Capítulo 5

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El amanecer apenas estaba llegando cuando ambos hermanos decidieron salir a correr en sus formas animales a un bosque no tan lejano. Jaemin se extraño de que Hyunjin no invitará a Jeno, pero cuando le preguntó la razón, este respondió que se encontraba en cama por su celo. 


— ¿Estas seguro que este es el camino correcto? — murmuró Jaemin, viendo como poco a poco se alejaban de la carretera pavimentada y el camino se hacia mas angosto.


— Claro que si. Vine miles de veces con papá cuando era más pequeño.


Un amargo sabor recorrió la boca de Jae, y es que su padre nunca hizo algo así con el, mucho menos su madre. Esos días donde ambos salían y el solo se quedaba viendo por la ventana como el auto desaparecía en la distancia parecían ya lejanos, pero aún así le dolían. El nunca eligió ser un omega, no era su culpa estar en el fondo siendo parte de esos a los que la sociedad cataloga como maquinas para tener hijos.  Las preferencia entre uno u otro hermano siempre eran difíciles de aceptar, porque te hace pensar que no eres suficiente cuando realmente no es así. 


Cuando el auto se detuvo, Hyunjin se pasó hacia atrás a donde iban las maletas con ropa de cambio o repuesto.


— Yo me cambiaré primero, así que sal si no me quieres ver como dios me trajo al mundo.


No hizo falta decir más para que Jaemin ya se encontrara fuera del auto, apoyado en la puerta por la que anteriormente había salido. El viento soplaba levemente su cabello hacia atrás dejando despejada su frente por instantes. No comprendía porque Hyunjin decidió llevarlo a otro bosque siendo que hay uno a unos treinta minutos de casa, pero de cierta forma estaba agradecido. Nunca en su vida había visto o sentido esa tranquilidad del silencio absoluto, solo la naturaleza llamándolo a entrar en ella y convertirse en uno.


Estaba ansioso. Hace mucho tiempo que no trataba de llamar a su animal interior, pero consideraba que ahora si que estaba listo para intentarlo después de tanta espera. Era injusto mantener encerrado a una parte importante de él solo por el miedo.


Un golpe a su lado lo sobresalto, escuchando luego unos quejidos que inmediatamente le causaron gracia. Abrió la puerta trasera y ahí estaba aquel lobo de pelaje castaño como el pasto seco que salió en seguida hasta la tierra, donde estiro sus patas y sacudió su cabeza.


— ¿Ya te acomodaste el cerebro? — hizo alusión al golpe que el alfa se dio contra la puerta al momento de transformarse — En serio no se quien de ustedes dos es más idiota.

𝙔𝙚𝙡𝙡𝙤𝙬   •°  𝚗𝚘𝚖𝚒𝚗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora