El cuerpo de Peter Parker, de dieciséis años, temblaba violentamente.
Avanzó tras su mentor, sorteando los escombros que la encarnizada lucha contra Thanos había dejado a su paso.
—Señor Stark... —musitó, con los ojos llenos de lágrimas—. Señor Stark, lo ha... lo ha hecho.
El mayor, que acababa de recuperarse de la enorme herida que Thanos había abierto en su estómago, observaba el paraje desolador de aquel planeta extinto.
Hacía tan sólo unos diez minutos que Thanos se había teletransportado, y menos de dos en los que vieron a todos sus compañeros de lucha convertirse en polvo.
Todos menos ambos.
Continuaron caminando. Stark podía oír los sollozos de Peter a su espalda. Al girarse, contempló su cuerpo encogido y abrazado a sí mismo mientras camina.
Ni siquiera el traje brillante de Iron-Spider le confería la apariencia fuerte que había mantenido hasta entonces.Realmente creyeron que podían lograrlo. Que podían vencer a un titán todopoderoso.
—Underoos... —lo llamó, con voz apagada y sabor a derrota.
—Lo siento... —musitó, sorbiendo por la nariz. Su cuerpo seguía convulsionándose—. No debería llorar. Ya soy mayor para eso, pero... esto es horrible, señor Stark.
Llegó hasta el multimillonario y buscó refugio en su pecho de hierro.
Tony no rechazó su demanda. Compartía la desazón del crío, ya que él también estaba completamente abatido, aunque intentase mostrarse fuerte ante él.Peter sollozó durante varios minutos mientras el mayor le acariciaba el cabello suavemente.
—Lo siento, Peter —susurró antes de darle un beso en la frente.
—No es su culpa—Le miró, con sus ojos café brillando tras una fina capa de agua—. Hemos hecho todo lo que hemos podido.
Su tristeza no había menguado, pero había conseguido detener su llanto. El muchacho se secó las últimas lágrimas que surcaban sus mejillas y se apartó el flequillo de la frente.
—¿Qué hacemos ahora? —le preguntó.
Tony echó un vistazo a la nave en la que llegaron.
—Podemos intentar salir de este planeta.
○○○
Habían pasado dos semanas desde que saltasen fuera de la atmósfera de Titán y se dirigieran rumbo a la Tierra.
Durante esos días, Peter había podido conocer mucho mejor a la persona que tanto admiraba desde que era pequeño.
Tony siempre se había mostrado reservado y frío, y más cuando se dirigía a él. Teniendo en cuenta su corta edad, nunca esperó que Stark le hablase como a un igual.
Su voz siempre estuvo cargada de un marcado paternalismo, incrementado a través de sus gestos inexpresivos y a veces severos. Había recibido más regañinas que felicitaciones por su parte, y en el fondo sabía que se las había merecido por ser un inconsciente.Pero, ¿qué otra cosa se podía esperar de un adolescente con superpoderes?
Durante aquellos días, no obstante, Stark dejó a un lado la máscara de mentor sobreprotector con el muchacho.
Entabló conversaciones con él que jamás hubiera tenido en cualquier otra circunstancia. Le contó lo culpable que se sentía por haber fracasado en aquella misión. Le habló de lo mucho que extrañaba a Pepper, y de su incertidumbre acerca de su paradero, ya que desconocía si había sido afectada por el chasquido.También le confesó que estaban esperando un hijo.
Ante tanto aluvión de sinceridad, Peter también acabó por abrirse al mayor, expresándole su preocupación sobre el bienestar de sus allegados, que no eran otros que su tía May, Ned y MJ. También quería saber qué había sido del resto de Vengadores, si habían sobrevivido y si podrían volver a verlos.
Aquella duda cada vez tomaba con más claridad el peor camino de todos.
Aún no habían llegado ni siquiera a su sistema solar. Se estaban quedando sin provisiones y el motor iónico no aguantaría mucho más.
Tony había intentado arreglarlo durante aquellos días, dedicándole demasiadas horas, pero los daños causados en Titán habían sido severos, y los arreglos cada vez servían menos.El hambre comenzó a instalarse en sus respectivos estómagos, hasta el punto en el que Peter había comenzado a ver realmente atractivos los botones de la caja de mandos en la zona de pilotaje.
Tan sólo quedaban varios centilitros de agua en una botella de vidrio, los cuales Tony cedió sin miramientos al chico.
—Usted también tiene sed —le dijo, acercándole la botella.
Tony la rechazó con la mano.
—Vamos, beba un poco —insistió—. Vamos a morir de todas formas.
—No lo tenemos seguro —le explicó—. Quiero apurar todo lo posible para que sobrevivas, Peter. Si cuando aterricemos en la Tierra hay un cadáver, prefiero que sea el mío. Por cierto, si la palmo, lánzame al espacio. No querrás que toda la nave huela a descomposición.
—No olerá peor que cuando usted suelta sus ventosidades —bromeó el chico.Y es que la confianza durante aquellas dos semanas había llegado a tal punto que, sin ningún tipo de reparo y para matar el tiempo, habían protagonizado diversos concursos de pedos.
—¿Algún día dejarás de hablarme de usted? —quiso saber Tony mientras le revolvía el cabello.
—Nunca —Le sacó la lengua y le acercó de nuevo la botella—. Beba.
—Ya te he dicho que no quiero que mueras primero.
—Me da igual. Beba —insistió.Ambos habían perdido masa muscular debido a la hambruna. Peter volvía a ser tan escuálido como antes de la picadura de araña, y a Tony se le marcaban notoriamente los pómulos.
Estaban a pocas horas de perder incluso la cordura cuando, ante sus ojos, vieron la preciosa imagen de su planeta natal flotando en la inmensidad del universo.
Peter quería celebrarlo a lo grande, pero tanto él como Tony estaban tan exhaustos que ni siquiera pudieron gritar.
El mayor se asió al timón para preparar la entrada a la atmósfera mientras Peter, a su lado, se colocaba el cinturón.
No contaban con que la nave no estaría preparada para el descenso.
ESTÁS LEYENDO
El chico del antifaz (Starker)
FanfictionTony Stark despierta del coma, tres años después de sufrir un grave accidente junto a Peter Parker, cuando regresaban a la Tierra tras sobrevivir al chasquido de Thanos. Completamente solo, y desprovisto de sus posesiones, debe empezar una nueva vi...