Aroma de pesadillas © [Pausada]

Prólogo

Esta es la primera historia que publiqué. La quité por asuntos personales pero la he vuelto a subir, así que aquí está. Comprender que si tiene faltas de ortografía, expresión o quizás algunas cosas no tengan sentido, es que la escribí hace casi dos años. No está terminada y obviamente la seguiré escribiendo, a la vez que iré editando los capítulos. Gracias por leer.

Miro al exterior por mi ventana, pero no hacia el cielo, sino al pueblo. Ha cambiado mucho desde la última vez que estuve. Ahora las calles han sido ampliadas, y han hecho un nuevo centro de entrenamiento para los jóvenes, a los que entrenan para futuras guerras. Desde el ataque de los rebeldes han sido necesarias tomar más medidas de precaución para defender a los habitantes, puesto que la última vez casi lo destrozan entero.

Unas semanas después de la catástrofe, tuve que dejar Dlertis para ir a Hafer con mi hermana Ana para refugiarnos con todos los heridos en los hospitales improvisados. Había recibido un fuerte golpe en la cabeza, y tuvieron que llevársela a las salas restringidas porque decían que había sufrido daños de gravedad y tenían que tenerla apartada de los demás para que no se pusiera peor. Por suerte me dejaron quedarme con ella. Antes de que falleciera a causa de una operación fallida en el cerebro, me dijo éstas palabras:

―Huye, mi pequeña Silvia, no dejes que te atrapen. Busca a los chicos y corre hasta el refugio. No te pares, no confíes en nadie. Cuida a tus hermanos. Te repito, no confíes en nadie. Quizás sea del bando equivocado hermanita.

Lo último que recuerdo de ella fue su sonrisa para tranquilizarme y decirme que todo pasaría rápido y volveríamos a estar juntas de nuevo. ¿Por qué? ¿Por qué el mundo es tan cruel? Ahora podría estar perfectamente con Ana preparando el viaje de partida para buscar a los chicos (mi dos hermanos). Pero al parecer, eso que está ahí arriba, en el cielo, Dios o como lo llamen, quiere que la gente no consiga sus sueños.

Después de mi horrible pérdida (un pensamiento egoísta, pero es así), regresé a Dlertis, en contra de la voluntad de mi hermana. No sabía por dónde empezar a buscar a Will y John, y no podía embarcarme en una aventura sin rumbo. No, no podía, me convencí mil veces a mi misma mientras regresaba al pueblo.

Ya aquí, comienzo mi búsqueda.