dudaba para nada de las capacidades de su compañero, era capaz de presumir que estaba saliendo con uno de los mejores de la clase, al menos en el sentido de avance de Quirk, pero no podía decir lo mismo de las calles, el héroe con el que iba a trabajar era conocido por salvar de ataques pequeños y directos, había gente muy rara y muy loca allá afuera y por desgracia su casi novio era un rayo de luz que trataba a los villanos de una manera un poco... Blanda para él gusto de Bakugou, le daba preocupación a que hubiera alguien dispuesto a aprovecharse de la dulce naturaleza de Eijirou.
Por eso se preocupo tanto cuando le habló de la misión de salvar a Eri.
No es como si el pelirrojo se pudiera negar, tampoco quería hacerlo, pero por el santo amor de dios, estaban hablando de personas que tenían que ver con lo que sería la mafia japonesa y quienes tenían balas capaces de borrar los quirks, no podían pedirle que no se sintiera alarmado.
Claro que hubiera deseado poder ayudarle, pero su falta de licencia provisional y de agencia con la cual hacer pasantías se lo impedía, así que se tenía que quedar de brazos cruzados mientras le daba un beso de buena suerte a la mejilla de su enamorado y lo veía irse.
Se siente ligeramente mal, en esos casos se acuerda de los miles de sacrificios que ha hecho el chico de cabello rojo por él y desea devolverlos de alguna manera, como aquella vez de su secuestro, pero no encuentra nada que sea lo suficientemente bueno como para compararlo. Claro, le da aliento, le recuerda lo hábil y fuerte que es y no deja que ni por un segundo se le cruce por la mente la idea de su pasado, pero no se siente suficiente.
Kirishima le recuerda muchas veces que todo lo que hace por él es más que suficiente, pero siendo el único que conoce el tipo de inseguridades que puede cargar su "novio" de rubios cabellos, le consuela lo mejor que puede cuando siente que no esta dando los suficiente como para estar a su lado.
Ya habían hablado de eso un par de veces, había algo en Bakugou que a veces le gritaba que Kirishima merecía a alguien mejor a su lado, que merecía alguien que pudiera darle tanto amor y ternura como solo el pelirrojo podría ofrecer para sentirse completo y a gusto, saber que alguien lo amaba, alguien que le demostrara a cada segundo lo valioso que era, llenándolo de regalos, de besos y caricias, de demostraciones generales de afecto que sería lo normal en una pareja joven como lo eran Izuku y Todoroki.
— Me gustas tal cual eres. — Es lo que le dice el chico cada vez que muestra la mínima pizca de inseguridad. — Eres mi alma gemela, no hay nada en ti que no me guste, eres perfecto de la manera en la que ya eres en este momento.
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Nuestros números. - El juego de encontrar a tu gemela.
RandomUnos años después del nacimiento del primer bebé con un Quirk, llegó al mundo la primera persona con una marca de alma gemela. La ciencia ha tratado de comprender su naturaleza durante años y, por lo poco que saben, los números que aparecen lentamen...