JJ Maybank // Imaginas.

friends?

—¡Mary! Tu turno, ¿Verdad o reto?— Exclamó John B mientras se llevaba la cerveza a su boca. Era una noche que había traído consigo una fuerte tormenta de verano. Los Pogues decidieron hacer una pijamada entre los cinco, debido a que ya de por sí tres de ellos siempre estaban en el Chateau y pensaron que sería mejor enfrentar así la noche.
Todos estaban en el suelo, jugando a verdad o reto algo ebrios y drogados gracias a los porros de poca calidad de JJ. Aun así, ellos disfrutaban siempre pasar esos ratos juntos.

—Mmm ...Ire por Verdad.— Dijo Marie mientras se acomodaba en su asiento, evitando la mirada divertida y coqueta de JJ. Si bien había una estrecha regla entre ellos, "Nada de ligues entre Pogues" JJ y Mary jamás habían podido evitar las miradas coquetas y comentarios que no se harían los amigos normales. Había cierto deseo oculto en ambos, y todos los demás lo sabían, pero ellos simplemente evitaba pensar en ello, porque era abrir una puerta que sabían ambos que los descolocaría de todos sus esquemas.

— ¿Cuándo fue tu primer beso? Prácticamente no sabemos nada de tu vida amorosa, Mar.— Volvió a decir John B y todos estuvieron de acuerdo con el comentario. Si bien eran amigos hacía varios años, jamás había escuchado a la chica decir nada al respecto, además de tener algunos roces y charlas con chicos en las kegger nada había ido más allá.
Por su parte, Mary palidecio un poco ante ello. Había una razón por la que ella no hablaba de su vida amorosa, y eso era porque simplemente no existía. A sus 16 años, jamás había dado su primer beso o tener algún tipo de novio. Jamás se había interesado en nadie, ni había tenido la necesidad de coquetear con nadie. Bueno, con nadie excepto con su rubio mejor amigo.

— No saben nada de eso porque no existe.— Murmuró la chica y todos se callaron al escucharla, totalmente sorprendidos ante la declaración. Sabían que era reservada pero no se imaginaron que llegara a tanto.

— Espera...¿Jamás estuviste con algun chico?— Preguntó Kie mirándola con sorpresa.

—¿Nadie te ha...besado?— Preguntó ahora JJ que quizá era el más sorprendido de todos. Pero no solo era sorpresa lo que demostraba el rubio, sino también algo de deseo. Él siempre había pensado que su mejor amiga era hermosa, y siempre había tenido la necesidad de coquetear con ella y quizá llegar a algo más. A él no le importaba la regla que había puesto John B, o ninguna otra en realidad. Lo que lo retenía era saber que Mary merecía mucho más de lo que él podría darle. Pero sabiendo eso, su corazón se aceleró con fuerza sin saber bien cómo actuar.

— No y no. Jamás. Es decir, tuve oportunidades claro que sí, pero...Nunca se sintió correcto.— Dijo ella encogiéndose de hombros sintiéndose por demás de observada, así que decidió cambiar el tema.— Bien, siguiente... Kie, ¿Verdad o Reto?

Sus amigos inmediatamente entendieron el cambio de conversación y siguieron con su juego por unas horas más. Aun así, JJ no conseguía sacar sus ojos de Mary, que se notaba incómoda ante la mirada inquisidora del rubio pero intentaba distraerse, sin pensar mucho en lo que podría significar. Después de todo era JJ y si, entendía que había declarado algo fuera de lo común, pero aun así no dejaba de preguntarse que estaría pasando por la cabeza de su mejor amigo, a sabiendas de que quizá luego se burlara un poco de eso.

Luego de un largo rato de juegos y beber aún más, decidieron que ya era momento de irse a dormir, más aún ahora que la tormenta había comenzado a notarse con más fuerza.
Todos decidieron dormir en el living, tirando sus camas allí, a excepción de Mary que le pidió a JJ si podría dormir en su habitación dado que ella era abiertamente friolenta y no podía dormir en el piso. El rubio accedió rápidamente y se despidieron sin más.

Pero Mary no podía conciliar el sueño, y daba vueltas en la cama que olía tan bien a JJ. Quizá no había sido buena idea pedirle dormir ahí, porque estaba completamente despierta ante esa fragancia que tan bien se sentía. No podía creerse estar pensando así de su mejor amigo, pero no podía evitarlo, ya era demasiado tarde para dar marcha atrás a su sentir y lo sabía.